Castillo de Castillo de Garcimuñoz

Castillo de Castillo de Garcimuñoz

El histórico castillo conquense del XV que por dentro parece una nave espacial

El tiempo hizo mella en la fortaleza, motivo por el cual se acometió una extraña y polémica «rehabilitación»

El castillo de Garcimuñoz tiene una historia larga e importante. Fue vivienda de don Juan Manuel y muy cerca de él murió Jorge Manrique. Fue, por supuesto, alcazaba o torre árabe y, después de ser el hogar del noble autor de El conde Lucanor, el marqués de Villena, Juan de Pacheco, lo derribó y sobre él construyó lo que en él se ve, la definitiva fortaleza del XV.

Dos castillos

Es un castillo sobre otro castillo. Son dos castillos en uno. De hecho, se llama Castillo de Castillo de Garcimuñoz porque el pueblo se llama así: «Castillo de...». Cada uno con su historia sobre la otra. Pero en el horizonte y al pie de sus muros solo es uno: un castillo en lo alto que además de sus memorias sobrepuestas guarda un secreto reciente.

El castillo con algunos elementos del interior sobresaliendo por sus muros

El castillo con algunos elementos del interior sobresaliendo por sus murosGobierno de Castilla-La Mancha

Cuando uno llega a (Castillo de) Garcimuñoz ve una villa medieval en cuyo alto se observan los muros de su castillo y la torre de una iglesia en su interior, la de san Juan Bautista, que se construyó con los propios muros del castillo en el XVIII. Castillo por todas partes valgan las redundancias.

Portada del castillo

Portada del castillo

Su puerta es tan magnífica que parece de Petra, en Jordania. Tiene una orla labrada en la piedra con las armas de Enrique IV de Castilla. Garcimuñoz fue su primer dueño, un caballero de Alfonso VIII de los tiempos de la conquista de Cuenca en el XII. En el XIV pasó a manos de don Juan Manuel hasta que lo ocupó Juan de Pacheco. Todos ellos realizaron reformas en el historico castillo, adaptándolo a sus necesidades.

Patio de armas del castillo

Patio de armas del castilloGobierno de Castilla-La Mancha

La construcción de la iglesia fue otra de ellas, como los sótanos, que fueron convertidos en cementerio. El tiempo hizo mella en el castillo del que no quedó nada por dentro, motivo por el cual en 2010 se acometió una extraña y polémica «rehabilitación» a cargo de la arquitecta Izaskun Chinchilla, y «la introducción de nuevos usos para asegurar tanto la conservación física del inmueble como su utilidad social», según rezaba el casi prefacio del proyecto.

«Fantasma sostenible»

La idea era (y es) posmoderna. Y se entiende de aquella manera. Una «intervención que se asemeja más a un mobiliario adherido al inmueble que a una nueva construcción. Esto permite no solo una futura incorporación de otros usos, sino también futuras actualizaciones del equipamiento —con importante presencia de usos digitales— y traslado de elementos obsoletos a otros emplazamientos».

Interior del castillo

Interior del castilloGobierno de Castilla-La Mancha

Una especie de decoración interior donde uno parece estar en una nave espacial de ciencia ficción o en un hogar futurista en una chocante ruptura con la historia y con el exterior que permanece. Los autores del proyecto llamaron al castillo «fantasma sostenible» y a través de esto se atrevieron (también) a, por ejemplo, colocar una plataforma de vidrio y metal sobre los restos de la alcazaba árabe.

«Estrategia bioclimática»

Todo dentro de una «estrategia bioclimática» con una estructura de sistema ortográfico: piezas como puntos y comas cuya «colocación contribuye a comprender el intrincado legado histórico». Más bien cualquiera diría que en realidad todo contribuye a formar el intrincado y absurdo final de tan importante legado histórico.

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