El Rocío del siglo XXI ha de ser accesible para todo el mundo, defienden desde esta asociación

El Rocío del siglo XXI ha de ser accesible para todo el mundo, defienden desde esta asociaciónCedida

Entrevista

Francisco J. Fernández (Camino del Rocío sin Barreras): «La devoción de las personas con discapacidad ha de ser visible»

Esta asociación organiza cada año una peregrinación a la ermita, con el objetivo de hacer un camino accesible para todas las personas que desean ver a la Virgen

Se acercan los días grandes para cualquier rociero y, entre preparativos, merece la pena detenerse un momento y recapacitar sobre el inmenso privilegio que supone querer ponerse en camino y realmente poder hacerlo. Además de las cuestiones logísticas que implica hacer el camino del Rocío –que no son pocas–, la salud es indispensable para poder andar por las arenas y llegar a la ermita, teniendo así la posibilidad de venerar a la imagen mariana que es el epicentro de la fe en España estos días.

Dicen que es una experiencia única, que todos deberían vivirla al menos una vez en la vida. Y, por este motivo surgió la asociación Camino del Rocío sin Barreras, para que efectivamente todos puedan visitar a la Virgen, superando cualquier impedimento que pueda interponerse. Su presidente, Francisco José Fernández, considera que aún hay mucho camino por recorrer –nunca mejor dicho–, pero celebra los pasos que se están dando hacia una mayor accesibilidad de la aldea.

–¿En qué consiste la labor que desarrollan desde la Asociación Camino del Rocío sin Barreras?

–Defendemos el derecho de las personas con discapacidad de poder disfrutar de un turismo rural accesible, para no dejar a nadie atrás. Intentamos poner todos los medios necesarios para que esto sea posible.

Centrándonos en la devoción a la Virgen del Rocío, detectamos que un gran número de personas en Andalucía que, bien por una discapacidad adquirida (ictus, accidentes…) o por una discapacidad de nacimiento, les gustaría visitar a la Virgen en su ermita y no pueden hacerlo porque El Rocío aún no es accesible. Esta realidad pone de manifiesto una mayor necesidad de trabajar en este sentido, ya que existe un porcentaje muy elevado de personas con movilidad reducida.

Cabe destacar que tanto la Hermandad Matriz de Almonte, como el Ayuntamiento de Almonte y el resto de las instituciones implicadas son conscientes de que el Rocío del siglo XXI tiene que ser accesible. En esta línea, se están realizando importantes esfuerzos para conseguirlo.

–Cada año realizan una peregrinación al Rocío, que no coincide con la oficial, ¿en qué fecha la han hecho este año?

–Existe un calendario de peregrinaciones extraordinarias, por el que las hermandades van a ver a la Virgen más allá de la fecha oficial de la peregrinación. La Hermandad Matriz de Almonte nos ha concedido el honor de que la peregrinación de personas con discapacidad que nosotros organizamos sea la última de todas las peregrinaciones de cada año romero. Este año ha tenido lugar en el mes de marzo.

A través de nuestro perfil en Facebook vamos compartiendo nuestra actividad y anunciando las iniciativas que ponemos en marcha.

–¿Cómo se organiza la peregrinación de la Asociación Camino del Rocío sin Barreras?

–Nuestra peregrinación es un tanto especial, ya que contempla una serie de factores necesarios para adaptarla –estancias y recorridos– a las necesidades de nuestros peregrinos. Durante tres días, conviven personas de muchos puntos de la geografía española, visitando a la Blanca Paloma, que es su mayor ilusión.

El número de participantes de nuestra peregrinación está sujeto a las plazas accesibles que disponemos en la Aldea del Rocío que, desgraciadamente, en la actualidad son pocas, ya que no hay muchas casas de Hermandad adaptadas. Realizar un evento de esta envergadura requiere de muchos recursos, tanto logísticos como económicos.

Defendemos el derecho de las personas con discapacidad de poder disfrutar de un turismo rural accesible, para no dejar a nadie atrás

Este año hemos superado las 150 personas, entre usuarios, equipo de la organización y voluntariado –especialmente compuesto por alumnos de CEU en Andalucía–.

–Hacer el camino del Rocío es una experiencia que suele marcar a los peregrinos, más aún en el caso de las personas a las que acompañan. ¿No es así?

–Cada peregrino vive esta experiencia de una manera distinta, nos encontramos a personas que han sido romeros durante décadas y que, por una discapacidad adquirida, llevan muchos años sin poder ir a ver a la Virgen. En muchos casos, pensaban que nunca más podrían verla y, gracias al esfuerzo de la asociación, se encuentran de nuevo ante la Blanca Paloma. También hay personas que no han podido ver a la Virgen nunca en su ermita y cuando llegan al altar la emoción les invade.

Sin duda, son momentos muy gratificantes para todos nosotros y sentimos de manera muy especial nuestra devoción a la Virgen del Rocío durante estos días.

–La aldea del Rocío es uno de los enclaves marianos más conocidos y visitados del mundo. ¿Qué diría que tiene de especial?

El Rocío es la Virgen, la devoción de tantos millones de personas hacia la Blanca Paloma y al Pastorcito Divino. La devoción de las personas con discapacidad también tiene que ser visible, es por ello por lo que nos hemos unido la Hermandad Matriz de Almonte, el Ayuntamiento de Almonte, la Junta de Andalucía, las administraciones locales, asociaciones de personas con discapacidad, hermandades del Rocío, empresas privadas y voluntarios… para conseguir que el Rocío sea accesible durante todo el año y que estos devotos puedan acudir a visitar a la Virgen cuando lo deseen.

El Rocío es la dualidad del que reza cantando, del que tiene promesa de andar en silencio y a su lado lleva una guitarra sonando, del que se emociona pensando en quien le falta, pero disfruta del reencuentro con los que están. La asociación Camino del Rocío sin Barreras permite a las personas con discapacidad formar parte de esta tradición, de esta devoción a la Virgen del Rocío sin fronteras que, cada año, reúne a miles de peregrinos venidos de todo el mundo.

Y es que, ya lo dijo San Juan Pablo II cuando visitó la ermita: «En esta devoción a la Virgen del Rocío, se conjugan ricos sentimientos humanos de amistad compartida, igualdad de trato y valor de todo lo bello que la vida encierra en el común gozo de la fiesta», para concluir con el célebre «¡Que todo el mundo sea rociero!»

Comentarios
tracking