La alcaldesa de Vic, Anna Erra, en un acto de campaña de 2019

La alcaldesa de Vic, Anna Erra, en un acto de campaña de 2019Europa Press

Anna Erra, la alcaldesa de Vic que diferencia a los «catalanes autóctonos» de los que no lo parecen «por su aspecto físico»

La edil ha estado en las últimas semanas en el foco por negar carpas a favor del bilingüismo porque eran contrarias «a la moral y a las buenas costumbres»

La alcaldesa de Vic, Anna Erra, de Junts per Catalunya, ha estado en el ojo del huracán estos últimos días porque hasta en tres ocasiones ha negado que se pudieran instalar carpas a favor del bilingüismo en su municipio. Pero no era la primera vez que estaba en el foco mediático. En 2020, en un pleno en el Parlament, pidió que se siguiera hablando catalán a los que por su «aspecto físico o por su nombre» no parecieran «catalanes autóctonos». Una alcaldesa que también fue citada a declarar porque, en pleno auge del proceso independentista, desde la megafonía de la Plaza Mayor se difundían consignas para «no desviarse del objetivo».

El municipio de Vic, y el Ayuntamiento, fueron noticia hace sólo unos días por negar que se instalaran carpas pidiendo bilingüismo en las escuelas catalanas. Y no fue sólo por el hecho de denegar la petición, sino por los argumentos dados. Primero fue la Asamblea por una Escuela Bilingüe la que solicitó al ayuntamiento poder colocar estas carpas para informar y recoger firmas con el objetivo de que el gobierno catalán cumpla con la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) que le obliga a que al menos un 25 % de las clases se den en castellano en todo el sistema educativo.

Entonces, desde el consistorio aseguraron que esta acción era contraria «a la moral, a las buenas costumbres ciudadanas y al orden público». Un argumento similar utilizó para rechazar la petición del Partido Popular, también de instalar una carpa en Vic, petición que hizo a raíz de la negativa del Ayuntamiento a dar el visto bueno a la de Escuela de todos.

Posteriormente fue Ciudadanos quien lo intentó, y en este caso la alcaldesa dio un paso más allá. Tras denegar la solicitud de la formación naranja, Ciudadanos presentó un recurso de amparo al juzgado contencioso-administrativo número 15 de Barcelona. Pues bien, en su escrito de alegaciones, la alcaldesa de Vic, Anna Erra, explicó que Ciudadanos «se ha posicionado en contra de la inmersión lingüística, choca con la opinión mayoritaria de la ciudad y desde el ayuntamiento no se quiere facilitar el ataque a la lengua catalana». Erra enmarcaba su decisión en «los precedentes y la polémica a nivel político y social alrededor de la inmersión lingüística». Unos argumentos que no convencieron al juez que autorizó la carpa de Ciudadanos. Tanto desde el PP como desde la formación naranja censuraron los argumentos de Erra, porque suponen un ataque a la libertad de expresión y una «censura de la libertad política».

Largo historial de polémicas

Esto es lo más reciente, pero la alcaldesa de Vic ha sido objeto de más polémicas. Así, por ejemplo, durante una intervención en el Parlament en defensa del catalán en 2020, pidió a los «catalanes autóctonos» que no cambiaran de lengua para hablar con personas de origen extranjero. Pero es que, además, aseguró que había que acabar con «la costumbre muy presente en determinadas zonas del país de hablar en castellano a cualquier persona que por su aspecto físico o por su nombre no parezca catalana». Una intervención que criticó con dureza la oposición, y que Erra aseguró que se le había «malinterpretado».

Lo cierto es que Vic es uno de los municipios con más arraigo independentista, municipio que también ha dejado otras noticias para el recuerdo, especialmente a raíz del referéndum ilegal del 1 de octubre. Por ejemplo, el ayuntamiento usó cada día la megafonía, después del repique de campanas de las 20:00 para difundir un mensaje en el que instaba a los ciudadanos «a no desviarse del objetivo», en alusión a la independencia de Cataluña. Mensaje que también decía que había que recordar que «hay presos políticos y exiliados».

También en la Plaza Mayor de la ciudad colectivos independentistas clavaron 2.500 cruces amarillas. Eso fue en 2018. Y fue noticia no sólo por esta acción en sí, sino porque un coche arrasó las cruces tras entrar a toda velocidad en la plaza.

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