Presentación del libro del magistrado Enrique Arnaldo, 'El deporte en la literatura'
Presentación de su nuevo libro
Enrique Arnaldo, un magistrado del Constitucional entregado a la literatura y apasionado del deporte
'El deporte en la literatura' (Ed. Espasa) ha sido la excusa para reunir a personalidades del mundo del deporte y del ámbito jurídico, socialités en una convocatoria que la que el magistrado del Tribunal Constitucional ha estado acompañado por Santiago Segurola y Jorge Valdano
Pasaban diez minutos de las siete y media de la tarde y en el auditorio de la Fundación Mutua Madrileña no cabía un alfiler. La presentación del libro 'El deporte en la literatura' (Ed. Espasa), del magistrado Enrique Arnaldo, era la excusa perfecta, y casi milagrosa para que, un lunes de otoño cualquiera en la capital, coincidiesen en un mismo espacio personalidades del mundo de la literatura, del deporte, del ámbito jurídico y caras conocidas de la sociedad, entorno a un tándem de pasiones: el deporte y la lectura.
El presidente del Tribunal Constitucional, Cándido Conde-Pumpido; su predecesor en el cargo, Pedro González-Trevijano; magistrados de la Corte de Garantías, como José María Macías, María Luisa Segoviano, César Tolosa, Laura Díez y el exministro de Justicia Juan Carlos Campo; y, sus compañeros del Supremo, el vicepresidente Dimitry Berberoff y los jueces Manuel Marchena y Antonio García; o, el exfiscal de la Audiencia Nacional Juan Moral arropaban a Enrique Arnaldo en su estreno.
«Muchas corbatas, lo que no es muy habitual en las presentaciones de libros de deporte», ironizaba Santiago Segurola antes de definir el resultado de las más de 400 páginas que integran la obra de una «exhaustividad aplastante». «No hay nada en el juego que no merezca una mirada atractiva de la literatura», reflexionaba el periodista deportivo. «Este libro te produce la sensación de que el deporte es un gran abismo en el que te apetece sumergirte porque te acerca a la verdadera esencia de la condición humana en lo bueno y en lo malo. Es el primer intento de rescatar el deporte como una fuente de fuerza literaria», abundaba. «Has competido de maravilla para ganar el partido», felicitaba Segurola a Arnaldo.
No en vano, además de veterano jurista del Tribunal Constitucional, letrado en Cortes y doctor en Derecho fue miembro del Comité de Apelación de la Real Federación Española de Fútbol y, de ahí, la trascendencia del autor hacia una parte esencial de la vida, transversal y atemporal, que es el deporte. Un deporte cuya experiencia, en el caso de Jorge Valdano, sentado a la diestra del autor, «está absolutamente futbolizada».
«Cuando empecé a jugar al fútbol me parecía una cosa casi animalesca, un fenómeno de los domingos para entretener a una serie de espectadores una vez a la semana», arrancaba Valdano para referirse a Santoro, precursor de la propuesta de Arnaldo, pero centrado en el fútbol. «Literatura de la pelota, aquel ejercicio de investigación me descubrió que había muchísima gente interesada por el fútbol y cómo cada vez más permeaba en el lenguaje de las clases medias», recordaba Valdano, con una mención expresa a su compatriota, «desaparecido» durante la dictadura argentina.
«Nunca fue el deporte una cosa propia de las personas incapaces de pensar, sino de aquellos que entienden que cultivar y ejercitar el cuerpo son tareas complementarias», reflexionaba el magistrado sobre un libro que escribió no para presentar el deporte como una desconexión con la intelectualidad sino una manifestación de ésta, en una dimensión distinta de la habitual.
«El deporte representa el conjunto de cosas de la vida. Nos apasionamos, reímos, lloramos, nos ejercitamos, creemos. Es una mezcla de todo. Metafóricamente, representa la vida de alguien», reflexionaba Arnaldo haciéndose eco del estadio como catedral. «El árbitro es el sacerdote, los hinchas son los feligreses. Se puede concebir religiosamente el deporte, entendido como una fe», sentenciaba.