Concentración de médicos ante la Delegación de Gobierno este jueves en Palma
Los médicos claman en Palma contra el Estatuto Marco: «No tenemos vida y parece que no importa»
En la concentración ante la Delegación de Gobierno, denuncian décadas de mala planificación, sobrecarga laboral extrema y la falta de un estatuto propio que reconozca su formación y responsabilidad
Los médicos de Baleares se han concentrado este jueves frente a Delegación de Gobierno para denunciar una situación «insostenible». A las jornadas interminables con guardias de 24 horas, se suman una planificación «nefasta» y la espera durante años para regular el Estatuto Marco. Exigen una normativa propia que serviría para mejorar sus condiciones laborales. Al grito de «Mónica rancia, nos vamos a Francia», los manifestantes han señalado a la ministra de Sanidad, a la que el delegado del Sindicato de Médicos de Baleares (Simebal), Ignacio García, acusa de «demagogia» en su forma de llevar las negociaciones.
La protesta, convocada por Simebal y enmarcada en la huelga estatal convocada por la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM), reunió a más de 500 manifestantes según el sindicato. La alta movilización sorprendió incluso a los organizadores, que recuerdan que estas protestas son especialmente complejas, precisamente por las condiciones de su trabajo. «No suelen tener tanto éxito porque va contra nuestro espíritu dejar a pacientes sin atender», admite García. El anestesista de Son Espases cree que la situación «era tan límite que al final los profesionales se han concienciado».
Indignación con Sanidad
Pancartas con mensajes como «la dignidad del médico no es negociable» o «este estatuto es esclavitud» han marcado un tono de malestar que se ha intensificado respecto a la figura de la ministra de Sanidad, Mónica García. El delegado del Sindicato acusa la acusa de practicar «demagogia» y de estar llevando el proceso «con una falta de rigor preocupante».
Las declaraciones de la ministra dan a entender que la protesta pretende mejorar las condiciones de los médicos para rebajar las de otros colectivos, tal y como apunta García. Algo que «solo sirve para generar una cortina de humo y silenciar el verdadero motivo de las protestas».
Luchando por un estatuto «justo»
Durante la concentración, se insistió en la necesidad de contar con una normativa laboral propia, algo que los médicos llevan reclamando desde hace años. El Estatuto Marco actual no reconoce las diferencias que existen en las diferentes especialidades. «No se puede meter en el mismo saco a quienes requieren diez años de formación con otros que con cuatro pueden incorporarse al sistema. No se trata de ser más o menos que nadie, se trata de justicia», reivindica García.
Insiste en que la reclasificación profesional debe reconocer la formación y también las responsabilidades que asumen los facultativos. Mediante un símil deportivo, pretende dejar claro cómo funciona el actual estatuto: «En una carrera, tanto el último como el primero se esfuerzan, pero solo uno se lleva la medalla, con la normativa actual el último gana lo mismo que el primero y no puede ser»
«Nos vamos a romper más»
El delegado de Simebal alertó de que, sin cambios profundos, «los médicos se van a romper y se van a romper más». Una situación que, según dijo, repercutirá de manera directa en toda la población. Por su parte, el presidente del Colegio de Médicos de Baleares, Carles Recasens, aseguró que las facultades de Medicina de toda España respaldan esta movilización y que el objetivo último es «proteger el sistema sanitario para los próximos 50 años».
«Si seguimos así, habrá centros que no podrán abrir servicios enteros. Esto no es un problema laboral: es un problema de supervivencia del sistema», resume García con crudeza.
Condiciones «inhumanas»
La principal denuncia se dirige a unas condiciones laborales «inhumanas», que comprometen la calidad a la hora de asistir a los pacientes. Las guardias de 24 horas, que muchos médicos combinan con su jornada ordinaria, se han convertido en una prueba de resistencia.«Aguantarlo un día no es lo mismo que estar años y años así, la fuerza del médico no es infinita, somos personas», lamenta García.
Por otra parte, la falta estructural de especialistas agrava la situación. «Para suplir a alguien enfermo, aunque lleves seis días trabajados con guardias de 24 horas, por ley tienes que cubrirlo. Es imposible sostener eso durante años», explica. Incluso, menciona el caso de un hospital español en el que solo cuatro radiólogos deben cubrir todo el año, «una misión prácticamente imposible».
Planificación «nefasta» durante décadas
Los manifestantes denunciaron que la situación actual es el resultado de décadas de «improvisación absoluta» en la planificación «nefasta» de recursos humanos. Según García, la Administración no ha previsto el relevo generacional pese a que la profesión requiere una década de formación. «Ahora faltan especialistas, se jubilan más cada año y la presión asistencial no deja de aumentar». Esto, señala, no se arregla en seis meses ni en dos años, pero precisamente por eso «era su responsabilidad haberlo previsto».
La sobrecarga no solo se traduce en guardias «extenuantes». Muchos servicios obligan a los facultativos a permanecer localizados, disponibles a menos de media hora del hospital, sin apenas descanso real. «No tenemos vida personal ni familiar, y parece que eso no le importa a nadie», reprocha García.
Al borde del«apagón sanitario»
Para el anestesista, si no se actúa pronto, el sistema puede enfrentarse a un colapso real. «Estamos en bandera roja, algo nos avisa de que las cosas no funcionan». Una situación que no solo está provocando la desmotivación y la fuga del talento joven, ya que personas con gran experiencia se están marchando al extranjero, afirma. «Cuando llegue el apagón sanitario nos llevaremos las manos a la cabeza por lo que teníamos y hemos perdido» avisa.