El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, durante el pleno extraordinario del Parlament

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, durante el pleno extraordinario del ParlamentEFE

El Parlament vota a favor de mantener el acta a Juvillà, aunque Borràs no acepta la delegación de voto del 'cupero'

La CUP no ha votado el dictamen acordado por los independentistas y los comunes por la decisión de la presidenta de la Cámara y dan por «suspendido» a Juvillà

El pleno del Parlament, con los votos a favor de Junts, Esquerra y comunes, ha aprobado el dictamen elaborado por la Comisión del Estatuto del Diputado que apostaba por mantener el escaño al cupero Pau Juvillà, condenado a seis meses de inhabilitación por desobediencia. Pero una de las primeras incógnitas estaba en conocer la posición de la presidenta de la Cámara, Laura Borràs, si iba a aceptar el voto delegado de Juvillà, tal y como le pedía la CUP, lo que podía interpretarse como un acto de desobediencia a la Junta Electoral Central (JEC).
Pero de momento, Borràs no ha dado el paso, y no ha aceptado la delegación de voto con el argumento de que la votación no podía quedar «contaminada por conflicto de intereses». Una decisión, en cualquier caso, que no ha gustado a los antisistema, que finalmente no han participado en la votación del dictamen. De hecho, consideran que la presidenta del Parlament se ha rendido a la Junta Electoral y ya dan por suspendido a Juvillà: «El hecho de no haber sido convocado ni tener el voto delegado contradice el mismo dictamen, ya que no se están garantizando los derechos como diputado», decía la CUP en un comunicado. Recordemos también que la Junta Electoral ha dado de plazo hasta este viernes a Borràs para que retire es escaño a Juvillà.
Por otro lado, PSC, Vox, PP y Ciudadanos se han mostrado muy críticos sobre todo con la actitud de los grupos independentistas. La socialista Alicia Romero decía que nunca el Parlament les había «avergonzado» tanto y ha calificado la situación de «esperpento político indigno».
El líder de Vox en Cataluña, Ignacio Garriga ha insistido en que, si la presidenta del Parlament no cumple con la resolución de la Junta Electoral, presentarán una demanda contra ella. También considera que lo aprobado hoy por la cámara es una «constatación de la rebeldía de la Mesa que atenta contra el derecho de todos», y ha dejado claro que hoy «es más necesario» suspender la autonomía de Cataluña.

No hay sentencia firme

Por parte de Ciudadanos, Carlos Carrizosa ha dicho que no se pueden «impugnar» las decisiones judiciales, gusten o no, y ha tildado de «trumpista» a Borràs por querer minar las instituciones desde las propias instituciones. El popular Alejandro Fernández considera que el dictamen es un «artefacto jurídicamente infecto» y ha lamentado que «su Majestad Borràs» quisiera «cogerse una semana blanca» al recomendar parar la actividad parlamentaria y todo, añadía, por una combinación de «arrogancia e infantilismo».
Los comunes también han criticado la actitud de la presidenta del Parlament, y eso que han votado a favor del dictamen. Su portavoz, David Cid, lamentaba que el caso Juvillà haya quedado en un segundo plano por la nueva «batalla» entre los partidos independentistas para ver «quién queda en evidencia en el último segundo».
El dictamen, recordemos, apuesta por mantener el acta de diputado a Juvillà, porque no hay una sentencia firme y porque el Tribunal Supremo aún no se ha pronunciado sobre las medidas cautelares solicitadas por el propio Juvillà. El límite de la desobediencia, según el texto, es que no se comprometa a ningún funcionario.
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