Huelga indefinida en esta empresa que fabrica para Inditex en pleno Black Friday

La tensión laboral se agrava en la Plataforma Cabanillas, situada en Cabanillas del Campo (Guadalajara) y vinculada a la producción para la marca Pull & Bear, perteneciente al grupo Inditex. La plantilla ha decidido dar un paso más y transformar en indefinida la huelga que mantenía activa desde la pasada semana, al considerar que la empresa sigue sin ofrecer respuestas ni vías de diálogo reales.

Según ha explicado el presidente del Comité de Empresa, Raúl Casado, el respaldo a los paros está siendo prácticamente total. A su juicio, el seguimiento es masivo y únicamente permanecen en activo algunos trabajadores eventuales y los cargos de mayor responsabilidad dentro de la planta.

Casado ha denunciado además que la Inspección de Trabajo ya ha acudido a las instalaciones tras las quejas presentadas por presunto esquirolaje, al estar desempeñando funciones operativas jefes de equipo y gestores durante la huelga. Desde el acto de mediación celebrado el pasado 18 de noviembre, asegura, no ha habido ningún tipo de contacto por parte de la empresa. Con la conversión del paro en indefinido, se prevé ahora una nueva mediación en la que los trabajadores esperan que se produzca algún acercamiento real.

La huelga arrancó el 20 de noviembre con el objetivo de reclamar unas condiciones laborales que consideran justas y dignas. En un primer momento, estaba prevista su finalización el sábado 29, coincidiendo con la semana de mayor volumen comercial por el Black Friday, pero la falta de avances ha llevado a la plantilla a endurecer su postura.

Desde el Comité de Empresa se estima que alrededor del 90 % de los trabajadores se han sumado al paro. La plantilla está compuesta por 378 empleados fijos y cerca de un centenar de eventuales, lo que evidencia el gran impacto que la huelga está teniendo en la actividad de la planta.

De hecho, los representantes sindicales advierten de que ya se están registrando problemas de abastecimiento en las tiendas, dado que la producción está completamente detenida y no sale mercancía del que consideran el principal centro logístico de la marca.

El origen del conflicto se encuentra en la exigencia de equiparar sus condiciones con las existentes en la planta de Narón, en A Coruña. Entre las principales diferencias señalan una brecha salarial de unos 5.000 euros brutos anuales, así como la disparidad en el plus de vinculación o antigüedad, que en Galicia alcanza los 1.000 euros frente a los 300 que perciben actualmente los trabajadores de Guadalajara.