Altercados en el barrio gaditano de La Viña durante el año 1868, según una ilustración del London News
Cádiz
«¡Viva España con honra!»: cuando la Revolución Gloriosa estalló en Cádiz
En septiembre de 1868, Prim y Topete movilizaron la Armada para derrocar a Isabel II e inauguraron un sexenio convulso en la ciudad
Durante todo el siglo XIX, la ciudad de Cádiz se situó en el epicentro de la política nacional, a la par de Madrid y Barcelona. La importancia estratégica de este puerto de mar con gran presencia militar hizo que aquí se gestaran hazañas y calamidades vinculadas a los vaivenes de la nación, empezando por las primeras Cortes liberales entre 1810 y 1814.
Otro de los grandes acontecimientos del siglo que tuvo su detonante en Cádiz fue la Revolución de 1868, conocida como La Gloriosa, que dio pie al Sexenio Revolucionario. El descontento de una parte importante de la población y del estamento militar con el régimen de Isabel II estalló en septiembre del 68 en la capital gaditana, donde se creó la Junta Revolucionaria Provisional.
El 19 de septiembre de ese año, un grupo de militares, entre ellos Prim y Topete, se alzaron contra la monarquía en busca de mayor peso constitucional en España. Desde Cádiz lanzaron un manifiesto que culminaba con unas palabras paradigmáticas: «¡Viva España con honra!».
Contra la «deshonra y el vicio»
Los firmantes alentaban la insurrección frente a la «deshonra y el vicio» de la clase política que gobernaba el país y propugnaban el inicio de las hostilidades desde el Sur: «La ciudad de Cádiz puesta en armas, con toda su provincia, con la Armada anclada en su puerto, y todo el departamento marítimo de la Carraca, declara solemnemente que niega su obediencia al gobierno de Madrid».
En apenas dos semanas, la mecha prendida en Cádiz devoró al régimen isabelino, que sufrió una derrota capital en la batalla del puente de Alcolea, en Córdoba, el 28 de septiembre. Dos días después, Isabel II tomaba el camino del exilio, mientras el Gobierno provisional presidido por Serrano y Prim auspiciaba una nueva constitución.
Sin embargo, una parte de la población de Cádiz protagonizaría en diciembre de 1868 una suerte de 'revolución dentro de la revolución'. Durante tres días, del 5 al 7, se producirían algaradas muy notables en la capital, conocidas como «Las barricadas de Cádiz» o «Los tiros de Cádiz».
El revolucionario Salvochea
Los responsable fueron los Voluntarios de la Libertad y su comandante Fermín Salvochea, un joven acomodado que conoció en Inglaterra las ideas socialistas. Esta milicia ciudadana federalista e influida por el naciente marxismo, se opuso al nuevo régimen surgido tras la caída de Isabel II y pidió avanzar de manera más resuelta y drástica.
Las algaradas en Cádiz, mal vistas entre las facciones moderadas que querían asentar el nuevo Gobierno, se saldaron con más de 50 muertos. Tras el fallido reinado de Amadeo I de Saboya, los aires revolucionarios regresaron a Cádiz en 1873 con la proclamación del Cantón. Precisamente Salvochea sería nombrado presidente de este régimen efímero, que apenas duró dos semanas y fue aplastado por las tropas del general Pavía.