Una embarcación junto al muelle

Una embarcación junto al muelleAntero Pires vía Wikipedia

Así es el único puerto fluvial internacional de Castilla y León: un sueño europeo que cayó en el olvido

Construido con tres millones de euros hace 30 años, la última noticia que se tiene es el hundimiento de un barco abandonado

En marzo, un viejo barco varado en el muelle de Vega Terrón se hundía en las aguas del Duero, en el término municipal de La Fregeneda (Salamanca). Cuatro meses después, el barco continúa en el fondo del río y cubierto de maleza no solo simboliza el paso del tiempo, sino también el estancamiento de un proyecto que nació con ambición europea: convertir este rincón del oeste salmantino en un punto estratégico del turismo fluvial internacional.

Su historia se remonta al siglo XIX, cuando se abrió por primera vez una vía férrea para conectar Castilla con Oporto, que se cerró por falta de rentabilidad en 1985. En esta década, ante la falta de éxito del primer proyecto, se intentó impulsar una nueva vía, en este caso, fluvial sobre el antiguo muelle de 1860. La idea era clara: revitalizar la deprimida economía de esta zona fronteriza y aprovechar, siguiendo el ejemplo de Portugal, la navegabilidad del Duero para el tráfico de mercancías.

En 1995 se construyó el muelle actual, aprovechando parte de las instalaciones del antiguo, convirtiéndose el único puerto fluvial de Castilla y León. En ese momento se invirtieron tres millones de euros, con el apoyo de las instituciones de Salamanca. La idea de este proyecto era explotar su potencial turístico, tanto por el paisaje que lo rodea como por su propia historia, junto al uso comercial que permitiría la actividad de transporte de mercancías. Sin embargo, este sueño se vio truncado, ya que en 1999 la corporación provincial quiso compartir con Portugal la navegabilidad del Duero mediante los 'Acuerdos de Régua', que nunca llegaron a cumplirse.

Placa conmemorativa de la construcción del muelle en 1995

Placa conmemorativa de la construcción del muelle en 1995Thierry Genius vía Google Maps

Los 'Acuerdos de Régua' no fueron un tratado formal, sino un plan conjunto promovido entre España y Portugal para facilitar la navegación comercial y de mercancías por el río Duero, impulsando el tramo que une Castilla y León con la región de Oporto. Esto, según el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico se enmarcaba dentro de los objetivos más amplios del Convenio de Albufeira (firmado en 1998, en vigor desde 2000), que regulaba la cooperación en las cuencas compartidas hispano‑portuguesas, incluyendo la del Duero.

En 1997, la gestión del muelle fue concedida a la empresa Vegater. En un primer momento, la concesión se otorgó por cinco años, con posibilidad de ampliación por otros 20. Esta prórroga se hizo efectiva en 2002, por lo que se entendía que los derechos de explotación se mantenían vigentes hasta 2022.

Sin embargo, en 2017 la Diputación decidió rescindir el contrato alegando incumplimientos por parte de la empresa, especialmente el impago del canon anual establecido. Se estimaba que la deuda acumulada por este concepto rondaba los 600.000 euros. Durante esta etapa, en 2011, se sumaron la pérdida de otros 400.000 euros debido a la construcción de un centro de recepción de visitantes y una cafetería.

Centro de Recepción de Visitantes de Vega Terrón

Centro de Recepción de Visitantes de Vega TerrónAloys Soullié vía Google Maps

La disputa se resolvió con una sentencia del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo de Salamanca dictada en 2022, que obligaba a la Diputación a pagar 99.661 euros a Vegater. La razón: el procedimiento utilizado para romper el contrato no se ajustó a la legalidad.

Además, el juzgado argumentó que, tras 20 años de relación contractual, fue la propia Diputación la que permitió durante años ciertas irregularidades, como la falta de pago del canon o la no presentación de la fianza definitiva. Por ello, eximió a la empresa del pago de esas cantidades y reconoció su derecho a ser indemnizada.

Numerosos han sido los sucesivos intentos para que la idea de aprovechar el puerto saliera adelante y no quedara olvidado, y se han anunciado más iniciativas a lo largo de los años. La última que se conoce data de 2023, que adjudica a un empresario portugués por 300 euros al mes la gestión del muelle y del restaurante. Actualmente, se concibe el muelle como una instalación de referencia para los turistas del Camino del Hierro.

Este enclave fronterizo, próximo a la línea férrea de La Fregeneda y a escasos kilómetros de Portugal, tiene un valor estratégico evidente. Forma parte del Parque Natural de Arribes del Duero y está rodeado de un entorno paisajístico privilegiado, lo que refuerza su potencial como destino turístico. Aun así, la falta de continuidad en las políticas públicas, el escaso interés de operadores privados y la complejidad administrativa entre dos países parecen haber congelado sus posibilidades.

Hoy, Vega Terrón permanece en una suerte de limbo. Es un puerto sin barcos, un punto de llegada sin llegadas, una infraestructura que espera algo más que el paso del tiempo. Las aguas del Duero siguen bajando, pero el proyecto fluvial más ambicioso de Salamanca se mantiene —al menos por ahora— a la deriva.

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