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24 de abril de 2024

Manifestación en Canet de Mar contra la sentencia del TSJC que ha fijado un 25 % de castellano en la escuela Turó del Drac

Manifestación en Canet de Mar contra la sentencia que ha fijado un 25 % de castellano en la escuela Turó del DracDavid Zorrakino / Europa Press

Enseña las fauces

El independentismo azuza el odio contra la familia de Canet ante la tibieza del Gobierno

El TSJ catalán ordena a las autoridades proteger al niño y sus padres y horas después ERC –socios de Sánchez–, Junts y la CUP secundan una concentración a pocos metros del colegio 

Perfiles independentistas empezaron a hacer circular el viernes por las redes sociales la supuesta identidad de los padres de un niño de Canet que han conseguido que al menos el 25 % de las clases se den en castellano. 
Todo ello, pocas horas después de que el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) ordenara tanto al consejero de Educación como a la dirección del centro que adoptaran las medidas necesarias para «preservar la protección e intimidad del menor», así como de su familia. 
Desde la Asamblea para una Escuela Bilingüe (AEB) anunciaron a última hora del día que habían puesto en conocimiento de las autoridades publicaciones como las de @Llibertatcat. La asociación Hablamos Español indicó a Efe que habían denunciado ante la Fiscalía los hechos. Y el portavoz de Vox en Cataluña, Ignacio Garriga, anunció que en cuanto tuviesen base legal denunciarían al presidente de la Generalitat y al consejero de Educación por promover el odio. «No nos va a temblar el pulso para sentar a estos totalitarios ante el juzgado», aseguró.
Pese a todo, la ministra portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, minimizó desde la mesa del Consejo de Ministros lo que estaba ocurriendo en la localidad de Barcelona y lo llamó «hecho puntual de acoso» para no molestar a sus socios parlamentarios. La ministra de Educación, Pilar Alegría, se puso en contacto con el consejero catalán del ramo; pero no en tono de advertencia, sino conciliador. 
Y mientras tanto, diputados de Junts per Catalunya, de ERC y de la CUP también participaron en la manifestación que el viernes por la tarde se celebró en Canet en protesta por la sentencia del TSJC. Manifestación que habían convocado el Sindicat d’Estudiants dels Països Catalans y la Intersindical, ambas organizaciones vinculadas al independentismo. 
En un primer momento se había previsto que la marcha comenzara a las puertas del colegio, pero finalmente no fue así. Lo hicieron en la Font del Drac, en un parque cercano al centro escolar. Desde el AMPA de la escuela se pidió también un cambio de ubicación de la manifestación.
Los promotores de la protesta hicieron un llamamiento a la «desobediencia» de la Consejería, los estudiantes y el profesorado, e instaron a buscar estrategias para no cumplir la sentencia del TSJC sin poner en riesgo a la dirección de la escuela.
Por otro lado, la alcaldesa de Canet, Blanca Arbell, explicó que tanto el Ayuntamiento como la escuela recibieron amenazas telefónicas tras la sentencia y, en cambio, negó que hubiese habido amenazas o coacciones contra la familia que había pedido más educación en castellano. Según la regidora, de ERC, «son dos tuits y de personas que no son de Canet. Es una manipulación para dar bombo y platillo a una situación que no existe».
La familia había solicitado amparo al TSJC por los insultos y amenazas que estaba recibiendo. No sólo de personajes conocidos y anónimos en redes sociales, sino también por los comentarios vertidos en un grupo público de WhatsApp que se creó tras conocerse la sentencia, y en el que se pedía que se identificara al niño y a la familia o que se aislara al menor y se le dejara sólo en clase. La Fiscalía de Barcelona ya ha abierto diligencias por si estos mensajes pudieran ser constitutivos de un delito de odio o discriminación.
Precisamente una de las personas que había hecho algunos de esos comentarios se justificó ayer. En concreto, el tuitero que pidió «apedrear» la casa del menor, el periodista y crítico gastronómico Jaume Fàbrega, quien aseguró que se le había malinterpretado: «Apedrear una casa en mi cultura rural era una expresión imaginaria y significaba un escrache sin voluntad física». Asimismo, pidió disculpas a las personas que se hubieran «sentido ofendidas».
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