El quijotismo del PP que quiere hacer de Page un Sansón Carrasco para Sánchez

El Partido Popular de Castilla-La Mancha, con su presidente Paco Núñez al frente, pide con insistencia al presidente castellanomanchego que utilice los ocho diputados de la región en el Congreso para acabar con la legislatura

Madrid

(Foto de ARCHIVO)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (d), durante su reunión con el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page (i), en el Complejo de La Moncloa, a 4 de octubre de 2024, en Madrid (España). Estas reuniones se enmarcan en la ronda que suele hacer el jefe del Ejecutivo tras las elecciones autonómicas. Además de con el presidente de Castilla-La Mancha, el presidente del Ejecutivo se ha reunido hoy con el presidente de la Región de Murcia y el presidente de la Comunitat Valenciana.

Carlos Luján / Europa Press
04 OCTUBRE 2024;REUNIÓN;SÁNCHEZ;PRESIDENTE;CCAA;CASTILLA-LA MANCHA;CLM
04/10/2024

Emiliano García-Page y Pedro Sánchez en una imagen de archivoCarlos Lujan

No podría ser otra cosa que quijotismo en Castilla-La Mancha, la región inventada, la región distinta que funciona como el caballero que todo lo ilumina en su obsesión. «Diríase», casi en castellano antiguo, que el Partido Popular, con su presidente Paco Núñez a la cabeza, no tiene otro objetivo en estos días que conseguir que Emiliano García-Page termine con la legislatura de Pedro Sánchez.

Un día tras otro repite las mismas frases: «Page puede acabar con Sánchez», «los ocho diputados castellanomanchegos en el Congreso»... le pide al presidente castellanomanchego que se pronuncie.

Le provoca intentando hacer ver que existen «paralelismos» entre su silencio y el de Sánchez. Apela a que el interés de España está por encima del interés del PSOE y de la disciplina de voto.

Le expone como el PSOE de Ábalos y Cerdán, le empuja a separarse de él por medio de la acción. Ensaya con el lirismo: «Tiene los votos para acabar con esta agonía». Le pone casi físicamente en la cara la colección de escándalos y de revelaciones que se van acumulando.

Es esta una aventura y un posicionamiento y acción política típicamente castellanomanchegos, quijotescos en el sentido de la insistencia, del fin, de seguir el camino sin desviarse. Algo de lo que puede presumir Núñez, que conoce su tierra como «El Viajero» La Alcarria.

Hay quijotismo en Núñez y su PP, que ha decidido salir de madrugada de su hacienda para desfacer el entuerto de Sánchez por medio de Page como si fuera su lanza en astillero. Para Unamuno (quien habló de «españolizar Europa») el quijotismo era la auténtica y pura filosofía española.

Y en esas anda (de andanzas) este PP, agarrado a Page como Don Quijote a su ideal caballeresco, el ideal de creer, de insistir con la mejor arma (que a la vez es el mayor rival), Page, incluso dándole la vuelta a este cuento, desde fuera del héroe, como si el presidente de Castilla-La Mancha no fuera lanza, sino el mismísimo Sansón Carrasco, amigo de Alonso Quijano.

El renombrado Caballero de la Blanca Luna que acabó derrotando a ese otro don Quijote, Sánchez, obligándole a dejar la caballería. En este caso obligándole a acabar con la legislatura.

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