La librería de Segovia a la que viajan personas de toda España para vivir «una experiencia que no encuentran en otro lado»

Mantener abierta una librería independiente durante más de dos décadas no es tarea sencilla, y menos en un sector en constante cambio. En La Granja de San Ildefonso, en pleno corazón de la sierra segoviana, hay un espacio que se ha convertido en punto de referencia para lectores, vecinos y visitantes procedentes de todo el país.

Se trata de la librería Farinelli, un negocio familiar que nació hace 23 años de la mano del matrimonio formado por Rafael y Sonsoles, y que ahora lideran sus hijos Santiago y Sonsoles. «Es un lugar donde la gente vive una experiencia que no puede encontrar en otro lado, en un entorno inigualable, a escasos metros del Palacio Real de La Granja con sus jardines impresionantes», dice Santiago a este periódico.

Es más, Santiago explica que «hay títulos que no se encuentran en otro sitio en España», gracias al trabajo del librero Valentín Quevedo. Ese es, precisamente, uno de los motivos por los que los clientes viajan desde distintos puntos del país a visitar «expresamente» la librería. Otros llegan desde Madrid, donde muchos tienen segunda residencia, desde Segovia o como turistas que se topan con una «muy agradable sorpresa».

En Farinelli no solo se compran libros, los visitantes también toman un café o un vino, escuchan música clásica, disfrutan de una tertulia, juegan al ajedrez o a las damas, y leen o asisten a presentaciones de libros.

Precisamente, las actividades paralelas son clave para mantener el ritmo del negocio y para diferenciarse del resto. Por Farinelli han pasado autores como Alfonso J. Ussía Jr., Marta García-Aller, Eduardo Calvo, Ignacio Romero de Solís o José María Beneyto. Además, la librería también colabora con el club de fútbol local, el Real Sitio CF. «Queremos ofrecer alternativas de ocio y contribuir al desarrollo cultural y al empleo del pueblo».

La importancia de los jóvenes lectores

Consciente de que el futuro del libro pasa por las nuevas generaciones, Santiago quiere reforzar la presencia infantil en su espacio. «Queremos dar más papel a la sección infantil y organizar talleres culturales con los más pequeños», anuncia.

Asimismo, seguirán muy pendientes de las novedades editoriales que encajen en su propuesta para ofrecérselas con dedicación a sus clientes. «En España se edita muy muy bien. Hay que ayudar a ese esfuerzo editorial», dice.

Además, Santiago insiste en que las librerías deben tener un papel activo en la vida de los municipios. «Nos gustaría colaborar más con las autoridades locales de La Granja y de Segovia porque compartimos el mismo fin: expandir la cultura entre los ciudadanos. Tenemos mucho por hacer y no es fácil, pero vamos con determinación a afrontar los retos que vienen».

Se da la circunstancia de que en el municipio del Real Sitio de la Granja de San Ildefonso, que tiene poco más de 5.000 habitantes, hay dos librerías, todo un «lujo» que encaja con la tradición ilustrada del Real Sitio. «Colaboramos mucho con la otra librería, incluso editando libros conjuntamente», dice orgulloso de que ambas mantengan viva la escena cultural de la localidad.

Para terminar, el propietario de Farinelli recuerda que alguien dijo una vez que hay que hacer las cosas con ánimo de logro no con ánimo de lucro. «Creo humildemente que Farinelli es un pequeño logro. Hemos sabido crear un foco de cultura en el Guadarrama de Segovia con un modelo de negocio que es original, diferente y coherente con lo que queremos ser. Ojalá la gente pueda apreciar el esfuerzo y cariño que hay detrás».