
Mesa redonda sobre el impacto de la inteligencia artificial en el ámbito sanitario
Jornadas Católicos y Vida Pública de Sevilla
Los expertos vaticinan que la IA ayudará a que la medicina «sea mucho más humana»
Las XVIII Jornadas Católicos y Vida Pública de Sevilla, coincidiendo con una inquietud lanzada por la Santa Sede, abordan y analizan los retos, pero también los riesgos, de la inteligencia artificial
Las XVIII Jornadas Católicos y Vida Pública de Sevilla han dado comienzo este martes 4 de febrero de 2025 bajo el nombre ‘QUO VADIS? La Inteligencia Artificial en tiempos de incertidumbre’, con el objetivo de abordar las dimensiones éticas y el uso responsable de esta tecnología, ya totalmente implantada en nuestro mundo.
«La IA es una oportunidad, pero con la que existe riesgo de esclavitud», reza un documento de la Santa Sede, que compartía su inquietud sobre este nuevo fenómeno, y con ese punto de partida, se han propuesto varias charlas y conferencias para dilucidar todos los posibles riesgos y beneficios.
En el acto de apertura, el Rector de la CEU Fernando III, Jose Alberto Parejo Gámir, recordó que la recién inaugurada universidad sevillana aspira, «como centro católico que es», a propugnar los valores del humanismo cristiano. «Tenemos retos importantes para el futuro: consolidar nuestras titulaciones y ampliarlas para el próximo curso».
Enrique Belloso, delegado de Apostolado Seglar de la Archidiócesis de Sevilla, resaltó el hecho de que las presentes jornadas alcanzan ya la decimoctava edición. «La IA es un poderoso motor de transformación cultural, por eso necesitamos normas de éticas claras. Poner al hombre en el centro, integrar la IA sin caer en la alienación».
María Fernanda de Paz Vera, directora de JCyVP de la ACdP, habló de los orígenes de la asociación, así como los de El Debate, cuya cabecera histórica se ha recuperado para la causa, ahora ya en formato digital.
Seguidamente, tuvo lugar la primera conferencia, en la que Rafael Sánchez Saus, Catedrático de Historia Medieval en la Universidad de Cádiz, presentó al conferenciante, Higinio Marín, Rector de la Universidad CEU Cardenal Herrera en Valencia. «La inteligencia jerarquiza a los seres humanos, quizás como ninguna otra», avanzó, a modo de preludio de la charla, que llevó por título ‘¿Qué es la inteligencia?’.
No es lo mismo hacer una cosa con sentido, que comprender el sentido con la que se haceRector de la Universidad Cardenal Herrera
«La luz es algo que no se puede iluminar con la propia luz, como sucede con la mirada. Y sorprendentemente, a la inteligencia cuesta mucho definirla», prologó.
Y es que el ponente reconoció que no era fácil abordar todas las aristas que se desprenden de este tema. «En nuestro mundo ha aparecido una nueva frontera que sustituye a la de los dioses, que son las máquinas inteligentes. Se ha suprimido lo divino por dos polos graduales, donde esas máquinas inteligentes no lo son mucho menos de los que las crean».
«La IA modificará los términos de las relaciones humanas», añadió, a este respecto.
«La inteligencia animal debe resolver problemas, y conocemos su alcance por su transferencia genética. El aprendizaje genera perfeccionamiento. Los seres humanos suponen en términos análogos, y eso distorsiona nuestra comprensión de la inteligencia animal».
«No es lo mismo hacer una cosa con sentido, que comprender el sentido con la que se hace» y puso un ejemplo que arrancó las risas de la concurrencia. «Si vamos a un generador de contenidos por esta tecnología y le preguntamos ¿quién es Higinio Marín?, esta te responde que un jugador del Albacete, porque por lo que se ve, la máquina prefiere el fútbol a la filosofía. Una cosa es escribir párrafos, como hace la máquina, y otra entender lo que está escribiendo», aseveró.
«¿Puede una máquina comunicar, sí., ¿y eficientemente? Sí, pero ¿es la inteligencia artificial capaz de hablar de sí misma? La IA no es capaz de ponerse a sí misma como contenido de la comunicación, como sí hace un sujeto», concluyó.
«La IA para mí ofrece un riesgo claro, el de la superficialidad. Sus recomendaciones hacen tal acopio de información que hará falta ser un sujeto muy sesudo para no seguir esa comunicación».
La IA permitirá una atención médica más cercana y personalizadaDirectora médica Hospital San Juan de Dios del Aljarafe
En el ámbito sanitario
Tras ello, hubo una mesa redonda que se centró en el potencial de la IA en el ámbito sanitario, que fue moderada por el médico internista José María Galán. La mesa estuvo conformada por tres especialistas del Hospital San Juan de Dios en el Aljarafe: Serafín Moro, director del Servicio TIC; Ángela López, coordinadora del departamento Ética y Bioética de esta institución en Andalucía y Canarias; y Yolanda Torres, directora médica de dicho hospital.
Yolanda Torres aseveró que la IA es una herramienta que ayudará a hacer una medicina más personalizada y más preventiva. «El riesgo real no es la herramienta en sí, sino el uso que se hace de la herramienta. Virtudes tiene muchas, porque es una herramienta muy potente que simplificará el proceso y permitirá una atención más cercana y personalizada», auguró.
Los resultados son fascinantes, pero obligarán a poner coto a los sesgosDirector del Servicio TIC, Hospital San Juan de Dios
Serafín Moro habló de las «capacidades» que aporta la IA, una herramienta que fascina «porque hace cosas parecidas a las que hacen los humanos. Aplicado al mundo de la salud, gracias a los algoritmos de programación, da un resultado «que hasta empieza a asustar». "Es fascinante, aunque no sea consciente de que lo está haciendo», recordó, como ya había advertido Higinio Marín. «Por ello se ha invertido mucho dinero, lo cual provoca incertidumbre, y que nos obligará a ponerle coto a esos sesgos».
«El riesgo cero no existe, pero hay que intentar minimizarlo. La IA se entrena, y ese entrenamiento entiendo que estará dirigido por un humano para corregir sus sesgos, lo cual provoca riesgos e incertidumbre, pero soy de los que piensa que el beneficio será superior», terció.
Ángela López se centró en «ese depósito de datos» que ofrece la IA, lo que nos lleva a pensar en la ética: "¿Quién guarda esos datos? ¿Cómo se aplican y para qué? ¿Necesita consentimiento para usar nuestros datos? Todo ello pide regulación. Pensar en ética sobre una máquina, que no tiene conciencia ni intención, es complicado. En la salud, sí, sin duda que hará una medicina más humana, ayudará a los profesionales a mirar cara a cara a los pacientes mientras se ahorra otros procesos”.
“Es una herramienta, y como tal siempre está supervisada por el ser humano. He leído estudios que concluyen que la IA es capaz de distinguir entre el fondo de ojo de una mujer y un hombre, algo que es indistinguible hasta para el mejor oftalmólogo. Hay que estar atentos a los sesgos, como decían mis compañeros, y también a la transparencia. La IA evolucionará y hasta tendrá autonomía, lo que nos obligará a actuar para que no nos controle", finalizó.