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06 de mayo de 2024

Varios ocupas observan a los Mossos d'Esquadra, en la plaza Bonanova, en Barcelona

Varios okupas observan a los Mossos d'Esquadra, en la plaza Bonanova, en BarcelonaEuropa Press

Barcelona, capital de la delincuencia

Los delitos han crecido en la ciudad un 8,6 %, según el balance de la Junta Local de Seguridad

Hay cosas que no cambian en Barcelona, aunque el alcalde sea otro. Como por ejemplo, que los barceloneses consideren que su principal preocupación es la inseguridad en la ciudad. Así lo constataba el último barómetro municipal, de diciembre, en el que un 28 % de los encuestados mostraban su inquietud por esta cuestión. Es un aviso para el alcalde, Jaume Collboni. En el anterior barómetro, en junio, el porcentaje era un 5 % inferior. Y los datos, desde luego, avalan la preocupación.
Lo reconocía el propio comisario jefe de los Mossos de Esquadra, Eduard Sallent. En Barcelona, el año pasado crecieron los delitos un 8 %, concretamente un 8,6 %, especialmente los delitos sexuales, los ciberdelitos y los hurtos.
De hecho, según el balance de la Junta de Seguridad Local que se reunió este lunes, las denuncias por agresión sexual han aumentado un 24,5 %; los hurtos representan prácticamente la mitad de los delitos que se producen en la capital catalana, y se han incrementado un 6,5 %; también han subido las estafas un 35 % y las detenciones a ladrones multirreincidentes lo han hecho un 30 %.
La capital catalana lidera el ranquin de criminalidad de España, y también está en el podio en otras cifras: es la segunda ciudad europea con más robos con fuerza por cada cien mil habitantes. Tiene una tasa de 320 por cada cien mil, y solo la supera Bruselas. Y las dos conservan sus puestos con holgura, puesto que la tercera, que es Melilla, tiene una tasa de 239 robos.
Por distritos, el Eixample y Ciutat Vella se pueden considerar los más peligrosos. Entre ambos suman prácticamente la mitad de los delitos que se han cometido en la capital catalana. Es en el centro de Barcelona donde están los puntos más calientes de la delincuencia, por donde más se mueven los turistas. Solo en los últimos días se ha conocido que un piloto de Ferrari, Pere Oriola, fue encañonado en un bar de la capital catalana. El local estaba lleno de gente, pero poco importó a los delincuentes, que consiguieron robarle un Rolex. Se cree que estos individuos están relacionados con hechos similares delante de la Escuela Pia de Sarrià o en la calle Beethoven.
Y el barrio de Sant Antoni, al menos sus comercios, se están convirtiendo también en objetivo de los ladrones. Desde principios de año han sido asaltados al menos media docena de establecimientos. Pero Barcelona también ha sido noticia recientemente porque un grupo importante de personas, formado por 70 individuos, se coló en el metro provocando destrozos en estaciones y trenes valorados en 135.000 euros.
Y también en el metro, un individuo agredió a una decena de mujeres en la estación de Camp del Arpa sin que hubiera un motivo aparente. Pero es que atención, el año pasado la policía registró 14.500 delitos en el metro de Barcelona, un 29 % más que el año anterior, según datos del Ayuntamiento de Barcelona.
Y otro problema que tiene la ciudad, además de que aumente la delincuencia, es que los delitos son cada vez más violentos. Así, por ejemplo, los Mossos pusieron en marcha hace un año el 'plan daga', ante el incremento de casos en los que se usaba el arma blanca. Concretamente, se había detectado un repunte del 44 % y no solo en el caso de robos, sino también en peleas. Según los últimos datos facilitados por los Mossos, hasta agosto se habían decomisado 1.252 armas blancas en toda Cataluña, buena parte de ellas en Barcelona. La policía cree que el plan funciona porque permite detectar más navajas en la vía pública y provoca que menos personas lleven este tipo de armas.

Multirreincidentes

Y del 'plan daga', al 'plan tremall'. Se trata de un dispositivo en el que participan todos los cuerpos policiales, Mossos, Guardia Urbana, Policía Nacional, que tiene como objetivo controlar y poner coto a los delincuentes multirreincidentes, otro de los problemas de la capital catalana. En Barcelona, solo el año pasado, la policía detuvo a 25 delincuentes en 893 ocasiones. Entre todos acumulan 1.423 antecedentes, la mayoría por delitos patrimoniales, hurtos y robos con violencia e intimidación. Estas personas ingresaron en prisión 124 veces. Pero la mayoría de ellas no estuvieron en la cárcel más de dos meses.
Y es en este ámbito donde quiere centrar la atención el teniente de alcalde de Seguridad, Albert Batlle, quien asegura que ahora hay más policías que nunca en las calles de Barcelona. Por este motivo, añadía, lo que hace falta es «una modificación penal y en la legislación procesal para ser más ágiles en la persecución del delito». Y especialmente para los reincidentes piden instrumentos legales, como «endurecer el Código Penal» para acabar con la «sensación de impunidad» que tienen y que, a su vez, según su opinión, generan sensación de inseguridad en la ciudad.
Batlle también ha mostrado su preocupación por los delitos relacionados con el tráfico de drogas, que también se han incrementado en la ciudad, y por la actividad de los narcopisos. En los últimos cuatro años, entre la Guardia Urbana y los Mossos han desmantelado unos 400 pisos que eran punto de venta de droga en la ciudad. El jefe de la Guardia Urbana, Pedro Velázquez, destacaba que, este, es un «fenómeno que tiene un riesgo por su relación con el crimen organizado».

Criticas de PP y de Vox

Desde la vertiente política, el líder del PP en Barcelona, Daniel Sirera, denuncia que la ciudad «se ha convertido en un parque temático de la inseguridad ciudadana». Él cree que aún se necesitan más agentes, tanto de los Mossos como de la Guardia Urbana en la ciudad, pero lo que aún considera más «urgente» es una «reforma del Código Penal que ponga fin a la multireincidencia».
Y desde Vox, Gonzalo de Oro critica que el consistorio no pone toda la carne en el asador para luchar contra la inseguridad. En este sentido, recuerda que se rechazó una propuesta de su formación para crear una brigada especial de la policía municipal y de la autonómica dedicada al control de los multirreincidentes. Y destacaba que Barcelona se había convertido «en la capital» de estos delincuentes por culpa del «pasotismo» del actual alcalde, de la anterior alcaldesa, y también del separatismo.
Para De Oro, hay que actuar con «contundencia contra los multirreincidentes, con mejor justicia y políticas de expulsión para aquellos delincuentes extranjeros que vienen a Barcelona para convertir el robo en su modo de vida». Desde Vox se considera «crucial» aumentar la presencia policial en las calles para «controlar a los ladrones habituales, un hecho que permitiría una supervisión más efectiva de áreas propensas al crimen y un mayor efecto disuasorio. Este enfoque integrado de la seguridad reforzaría la capacidad para abordar eficazmente la reincidencia y mantener la seguridad en Barcelona».
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