La mejor 'nariz' del mundo está en Jerez y ya lleva siete premios internacionales

En Londres triunfó Jerez. Y, por extensión, en todo el mundo. En la capital británica, en el histórico edificio Guildhall, se citó el pasado 6 de octubre la 'crème de la crème' de la industria vinatera para celebrar la gala del certamen International Wine Challenge, uno de los más prestigiosos del panorama. Allí sonó varias veces el nombre de bodegas Lustau y, por supuesto, del enólogo y capataz Sergio Martínez.

Nacido en San Fernando, este perfecto conocedor de los vinos y las soleras que Lustau, con una trayectoria a sus espaldas de más de 26 años, representa la élite de la enología. Una 'nariz' galardonada siete veces a nivel mundial y que volvió a llevarse premio en Londres. El jurado lo reconoció como el mejor enólogo de vinos generosos del mundo 2025

Martínez es algo así como el Rafa Nadal del gremio. Lidera la bodega jerezana desde 2016, año en que falleció su predecesor y mentor, Manuel Lozano. El reto de Sergio Martínez era mantener el pabellón alto ante todo un referente del sector como Lozano, pero desde entonces ha logrado imprimir su sello e igualar la marca de su mentor de siete galardones del International Wine Challenge.

Un padrino de excepción

«Este reconocimiento no sería posible sin el legado de Manolo Lozano. Él me tendió la mano y me enseñó a interpretar lo que cada vino quiere expresar y los secretos que guarda Lustau», manifiesta Martínez. Mantener a Lustau en la élite solo es posible, asegura, «gracias al compromiso con la calidad y al trabajo diario que hacemos en la bodega, donde hemos conseguido que todas las nuevas gamas sean reconocidas con un oro».

Tan importante es el legado de Manuel Lozano que la organización del certamen ha decidido poner su nombre a uno de los Trofeos, el Champion Fortified Wine, que recayó precisamente en Lustau y en su Amontillado Botaina Edición Limitada 2025. La firma jerezana repite como la bodega española más premiada y bate su propio récord: 4 Trophies y un total de 40 galardones, entre ellos 13 medallas de oro que abarcan todas sus gamas.

Sergio Martínez, por su parte, defiende el Amontillado como su vino favorito: «Su complejidad, la riqueza de matices y la elegancia que les otorga la doble crianza, los hace únicos». Casado y padre den una niña de dos años a la que fotografía con pasión y compulsión porque «todo arte necesita de sus musas», Martínez es también un apasionado de los animales.

En el mundo del vino lo ha logrado todo y sigue sumando galardones al ritmo de los deportistas que todos admiramos. Pese a ello, nada hace más feliz a este isleño domiciliado en la firma jerezana que recorrer las andanas que conforman los solerajes de la bodega con la tiza y la venencia en mano.