De la pionera José Cabrera a la modernidad de Trillo: la historia nuclear de Castilla-La Mancha

La energía nuclear vuelve a ser tema de actualidad en España. El apagón acontecido el pasado 28 de abril en toda la Península Ibérica, puso en tela de juicio al sistema eléctrico nacional. En la última semana, diversos expertos han advertido del alto riesgo que corre el país de cara a una situación similar a la acontecida hace casi cinco meses.

El presidente de la CEOE (Confederación Española de Organizaciones Empresariales), Antonio Garamendi, ha sido una de las últimas voces reseñables en pronunciarse al respecto. Las bruscas variaciones en el sistema eléctrico le han llevado a destacar la energía nuclear como básica y necesaria para el correcto funcionamiento energético.

Rumbo a una nueva era virando a la sostenibilidad, Garamendi destacaba el potente mix tecnológico presente en España, uno de «los mejores que puede haber en el mundo», pero que no debe dejar de lado las tecnologías base. La energía nuclear es considerada verde por Europa, pero el Gobierno conserva su plan para desmantelarla entre 2027 y 2035.

Castilla-La Mancha cuenta con dos de las nueve centrales españolas, de las cuales tan solo siguen operando cinco de ellas, con siete reactores nucleares. La primera central construida en España fue la que porta el nombre José Cabrera (Guadalajara) y que supuso un hito en la materia para el país. Actualmente se encuentra fuera de la red operativa y en labores de desmantelamiento. También en Guadalajara, sirve su actividad la central de Trillo, la más nueva y moderna de todo el territorio nacional.

Central nuclear José Cabrera

Durante el régimen franquista se las reservas de uranio se reservaron en favor del Estado, que de la mano de José María Otero, se convirtió en el primer proceso nuclear del país. Como director del Laboratorio y Taller de Investigación del Estado Mayor de la Armada comenzó a confeccionarse el plan de energético, que en el 1948 comenzó a estar bajo el amparo de la Junta de Investigaciones Atómicas, también presidida por Otero.

Estos pasos previos confeccionaron el panorama nuclear en España y la citada Junta, pasaría a ser en 1951, la Junta de Energía Nuclear. España colaboró en este sentido con Estados Unidos y en 1955 llegó el primer reactor nuclear. Todavía quedaría esperar toda una década, para que finalmente se construyera la primera central nuclear en España, ubicada en Guadalajara bajo el nombre de José Cabrera, aunque conocida popularmente como ‘Zorita’.

El gran logro en la materia se celebró con honores en 1968 con la inauguración definitiva de la central, a cargo de Francisco Franco. La era atómica ya era una realidad en España, con una potencia de 160 MW, con un reactor de agua a presión, refrigerado por medio de torres y un pequeño embalse.

Pese a que se diseñó para una vida útil de 35 años, finalmente estuvo en activo 38 y desde entonces se encuentra en proceso de desmantelamiento. Todavía sirve para ciertas cuestiones, como el simulacro anual que tuvo lugar la pasada semana y que arroja resultados a considerar para resolver diferentes ataques o incendios.

Central nuclear de Trillo

A modo de relevo, aunque varias décadas antes del fin de la ‘Zorita’, nació la central nuclear en Trillo, que recogía el testigo nuclear en Guadalajara. En 1988, entró oficialmente a operar en la red fijando la fecha en que se inauguró la última central nuclear en España. Con sistemas más modernos que sus similares, se concibió con operatividad ininterrumpida y funciona mediante un reactor hidráulico a presión.

Las nuevas tecnologías aplicadas y diseñadas en Trillo por la empresa alemana Siemens, fija a la central de Trillo entre las de tercera generación. Tiene una capacidad para utilizar 80 toneladas de uranio enriquecido cada año, que se convierte en energía al final del proceso.

La central de Trillo supone el 15% de la energía nuclear española y el 3% de la eléctrica con una producción de alrededor de 7.700 kWh. En el diseño inicial, se contempló un segundo reactor idéntico al presente, pero cambios en la política y regulación del momento de su creación, frenaron el proyecto. De esta manera, Castilla-La Mancha recoge en Guadalajara una base esencial de la energía en España, con un arco perfecto entre la pionera de José Cabrera y la moderniza todavía en funcionamiento en Trillo.