
El poeta Rafael Alberti
Cádiz
Alberti y la nostalgia gaditana de 'Marinero en tierra': cien años del primer Premio Nacional de Poesía
Se reedita la versión inicial del poemario que hizo célebre a este veinteañero de El Puerto de Santa María
No hay edad para la nostalgia, una vez se la conoce. Rafael Alberti, veinteañero, tan joven, ya la sentía en Madrid, incluso en el efervescente ambiente de la Residencia de Estudiantes. Desde allí, en el duro asfalto capitalino, a muchos kilómetros del primer mar, recordaba las salinas de su tierra: «ya estarán los esteros /rezumando azul de mar».
En sus poemas, Alberti sueña ser salinero, almirante de navío o simple «marinerito delgado». En el epicentro de la vanguardia estudiantil, añora el clima y el color de El Puerto de Santa María, donde nació en 1902. Con poco más de 20 años, ya es poeta en ciernes y huérfano de padre, aquel padre que lo trajo a la ciudad y lo «desenterró del mar».
Los versos de Marinero en tierra, indisolublemente ligados a la memoria de toda la provincia de Cádiz y, en especial, a El Puerto, los fue componiendo Alberti en la capital, pero también en un sanatorio de la sierra de Guadarrama donde se curaba de una afección pulmonar y en una estancia en Rute (Córdoba). Dos lugares de interior donde el joven Rafael, que parecía destinado a la pintura, se forjó como poeta añorando la mar (o el mar).
Un jurado encabezado por Machado
Los poemas se publicaron a finales de 1924 en la Editorial Biblioteca Nueva y, unos meses después, ya en 1925 –hace ahora cien años– fueron acreedores del Premio Nacional de Poesía, el primero que se entregaba. El nivel del jurado no es nada desdeñable: lo encabezaba nada menos que don Antonio Machado y estaban junto a él estilistas de altura como Gabriel Miró o eminencias como Ramón Menéndez-Pidal. Ellos valoraron la precocidad y frescura de un poemario de tono popular que actualizaba el cancionero y preconizaba las bellas imágenes de vanguardia del poeta de la Generación del 27.
Con motivo del centenario, la editorial Espasa acaba de publicar Y sobre el ancla una estrella, que agrupa la versión inicial de Marinero en tierra y el último poemario del autor, el casi desconocido Canciones para Altair, de 1989. El volumen incluye poemas de amor inéditos dedicados a su última esposa, María Asunción Mateo, dibujos inéditos y reproducciones de manuscritos.
La ligereza del Sur
Según destaca la editorial, «este notable primer libro de Rafael Alberti, un hito en nuestra historia poética, supone el regreso a la infancia, la frescura y la ligereza de aquellos espacios marítimos, bajo la idealización del recuerdo, como un origen mítico. Aquí el mar siempre es benéfico, luminoso».
El poeta, premio Cervantes de 1983, vivió en hasta seis casas distintas en sus estancias en El Puerto de Santa María, antes y después del exilio. Nació en el número 46 de la calle del Palacio –entonces calle José Navarrete– y pasó sus últimos años en una casa del barrio de Las Viñas, cedida por el Ayuntamiento en pleno en 1992. Allí, en la calle Albarizas, murió el 28 de octubre de 1999.