La Policía investiga el lugar donde Alejo Vidal-Quadras recibió un disparo en la cara, en la calle Núñez de Balboa de Madrid
El primer paso de la investigación del crimen contra Vidal Quadras: la matrícula de la moto
Un testigo asegura que la persona que la conducía era mujer porque vio pelo largo por debajo del casco
Ya se tienen algunas certezas. El calibre utilizado por el autor material del disparo contra Alejo Vidal Quadras: nueve milímetros parabellum. En realidad, se trata de un calibre muy común y por tanto no sirve para acotar la autoría. La usan desde las fuerzas de seguridad del Estado hasta tristemente los terroristas de ETA cuando cometían sus atentados.
Los investigadores están centrados ahora en averiguar cuál es la matrícula de la moto en la que huyo el pistolero y su compinche. Han localizado una calcinada a las afueras de Madrid, en Fuenlabrada. No saben si está vinculada hasta que logren recuperar las imágenes de las cámaras de seguridad de la zona.
Ayer les fue imposible a los agentes encargados del caso, porque era festivo en la capital y los negocios estaban cerrados. Esta mañana a primera hora se han pasado por los establecimientos para solicitar las grabaciones del día del atentado, pero también las de días anteriores.
Las del jueves tratan de identificar la matrícula para saber si la moto calcinada está relacionada con el crimen. La idea es reconstruir el trayecto con las cientos de cámaras que se han solicitado para ver la cara del pistolero y su compinche.
Pero además, el modus operandi sugiere que no fue un encuentro casual y que en los días previos habían vigilado al que fuera fundador de Vox. Si esas vigilancias se realizaron a cara descubierta, quizá la Policía sea capaz de identificar a quienes trataron de asesinar a Alejo Vidal Cuadras.
Aunque no se descarta la línea de Irán, que el propio herido manifestó, lo cierto es que también se contempla la posibilidad de que se trate de un radical que por su cuenta y riesgo haya decidido acabar con su vida. Otra posibilidad es que se trate de un encargo y un sicario poco experimentado fallase en el intento.
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