Vista de la montaña de Montserrat

Vista de la montaña de Montserrat

Religión

Montserrat se prepara para una procesión multitudinaria sin precedentes en el siglo XXI

La venerada imagen románica, popularmente conocida como «la Moreneta», abandonará su tradicional ubicación el domingo

Este domingo, 27 de abril, la montaña sagrada de Cataluña se convertirá en epicentro de devoción popular cuando miles de fieles asciendan para presenciar un acontecimiento que no ocurría desde hace casi tres décadas: la salida procesional de la Virgen de Montserrat.

La venerada imagen románica, popularmente conocida como «la Moreneta», abandonará su tradicional ubicación el domingo, coincidiendo con las celebraciones del milenario del monasterio benedictino. Un hecho extraordinario que solo se ha producido en contadas ocasiones durante el último siglo.

Bernat Juliol, comisario de los actos del milenario, destaca la excepcionalidad del momento: «No es un simple acto litúrgico más, sino un acontecimiento histórico». Para encontrar el último precedente hay que remontarse a 1997, cuando la imagen salió por el 50 aniversario de su entronización. Anteriormente, solo había abandonado su camarín durante la Guerra Civil (por motivos de protección) y en la multitudinaria celebración de 1947.

La montaña se prepara para la avalancha

Las previsiones apuntan a una afluencia récord que podría saturar los accesos. Con una capacidad máxima estimada en 15.000 visitantes diarios, las autoridades han implementado un plan especial de movilidad. El mensaje es claro: priorizar el transporte público.

Ferrocarrils de la Generalitat ha programado servicios nocturnos extraordinarios para el sábado, con trenes cremallera hasta la madrugada tras el espectáculo de drones, y frecuencias intensificadas cada 20 minutos durante todo el domingo. También el funicular aéreo operará ininterrumpidamente.

Los establecimientos hoteleros del entorno rozaban ya el 80 % de ocupación a media semana, mientras que las 800 plazas de alojamiento disponibles en el propio monasterio —entre el hotel Abad Cisneros, el albergue y las celdas Abat Marcet— colgaron el cartel de completo con días de antelación.

Un bayard centenario y simbología milenaria

La imagen procesionará sobre un bayard de 1916 especialmente restaurado para la ocasión. El momento culminante llegará cuando el párroco Joan M. Mayol retire la figura de su trono para entregarla al abad Manel Gasch, quien dirigirá su traslado hasta la plaza de Santa Maria entre cantos de la Escolanía.

Durante la misa solemne, la explanada lucirá decorada con alfombras florales elaboradas por voluntarios de la Federación Catalana de Catifaires, mientras todas las corales vinculadas a la tradición montserratina acompañarán la liturgia.

Cultura y espiritualidad entrelazadas

La programación, que comienza el sábado con el concierto «Un Milenario de película» de la Orquesta Sinfónica del Vallès y finaliza el 1 de mayo con «Parsifal» de Wagner, refleja esa doble alma cultural y espiritual que caracteriza a Montserrat.

El Servei Català de Trànsit, junto a un operativo especial de Mossos que incluye unidades de tráfico, orden público y seguridad ciudadana, velará por el normal desarrollo de unas jornadas que se prevén históricas. Paneles informativos en la C-55 alertarán a los conductores sobre posibles retenciones.

Para quienes no hayan reservado con antelación, las posibilidades de asistir a los actos litúrgicos principales son escasas, pues las 3.000 plazas sentadas están agotadas. No obstante, otros 3.000 espectadores podrán seguir la procesión de pie, aunque con restricciones de movilidad mientras dure la ceremonia.

En un santuario que recibe anualmente 2,4 millones de visitantes, esta celebración milenaria marca un antes y un después en la historia reciente de uno de los símbolos más queridos de la cultura catalana.

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