Lince ibérico
Un nuevo hito científico para garantizar la existencia del lince ibérico
Castilla-La Mancha participa en el proyecto junto a Extremadura y Andalucía por preservar la presencia de la especie endémica de la Península Ibérica gracias al trabajo que permite aumentar la diversidad genética de la especie
A lo largo de la historia, diferentes culturas alrededor del planeta han expuesto cierta veneración por un animal, que se ha erigido símbolo representante de identidad, valores o la conexión social con la naturaleza. Pese a que España, de manera evidente, suele exaltar y tiende a identificarse con el toro bravo, existe otra especie orgullo del territorio peninsular.
El lince ibérico es un símbolo en España y Portugal, donde el compromiso de los últimos años con la especie sirve como ejemplo a valorar en materia de conservación de la biodiversidad. Considerado superdepredador, se tiene constancia de sus núcleos de población en documentos del siglo XIX, que contemplan hasta quince zonas de presencia del lince ibérico.
Diversos factores condicionaron que entrara de lleno en la lista roja de especies en peligro de extinción. Desde los años cuarenta hasta los noventa, el declive del lince acusó su época más dramática, certificándose una reducción del 75 % del área de distribución y una caída del 88 % de la población conocida. En algunos periodos su desaparición estuvo cerca de producirse con poblaciones de menos de cien ejemplares en 2001 o de ciento cincuenta en 2005, considerándose totalmente extinto en Portugal en el año 2000, aunque la situación se ha revertido.
El lince ibérico como emblema nacional ha logrado concienciar sobre la conservación de las especias y ha abierto el camino a que otras especies no lleguen a la crítica situación experimentada en el felino. Ahora un estudio científico, con participación de Castilla-La Mancha, ha logrado producir embriones de lince a partir de especímenes fallecidos.
¿El felino más amenazado del mundo?
Un lince en el Cortijo Gato Clavo
El lince ibérico destaca por ser totalmente endémico de la Península, por lo que España y Portugal son el único espacio donde se desarrolla la especie. El declive de su población lo encerró en el sudoeste peninsular y el peligro de su pérdida estuvo, sobre todo, afectado por causas de muerte no natural.
Por suerte, el lince ha recibido el resultado de una concienciación social necesaria, iniciada por grandes referentes en materia animal. Entre ellos, los trabajos de Félix Rodríguez de la Fuente junto al lince ibérico lograron llevar a cada hogar un mensaje que animaba a abrazar la naturaleza como parte de cada ser y la perdida de la especie, correría a cargo de todos.
El mensaje tardó en calar, pero finalmente aquellos niños que escuchaban, crecieron y se convirtieron en el futuro que finalmente salvó al lince. Entre las mayores causas que pusieron en peligro su supervivencia se destaca la fragmentación de sus hábitats y la destrucción de espacios naturales, así como el gran descenso en la población de conejos.
La gran reducción en la población del lince lo llevó a horizontes en que su propia reproducción era un problema. La poca variabilidad genética derivó en consanguinidad, lo cual desemboca en enfermedades y patologías mortales. Conscientes de toda la problemática, se ha trabajado en la línea ideal para que actualmente la población ascienda a los más de 2.400 ejemplares.
Un hito científico para la preservación
Embriones de lince ibérico producidos in vitro
Una de las zonas de mayor presencia del lince es Castilla-La Mancha, que junto a Andalucía y Extremadura. En permanente contacto con Miteco y y el Organismo Autónomo de Parques Nacionales, se ha desarrollado un proyecto científico que ha logrado producir por primera vez embriones de lince ibérico en laboratorio a partir de células reproductoras de hembras fallecidas en accidentes con espermatozoides criopreservados en el biobanco de la especie, lo que podría ayudar a garantizar la diversidad genética de uno de los animales históricamente más amenazados.
La investigación, publicada en la revista 'Theriogenology Wild' ha sido liderada por investigadores del Museo Nacional de Ciencia Naturales (MNCN) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid (UCM).
El MNCN ha explicado en un comunicado que el lince ibérico o 'Lynx pardinus' es una especie que, en apenas dos décadas, pasó de tener menos de cien ejemplares en libertad (2002) a contar con más de 2.000 en 2024, según datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO). Así, ha pasado de estar en 'peligro crítico de extinción' a la categoría 'vulnerable' en la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Sin embargo, el comentado riesgo sobre diversidad genética, que propicia el riesgo de endogamia, podría reducir sus probabilidades de supervivencia, ya que provoca enfermedades y reduce su capacidad reproductiva, un hecho que se podría solucionar mediante técnicas de reproducción. El nuevo estudio «aporta opciones nuevas al programa de conservación del lince porque hace posible la reproducción de animales que no han tenido esa oportunidad, por ejemplo, porque mueren prematuramente o porque tienen problemas de comportamiento y no se aparean», como ha señalado el científico en el MNCN y codirector de la investigación, Eduardo Roldán.
Ovarios de hembras fallecidas
En este sentido, el estudio demuestra que es posible producir embriones del lince ibérico en el laboratorio a partir de células reproductoras de hembras fallecidas en accidentes y espermatozoides criopreservados en el biobanco de la especie. El material reproductivo del macho se ha logrado gracias a los Centros de Cría en Cautividad del lince ibérico en España y Portugal, donde han recolectado y criopreservado esperma para su almacenamiento en el Banco de Germoplasma y Tejidos Especiales Silvestres del MNCN.
Por su parte, el material de las hembras se consiguió en los Centros de Recuperación de Fauna Silvestre que dan apoyo al programa de conservación del lince. Una vez recolectadas las muestras, el equipo refrigeró los ovarios rescatados para obtener su maduración en ovacitos. Después, los fecundaron para generar embriones que fueron criopreservados mediante vitrificación y actualmente están almacenados en el biobanco del MNCN.
«Encontramos que la época del año tenía un efecto importante en la obtención de embriones. Tuvimos más éxito cuando se recuperaban en otoño e invierno, que es la época en la que se reproducen los linces», ha resaltado la profesora de la UCM y codirectora de la investigación, María Jesús Sánchez Calabuig.
No obstante, Sánchez Calabuig ha añadido que «el éxito obtenido dista de ser ideal, es menor al que obtenemos con gatos domésticos, especie que utilizamos como modelo». Entre las limitaciones, los autores destacan el tiempo transcurrido entre localizar las hembras accidentadas y recuperar sus ovarios. Para solventarlo, el equipo ha planteado recurrir a métodos alternativos para obtener los ovocitos.
Además, «ahora necesitamos desarrollar métodos para transferir estos embriones a hembras receptoras, lo cual contribuirá sin duda a potenciar la diversidad genética de esta especie», ha apuntado la investigadora predoctoral en la UCM y autora principal del trabajo, Ana Muñoz Maceda. En cualquier caso, los resultados «si bien iniciales y aún mejorables, confirman que la biotecnología reproductiva puede convertirse en una herramienta clave para complementar los esfuerzos de conservación y asegurar la sostenibilidad genética a largo plazo del lince ibérico», ha apostillado Sánchez Calabuig.