Centre Penitenciari Brians 2. Vista exterior

Centre Penitenciari Brians 2. Vista exteriorDJUSTICIA

Cataluña

La prisión de Brians 2 reparte papel de plata entre los internos para inhalar droga y «reducir riesgos»

El Departamento de Justicia dice que en ningún caso se busca fomentar el consumo entre los reclusos, sino de reducir riesgos de sobredosis y de transmisión de enfermedades infecciosas

La dirección del centro penitenciario de Brians 2, en Sant Esteve Sesrovires (Barcelona), ha autorizado que se pueda repartir papel de plata «sin plomo» entre los reclusos para que consuman droga «inhalada». Se trata de una nueva «estrategia» para «aumentar la promoción de la salud entre la población penitenciaria, así como la reducción de los daños asociados al consumo de drogas». Por lo tanto, aquellos presos que sean beneficiarios, y tengan este material, no serán sancionados.

Así consta en una circular del centro penitenciario, en el que se explica que el «kit de dispensación» constará de «dos platas: una base y un tubo; un sobre blanco y un tríptico». Y también se precisa que la población diana serán los usuarios de drogas por vía pulmonar; también los de vía parenteral, incluidos los usuarios del programa de intercambio de jeringuillas «motivados a cambiar de vía de consumo»; y agentes de la salud que hacen «de puente» entre los profesionales del CAS (Centro de Atención y Seguimiento de drogodependencia) del centro penitenciario y la población penitenciaria.

Una decisión que no comparten algunos trabajadores de prisiones, quien consideran que «normalizar el consumo no está dentro de las atribuciones de lo que debería ser un establecimiento penitenciario y va en contra de cualquier tratamiento». También creen que las medidas que se tengan que tomar tienen que ir en la línea de evitar que la droga entre las cárceles e intentar que los internos no consuman.

«Reducir riesgos»

Desde el Departamento de Justicia, y ante el revuelo causado, defienden la medida porque se busca reducir los riesgos sobre la salud de los internos y no se trata en ningún caso de facilitar el consumo de drogas, porque está restringido a aquellos presos a quienes el CAS del centro así lo autorice.

Y repartir papel de plata «sin plomo» a drogodependientes favorece que el consumo de estas sustancias se haga por vía nasal y no intravenosa. Así se consigue, dicen desde la consejería, que se reduzca el riesgo de sufrir una sobredosis y también de transmisión de enfermedades infecciosas, porque disminuye el uso de jeringas.

También se asegura que esta medida es habitual en los CAS de drogodependencia que hay por el territorio, a pie de calle, y que están disponibles para los ciudadanos que sufren esta problemática. Recuerdan que en la prisión de Brians 1, donde ya hay un Centro de Atención y Seguimiento, ya se implantó esta medida, y el departamento de Justicia estudia si se puede ampliar a otros centros que no tienen CAS. Según datos del Departamento de Salud, un 40% de la población penitenciaria tiene problemas de drogodependencia.

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