Imagen de archivo del antiguo edificio de Correos en Málaga, subastado en 2019
Andalucía
El Gobierno de Moreno llena las arcas con los edificios abandonados por el PSOE
La Junta prepara una sexta subasta de patrimonio en desuso con cerca de una treintena de inmuebles
El Gobierno andaluz, a través de la Consejería de Economía, Hacienda y Fondos Europeos, ultima los detalles para celebrar la sexta subasta de patrimonio público desde 2019. Con esta nueva convocatoria, la Junta da continuidad a una política destinada a poner en valor edificios e inmuebles abandonados o infrautilizados, muchos de ellos herencia de las anteriores administraciones socialistas en Andalucía.
Hasta la llegada de Juanma Moreno (PP) al Palacio de San Telmo –sede de la Presidencia de la Junta de Andalucía– ni siquiera existía un inventario actualizado que recogiera qué propiedades eran de titularidad de la Administración autonómica. Ahora, la Junta no solo identifica los inmuebles abandonados o en desuso, sino que también los está transformando en ingresos destinados a financiar servicios públicos como la sanidad, la educación o dependencia.
En las anteriores cinco subastas, la Junta de Andalucía ingresó un total de 138 millones de euros, una cifra con la que, según fuentes autonómicas, se podrían pagar 526.717 sesiones de quimioterapia, 69.687 operaciones de cataratas, 13,8 kilómetros de autovía, el comedor escolar para 140.162 alumnos durante un año o el sueldo de 1.312 médicos. En esta sexta convocatoria se prevé sacar al mercado en torno a una treintena de inmuebles repartidos por las ocho provincias andaluzas.
La consejera de Hacienda y portavoz del Gobierno andaluz, Carolina España, ha defendido recientemente esta estrategia en la medida en que «el deber de la Administración andaluza es gestionar con eficacia el dinero y el patrimonio de todos los andaluces, y la forma en la que administramos ahora es buen ejemplo de ello».
Edificios emblemáticos
La primera subasta, celebrada en 2019, marcó un punto de inflexión. Entonces se lanzaron 22 inmuebles, con un precio de salida de 47 millones de euros, y finalmente se adjudicaron tres: el antiguo edificio de Correos (23,5 millones) y el Palacio de la Tinta (21 millones), ambos en Málaga, junto con la antigua residencia de tiempo libre de Cádiz (11,8 millones). En total, la operación generó ingresos de 56,4 millones, muy por encima de lo inicialmente previsto.
Tras la pandemia, en abril de 2022, llegó la segunda subasta, enfocada en pequeños inversores y particulares. En esa ocasión se pusieron a la venta 23 inmuebles, con un precio de salida de 9,9 millones, y se adjudicaron 15, entre ellos varios pabellones de la Expo 92 de Sevilla (Japón, Austria e Israel) y el palacete granadino de Villa Teresita, con lo que la Junta ingresó algo más de seis millones de euros en total.
Ese mismo año, en julio, se celebró la tercera subasta, con un volumen mucho mayor: 33 inmuebles valorados en 81,4 millones de euros. Aunque solo se adjudicaron cuatro de ellos, la recaudación total rozó los 54 millones, gracias a la venta de terrenos tan emblemáticos como la antigua fábrica de artillería de Santa Bárbara, en Sevilla, o el solar del cuartel de Los Mondragones, en Granada.
La cuarta convocatoria, publicada en febrero de 2023, sacó al mercado 14 inmuebles, de los cuales se adjudicaron la mitad, siete, con ingresos superiores a los siete millones de euros. En esa ocasión destacaron operaciones como la venta de dos fincas rústicas en Sevilla o la antigua sede de los juzgados de Málaga, situada en la calle Ollerías.
Por último, la quinta subasta, celebrada el pasado 28 de mayo, puso en venta cinco inmuebles de uso turístico, de los cuales fueron se vendieron dos villas históricas cerradas desde 2005 y 2006, respectivamente, con un ingreso de más de 832.000 euros entre ambas.
Ahora, la Junta encara la sexta subasta con la expectativa de mantener la línea ascendente en recaudación. El Gobierno andaluz recalca que no se trata de «deshacerse» de bienes públicos, sino de dar utilidad a inmuebles que habían sido condenados al abandono. Una gestión que contrasta con la herencia socialista y que, según el Ejecutivo, está permitiendo transformar el patrimonio olvidado en inversiones tangibles para el bienestar de los andaluces.