Marta Ferrusola, en una imagen de archivo de 1981

Marta Ferrusola, en una imagen de archivo de 1981Europa Press

Perfil

Marta Ferrusola, la «madre superiora» que instauró la corrupción en Cataluña

La mujer de Jordi Pujol, fallecida a los 89 años, era el prototipo del nacionalista/separatista/racista catalán

Gracias al caso Pujol, que deberíamos llamar «de los Pujols» –porque fueron muchos los que se aprovecharon– conocimos que a la matriarca del clan se la conocía como «madre superiora». Marta Ferrusola, que falleció este lunes a los 89 años, era el prototipo del nacionalista/separatista/racista catalán.

Lo era como lo fueron Valentí Almirall, Daniel Cardona, Heribert Barrera… o su marido, Jordi Pujol. En 1958, este escribió lo siguiente:

«El hombre andaluz no es un hombre coherente, es un hombre anárquico. Es un hombre destruido, es generalmente un hombre poco hecho, un hombre que hace cientos de años pasa hambre y que vive en un estado de ignorancia y de miseria cultural, mental y espiritual».

Su mujer tenía el mismo pensamiento racista, porque ellos siguen considerándose una raza superior. De ahí que hicieran lo que les dio la gana económicamente, al creer que Cataluña era su cortijo. Es más, como ella misma declaró, aquello lo hicieron porque su marido había construido Cataluña, y de alguna manera debían pagar los esfuerzos y sacrificios realizados.

A pesar de ello, aún perdura en el recuerdo el día en que, en el Parlamento de Cataluña, Ferrusola tuvo el valor de decir que su familia era pobre, que no tenían ni un euro.

Catalanes, españoles e inmigrantes

Hablando de los hijos, los activistas del clan, que llegaron a embolsarse unos 300 millones de euros, la señora Ferrusola tuvo un problema cuando los niños eran pequeños: no podía hacer como cualquier madre y llevarlos al parque. ¿Vivían en un sitio donde no había parques? No. El problema – es que todos los niños hablaban castellano.

El problema no era solo de los «españoles», por así decirlo. Con el tiempo en Cataluña se incorporaron nuevas nacionalidades. A pesar de la famosa frase de su marido de que «catalán es todo aquel que vive y trabaja en Cataluña», la realidad es que trabajaban, pero no los consideraban catalanes. Y esto queda demostrado en unas declaraciones que hizo al ser preguntada por la migración y su integración. Ferrusola no se mordió la lengua:

«En un bajo, una mezquita; en la otra, una mezquita… cuando ya no tengan suficiente la plantaran donde esté, en Santa María del Mar si es necesario. Ellos van cogiendo agallas y nosotros nos vamos encogiendo… Cáritas les da comida y ropa. Tienen que dárselos pero a alguno también deberían darle el billete para volver a casa».

Explícita también fue al ser preguntada por las mujeres inmigrantes. De mujer a mujer. Era de esperar que su respuesta fuera políticamente correcta. Sin embargo demostró su xenofobia: «Si hay dos mujeres inmigradas, primero las atenderán a ellas que a usted. Porque ellas gritan y tú no».

Contra Montilla

Tampoco tuvo pelos en la lengua al hablar de los presidentes de la Generalitat de Cataluña que sustituyeron a su marido. Recordemos que Artur Mas, el delfín de Pujol, ganó las elecciones, pero el tripartito les arrebató la presidencia. Una ofensa a la omertá de los Pujol. Por eso, al conocer que Pasqual Maragall sería investido presidente declaró que «aunque ganamos las elecciones, nos robaron el Govern. Es como si entran en tu casa y te encuentras los armarios revueltos, porque te han robado».

El presidente Jordi Pujol, acompañado por Marta Ferrusola, vota en las elecciones generales de 1989

El presidente Jordi Pujol, acompañado por Marta Ferrusola, vota en las elecciones generales de 1989Europa Press

Si antes hemos leído el pensamiento racista de su marido, con respecto a los andaluces y las palabras de su señora con respecto a las personas que decidieron venir a Cataluña para ganarse la vida, la herida se les abrió cuando un andaluz, de Córdoba, es elegido presidente de la Generalidad. Y este fue el caso del socialista José Montilla.

Ferrusola fue muy clara: «un andaluz que tenga su nombre en castellano sí molesta, mucho, mucho. Y además, hablar, debe hablar bien».

Contratos con el Puerto y el Barça

A parte de estas manifestaciones racistas y, como ella aseguró, no tener ni un duro, lo cierto es que en la década de los 90 del pasado siglo, su floristería de barrio consiguió muchos contratos. Uno de ellos fue en el Puerto de Barcelona, para incrementar la plantilla floral, por un valor de 20 millones de pesetas.

En el año 1994 curiosamente el FC Barcelona tuvo que cambiar el césped del campo de fútbol. Para ello se eligió a la empresa Hidroplant. Curiosamente, una de sus accionistas era Marta Ferrusola. Se colocaron paneles de césped importados de Francia, sobre varias capas de arena silícica de Burgos. A pesar de ser un proyecto revolucionario, el césped no enraizó y el Barça tuvo que jugar durante dos años en un campo de coles.

Con respecto al hecho de hacerse llamar «madre superiora», fue ella misma la que se puso este nombre en clave. En concreto debemos remontarnos al año 1995. Ese año envió una nota manuscrita, al responsable de la Banca Reig de Andorra. En ella se leía: «Reverendo mosén, soy la madre superiora de la congregación, necesitaría que traspases dos misales de mi biblioteca a la biblioteca del capellán de la parroquia».

Teniendo en cuenta que, como ella dijo, «van con una mano delante y otra detrás", y exclamando que “¡no tenemos ni cinco!», en algún momento a la madre superiora o bien le falló la memoria o le robaron el dinero.

La ingeniería financiera del clan Pujol-Ferrusola, en sus mejores momentos, llegó a mover una cifra global de 3.000 millones de euros. Podemos considerar a Marta Ferrusola, a parte de todo lo que hemos dicho anteriormente, como la mujer que instauró la corrupción en Cataluña en la época de Convergència i Unió. Jordi Pujol no hubiera sido nada sin ella.

Sin ella, tampoco sus hijos se hubieran hecho ricos. La primera dama de Cataluña, como se la llamó, ha pasado a mejor vida, pero ha dejado un poso en la política catalana que tardará muchos años en recuperarse, a pesar de la veneración de los convergentes y el blanqueo que la actual Generalitat ha querido imponer sobre ella y su marido.

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