Un agente de la Policía Nacional, en una imagen de archivo

La operación se lleva a cabo tras meses de vigilanciaEuropa Press

Cádiz

La Policía Nacional desarticula un grupo dedicado a la trata de seres humanos con fines de explotación sexual

Se libera a 3 mujeres de origen rumano y colombiano de una red dedicada a la explotación sexual y favorecimiento de la inmigración irregular

Agentes de la Policía Nacional han detenido en La Línea de la Concepción a cuatro personas como delitos de Trata de Seres Humanos con fines de explotación sexual, relativos a la prostitución, contra la salud pública, pertenencia a grupo criminal y favorecimiento de la inmigración clandestina. La investigación realizada ha permitido liberar a tres mujeres que eran explotadas sexualmente en un club de alterne de una red dedicada a la explotación laboral y favorecimiento de la inmigración irregular.
Las primeras pesquisas se iniciaron a principios del año pasado, tras tener conocimiento de que en el conocido club de alterne «Copas» de la Línea de la Concepción, donde se encontraban mujeres ejerciendo la prostitución en condiciones abusivas.
Tras meses de vigilancias realizadas a los investigados, se pudo averiguar su 'modus operandi', difícil de detectar ya que tomaban grandes medidas de seguridad para no ser delatados.

Can familiar

El clan familiar, que llevaba años afincados en la localidad de San Roque, regentaba el club de alterne y también contaba con familiares que captaban a chicas en Colombia, país de origen de dos de las principales investigadas. Se aprovechaban de la situación de especial vulnerabilidad de estas mujeres en su país ofreciéndoles trabajo en España. Les gestionaban y sufragaban sus gastos de desplazamiento, adquiriendo por ello una deuda con el Grupo criminal que podía ascender a los 3.000 euros. Hasta que no pagaban esa
deuda, no disponían de libertad de movimientos, ya que no les entregaban las llaves del club para poder entrar y salir del mismo durante el día.
Además, las chicas se veían obligadas a compartir dormitorio entre ellas, sin tener ningún tipo de intimidad. Estas mismas habitaciones eran usadas para mantener las relaciones sexuales con los clientes. Tenían prohibido rechazar clientes, negarse a ciertas prácticas sexuales o al consumo de drogas.
También se les obligaba a trabajar si se encontraban enfermas, o incluso durante la menstruación y eran amenazadas con ser expulsadas del club si se negaban a ello, lo cual las coaccionaban pues las dejaba en una situación de especial vulnerabilidad al encontrarse sin medios y de forma irregular en el país. También eran aleccionadas con las informaciones que debían proporcionar a la policía en caso de inspección, las cuales son realizadas con frecuencia por las UCRIF de Policía Nacional para detectar esta tipología
delictiva.
Para poder marcharse del club tenían que saldar sus «deudas» y eran obligadas a borrar de sus teléfonos móviles todo aquello que pudiera incriminar a los miembros del grupo criminal, siendo amenazadas con hacer daño a sus familiares si acudían a denunciar a la policía.

Resultados de la investigación

Como resultado de la investigación, se han llevado a cabo tres entradas y registros, en colaboración con la Brigada de Seguridad Ciudad de La Línea. una en la localidad de La Línea de la Concepción y dos en la localidad de San
Roque.

Han resultado detenidas cuatro personas y una quinta pendiente de detener, todas ellas miembros de una misma familia, y se han intervenido varios teléfonos móviles, 26 gramos de cocaína preordenadas al consumo en bolsitas individuales y 2 balanzas digitales, ya que muchos servicios sexuales se ofrecían con consumo de estas sustancias, 113 gramos de hachís, 1 botella de oxido nitroso (gas de la risa), documentación relacionada con la
investigación, 2 vehículos y 10.845 euros en efectivo.

​Por parte de la Policía Nacional, se ha conseguido la clausura temporal mediante resolución judicial del Juzgado de Instrucción número de cinco de La Línea de la Concepción, de este conocido club de alterne que llevaba funcionando décadas en mitad de una céntrica zona residencial, con el que convivían diariamente muchas familias linenses y el cual carecía de licencia alguna.
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