Una narcolancha circula por el río Guadalquivir con total impunidad (archivo)

Una narcolancha circula por el río Guadalquivir con total impunidad (archivo)Policía Nacional

Sevilla

De aquellos polvos vienen estos lodos: una narcolancha rondó Sevilla capital y llegó hasta La Algaba en 2019

La 'goma' remontó el Guadalquivir para desembarcar en La Algaba con 3.100 kilos de hachís de Marruecos

El español tiene un refrán que dice que «de aquellos polvos vienen estos lodos» para expresar que «la mayor parte de los males que se padecen son la consecuencia de descuidos, errores o desórdenes previos». Hace una semana fueron vistas tres narcolanchas circulando por el río Guadalquivir bajo el puente del Alamillo, a la altura del Estadio de La Cartuja; pero no son las primeras que se ven en plena Sevilla capital o cerca de ella.

Un auto del Tribunal Supremo emitido en junio de 2021 refleja una investigación de la Guardia Civil contra una organización dedicada al tráfico de drogas que incluye la botadura de una narcolancha cerca del Estadio de La Cartuja, en las inmediaciones de Sevilla capital, y que constata que la goma alcanzó las costas de Marruecos y regresó por el río hasta La Algaba con unos 3.100 kilos de hachís a bordo.

Los narcos usaban una nave del polígono Príncipe de Gales de Isla Mayor como guardería de embarcaciones semirrígidas utilizadas para el transporte de drogas». Desde este lugar, allá por noviembre de 2018, «se estaban llevando a cabo actuaciones previas para el traslado de un alijo desde Marruecos» que fue abortado por el Servicio Marítimo de Cádiz, que motivó que los pilotos de la narcolancha saltasen al agua para después desaparecer y que unas 20 personas que esperaban en la nave «salieran huyendo del lugar».

Tras este episodio, la organización trasladó su base de operaciones a una nave alquilada Villamanrique de la Condesa, donde los agentes encargados de la investigación descubrieron que los miembros de la banda almacenaban los estupefacientes y reparaban narcolanchas.

La Guardia Civil, según las pesquisas, habría determinado que las personas que operaban en la nave de Villamanrique eran «las mismas» que las huidas de Isla Mayor, quienes también «utilizaron una nave en el polígono de Pilas», igualmente «para la guarda y traslado de embarcaciones semirrígidas».

A partir de ahí, según este auto del Supremo, las diligencias policiales daban cuenta de diversas operaciones de la red, como la botadura de una narcolancha en Almayate (Málaga) allá por diciembre de 2018; una segunda en Isla Cristina (Huelva) con destino a las costas de Marruecos «para cargar el alijo correspondiente», extremo saldado con el naufragio de la embarcación, el rescate de sus tres tripulantes y la llegada de 84 fardos de hachís a las costas de Gibraltar, o la botadura de otra goma procedente de la nave de Villamanrique cerca del Estadio de La Cartuja el 1 de abril de 2019.

Alijo en La Algaba

Esta embarcación, según las diligencias, «se dirigió a las costas de Marruecos para cargar el alijo correspondiente» y regresó a la nave el 3 de abril remontando el Guadalquivir, para desembarcar en La Algaba, donde los tripulantes de la embarcación «abandonaron la mercancía al ser descubiertos», tras lo cual fueron intervenidos 3.100 kilos de hachís que transportaban.

«Se constata que no solo operaban en la provincia de Sevilla, sino que lo hacen en otras provincias de Andalucía una vez que se realiza la carga del alijo en Marruecos, pues actúan en Sevilla, Málaga, o Huelva», según el Supremo, que añadía que «el alijo de La Algaba tiene la misma marca que uno de los alijos que fueron intervenidos» en San Roque (Cádiz).

«Otro de los indicios de que la organización opera en toda Andalucía es el hecho de que la empresa que construye los cascos de las embarcaciones pertenece a Villanueva del Trabuco (Málaga)», indicaba el Supremo, que exponía también del contenido del teléfono móvil del «encargado de los lancheros y uno de los subordinados» del 'Messi del hachís' –actualmente fugado de la Justicia española– se desprende que «la organización no sólo opera en Sevilla, sino que su dispositivo se amplía a muchas de las provincias» andaluzas.

«La incautación de droga en localidades fuera de la provincia de Sevilla obedece a que la misma es abandonada ante la persecución policial, fuera de dicha provincia, logrando huir en todos los casos los autores, y no porque fuesen esos lugares el destino de la droga», según el Supremo, que a tal efecto resolvía que procedía «atribuir la competencia al Juzgado de Coria del Río».

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