Santa Iglesia Catedral Primada de Toledo
Un trozo del Pilar en Toledo: el simbolismo zaragozano en la catedral primada
Un trozo de la piedra del santo Pilar se encuentra en la catedral de Santa María uniendo la fe de ambas ciudades
Con casi un millón de visitantes al año, la Catedral de Toledo se eleva como uno de los grandes símbolos arquitectónicos y devocionales de España. Entre sus paredes guarda grandes secretos e historias que dan fe de la importancia de la ‘Ciudad de las Tres Culturas’.
Bajo el reinado de Fernando III y desde 1226 se comenzó su construcción a cargo del Maestro Martin y Petrus Petri. La panorámica de la ciudad bañada por el Tajo sorprende a todo visitante, que antes de sumergirse en las calles de la ciudad, ya recibe un aperitivo visual que invita a pasear por sus calles.
Una vez a sus pies, elevar la vista por su fachada e imponente torre supone un ejercicio casi imposible si el visitante quiere contemplar la totalidad de sus detalles. Una única visita no basta para exprimir todo lo que recogen sus piedras, por ello no es difícil marchar sin dejar por el camino multitud de elementos relevantes sin contemplar.
En su interior, poca gente conoce que se encuentra un trozo del El Pilar. La piedra que vive por la eternidad a las orillas del Ebro en Zaragoza y que supone uno de los mayores baluartes católicos de España.
El Pilar y la aparición al Apóstol Santiago
La Basílica del Pilar en Zaragoza es conocida por muchos debido a sus faraónicas dimensiones, pero la historia que guarda en sus muros es mucho más grande que cualquier tipo de edificación. Corría el año 40 d.C. en la por entonces conocida como ciudad de Cesaraugusta.
Trozo de la columna de jaspe en la Basílica del Pilar
Pocos años después de la Ascensión de Jesucristo, el Apóstol Santiago contrajo la misión de evangelizar los pueblos celtíberos afincados en Hispania. Antes de partir y como bien recoge San Gregorio Magno en sus escritos, Santiago besó las manos de la Virgen rogándole por la bendición de su partida. María le pidió que allá donde marchaba y más hombres convirtiera a la fe cristiana, construyera una iglesia en el lugar que ella misma le mostraría.
En mitad de la misión del apóstol en Cesaragusta, el predicador de la Fe Verdadera logró unir a muchos que vivían en el paganismo. Paseando junto al Ebro, Santiago escuchó el canto de los ángeles cuando de pronto la Madre de Dios apareció subida a un pilar de jaspe.
La piedra sagrada
Trozo del Pilar Sagrado en Toledo
En ese preciso lugar, Santiago ahora tenía la misión de levantar la iglesia en honor a la primera aparición mariana, justo en el lugar donde la Virgen María se había presentado todavía en carne mortal. La Basílica de Santa María del Pilar todavía recoge la piedra de jaspe donde apareció la madre de Jesucristo y siglos más tarde, un trozo de esa piedra viajaría hasta Toledo.
El fragmento cuidadosamente custodiado se encuentra en la catedral toledana, a la entrada de la capilla de San Ildefonso. Allí se encuentra sin adornos ni carteles que lo identifiquen, pero fortaleciendo la fe de dos de los lugares más importantes del cristianismo en España como son Toledo y Zaragoza, de la mano de la devoción a la Virgen.
Un símbolo de unidad espiritual del cual no hay muchos detalles de su llegada a Toledo. La mayoría de teorías hablan de una donación entre los siglos XVII y XVIII, coincidiendo con el aumento en popularidad de la devoción al Pilar.
