El ministro en funciones de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares
Parlamento Europeo
Albares mintió al atribuirse las sanciones contra Nicaragua que no le corresponden
El ministro de Exteriores español se apropió de las medidas europeas contra el país hispanomericano por la violación de derechos fundamentales
Este martes el ministro español de Asuntos Exteriores en funciones José Manuel Albares participó en la comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo para, entre otros temas, explicar los puntos de la reunión del Consejo Europeo que tendrá lugar entre el jueves y el viernes de esta semana.
Al ser preguntado sobre la situación de Nicaragua, se puso a la defensiva: «las sanciones a Nicaragua las traje yo personalmente y España a la mesa del Consejo», declaró el ministro orgullosamente.
Y es que, según Albares, «no existe un ministro de Asuntos Exteriores en el mundo, desde luego no en Europa que haya hablado tan claro de Nicaragua» como él.
«Si yo soy el ministro de Asuntos Exteriores que hace más por Nicaragua del mundo, cómo no voy a querer un régimen democrático para el país», sentenció.
El ministro español mintió, no se sabe si por maldad o desconocimiento, ya que él no tuvo nada que ver ni con el debate de las sanciones ni con la aplicación de estas en la Unión Europea.
La UE adoptó el marco jurídico para justificar las medidas contra Nicaragua el 14 de octubre de 2019, siendo por aquel entonces el ministro español de Asuntos Exteriores Josep Borrell, actual responsable de la diplomacia europea.
Tampoco se impusieron con o por presión de Albares. Las primeras sanciones se aplicaron el 4 de mayo de 2020, cuando la responsable de la cartera de Exteriores era Arancha González Laya.
José Manuel Albares fue nombrado ministro de Asuntos Exteriores el 10 de julio de 2021. Lo que sí pudo achacarse -y no lo hizo- fue la prórroga de las medidas de 2019 hasta 2022 y las nuevas sanciones que se aplicaron después de las elecciones generales de 2021 que el representante español calificó de «fraude electoral».
Aún así, tampoco hubiera sido mérito exclusivamente suyo, ya que fue resultado de los debates mantenidos entre todos los ministros de los Estados miembros ya con Borrell ejerciendo el cargo de alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad y vicepresidente de la Comisión Europea.
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