Vista general del Peñón de Gibraltar

La Verja, con el Peñón de fondoEuropa Press

Brexit

El Protocolo de Irlanda del Norte marca el desenlace de la negociación del tratado de Gibraltar

Las comisiones negociadoras de ambos acuerdos son las mismas; el pacto norirlandés tensiona las conversaciones sobre el Peñón

La negociación del tratado que ha de regular la relación de Gibraltar con la Unión Europea (UE) tras el Brexit toca a su fin 14 meses después de iniciarse. El escenario de un ‘resultado no negociado’, esto es, que finalmente no haya acuerdo, está cada vez más presente, como lo ha estado a lo largo de toda la negociación el Protocolo de Irlanda del Norte. El choque entre Bruselas y Londres por el pacto norirlandés marca el desenlace de las conversaciones por el tratado de Gibraltar.
El Protocolo de Irlanda del Norte —el acuerdo suscrito por la Unión Europea y el Reino Unido por el cual Irlanda del Norte sigue vinculada al mercado único comunitario para bienes— se renegocia a instancias del Gobierno británico, que amenaza a Bruselas con romper dicho pacto al considerarlo ahora ineficiente y contrario al Acuerdo de Belfast alcanzado el Viernes Santo de 1998 para poner fin al conflicto de las dos irlandas.
Las dificultades para establecer una burocracia ágil y la oposición de los grupos unionistas, que vieron en el Protocolo una palanca para separar Irlanda del Norte del Reino Unido, hicieron que el Gobierno de Boris Johnson, firmante del acuerdo, cambiara de opinión respecto del mismo. El actual primer ministro británico, Rishi Sunak, sostiene, al igual que sus predecesores, que el Protocolo no funciona y debe ser redefinido, lo cual sigue tensando ambas negociaciones, tanto la de Irlanda del Norte como la de Gibraltar, ya que las comisiones negociadoras son las mismas.
La desconfianza entre las partes ha sido una constante en la negociación del tratado de Gibraltar. La amenaza del Reino Unido de romper unilateralmente el Protocolo de Irlanda del Norte, el pasado mes de mayo, puso en jaque las conversaciones en torno al Peñón, que ya nacieron con la sombra de la incertidumbre que generaba el pacto norirlandés, a pesar de las llamadas a la tranquilidad. El ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel Albares, afirmó en octubre de 2021 que esta tensión «no debería» afectar a las reuniones sobre Gibraltar, que entonces daban comienzo.

Giro argumental

Sin embargo, la incertidumbre en relación con el tratado de Gibraltar proviene también del propio Peñón. El ministro principal de Gibraltar, Fabián Picardo, ha protagonizado recientemente un giro argumental. Al contrario de lo que había sostenido hasta entonces, en una nueva entrevista en la GBC, Picardo manifiestó que «Gibraltar no será una extensión del espacio Schengen», lo cual, en caso afirmativo, permitiría eliminar el paso fronterizo, como propuso la Comisión Europea.
Picardo plantea ahora la creación de un «área común de viaje entre Gibraltar» y Schengen, así como que el territorio autónomo británico sea una «zona de inmigración». Se trata de un modelo parecido, precisamente, al que se aplica entre la República de Irlanda (UE) e Irlanda del Norte y que en inglés se denomina Common Travel Area.
«Schengen no empezará en Punta Europa (el punto más al sur del Peñón) o en medio del Estrecho donde termina nuestro territorio marítimo. Schengen seguirá empezando en la frontera con España (la Verja), pero la entrada en Gibraltar, que será una zona de inmigración separada, te permitirá tener libre acceso a la zona Schengen también», explica. Estas declaraciones afectan directamente a la cuestión central de la negociación del tratado y la ponen patas arriba a menos de un mes de que expire el último plazo que se han dado las parte para alcanzar un acuerdo.
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