Un pozo de 30 metros, el invento de Málaga para llevar agua a las duchas de las playas y combatir la sequía

La provincia de Málaga arrastra casi seis años de sequía hidrológica, un periodo agotador que ha dejado su huella. Los regadíos del campo han sufrido restricciones, pero también la vida urbana: bajadas de presión, limitaciones de uso y hasta dudas sobre el llenado de piscinas. La costa, ese motor vital, ha sentido la presión. En este contexto de necesidad, la capital ha decidido mirar al Mediterráneo como un recurso, no solo como un paisaje. La idea es sencilla pero inédita: usar su agua para los lavapiés.

Agua del mar

Las obras ya han comenzado en La Malagueta. El proyecto, con una clara «carga pedagógica» según fuentes municipales, consiste en un pozo de 30 metros de profundidad que captará agua marina. Esta instalación abastecerá a las 13 duchas y lavapiés situados entre el dique de Levante y la playa de Antonio Martín. Lo cierto es que el impacto cuantitativo será mínimo, ya que, según los últimos datos de Emasa, estos puntos representan apenas el 0,24 % del consumo total de agua de la ciudad. Sin embargo, su valor es simbólico: es un ensayo para un futuro más seco.

«Es una actuación con mayor carga pedagógica que cuantitativa», explican desde el Consistorio. La inversión ronda los 80.000 euros y está impulsada por el Área de Servicios Operativos, Playas y Fiestas. Si el piloto funciona como se espera, el objetivo es extender la red a otras playas de la capital. Es un primer paso, casi un gesto, que demuestra la urgencia por encontrar alternativas. La sequía prolongada ya no es una amenaza lejana; es una realidad que obliga a innovar, incluso en pequeños gestos cotidianos.

Seguridad en las playas

Paralelamente, la playa se moderniza por dentro. El Ayuntamiento tiene en marcha un plan para renovar y ampliar el sistema de megafonía del litoral, con un presupuesto previsto de unos 250.000 euros. La cobertura pasará de 12 a 16 zonas y de 43 a 49 puntos de sonido. Este sistema es crucial para difundir mensajes de emergencia, avisos de prevención o facilitar la comunicación con los servicios de rescate.

Además, los presupuestos municipales para 2026 ya recogen una partida de 200.000 euros destinada a la renovación de las torres de vigilancia. La apuesta de la ciudad por mejorar el equipamiento relacionado con sus playas es fundamental para seguir atrayendo turismo en verano.