El presidente de la Generalitat, Salvador Illa (i), saluda al presidente de Junts per Catalunya, Carles Puigdemont (d), durante una reunión, a 2 de agosto de 2025, en Bruselas (Bélgica). Illa, quién ha promovido la reunión, ha remarcado su intención de tenerla con la voluntad de mandar un mensaje de diálogo, además ayer 1 de septiembre, lamentó no poder recibir al expresidente catalán en el Palau de la Generalitat al no aplicarse la ley de amnistía.

Jasper Jacobs / Europa Press
02/9/2025

Salvador Illa saluda a Carles Puigdemont antes de su reunión en Bruselas, este martesJasper Jacobs / Europa Press

Política

Illa se traga el sapo de 'amnistiar' a Puigdemont pero Junts reclama ver a Sánchez: «Que se miren a los ojos»

El presidente catalán protagoniza en Bruselas una reunión frente a las cámaras para rehabilitar al prófugo independentista

Pedro Sánchez, Salvador Illa y José Luis Rodríguez Zapatero pasaron juntos las vacaciones en Lanzarote, y el presidente catalán volvió del territorio canario con una misión clara: ser el encargado de culminar el blanqueamiento al líder de Junts, el prófugo Carles Puigdemont.

Dicho y hecho, hace semana y media su gabinete contactó con la oficina del postconvergente y concretó una reunión en Bruselas, rompiendo un tabú que Illa había mantenido intacto desde que fue investido.

El encuentro se anunció oficialmente este lunes y se ha celebrado este martes por la tarde: ha durado una hora y media, en el segundo piso de la sede de la ‘embajada’ que la Generalitat mantiene en Bruselas. Illa ha llegado una hora antes a la cita, y su equipo ha preparado una escenografía minimalista, sin banderas y ni símbolos: dos ficus y paredes blancas han sido toda la decoración.

Tanto los socialistas como los postconvergentes han querido mostrarse herméticos sobre el orden del día de la reunión, y ambos dirigentes han abandonado el edificio sin hacer declaraciones a la prensa. Sin embargo, según ha podido saber El Debate, una de las cuestiones cruciales –a pesar de que Illa lo enmarcase todo en el «diálogo» y Sánchez lo desmintiese en RTVE– era tantear el precio del apoyo de Junts a los Presupuestos Generales del Estado.

El auténtico trofeo

La reunión, no obstante, también tenía otro propósito: servir de aperitivo para el auténtico trofeo que buscan los de Puigdemont: la foto con Sánchez, que culminaría el blanqueamiento y rehabilitación del dirigente independentista, un proceso iniciado por políticos como Pablo Iglesias o Yolanda Díaz y consolidado en las reuniones secretas de los últimos dos años entre Junts y una delegación socialista liderada por Santos Cerdán.

Más allá de las sonrisas y el apretón de manos con los que Puigdemont ha querido mostrar cordialidad y simpatía, lo cierto es que la cúpula de Junts nunca ha escondido el desprecio que les produce el líder del PSC. Se ha ocupado de recordarlo el secretario general de Junts, Jordi Turull, lamentando que la reunión llega «tarde» y que «habían dejado de pedirla», algo que el portavoz parlamentario del PSC, Ferran Pedret, ha desmentido.

Este mismo martes, pocas horas antes de que se celebrase la reunión, Turull ya apuntaba el siguiente paso en una entrevista en TV3 en la que ha vuelto a reclamar la reunión con Sánchez. «Para nosotros es importante que [Sánchez y Puigdemont] se miren a los ojos», ha dicho, insistiendo en que esta cita supondría un hito para empezar a sanar una relación muy deteriorada por los sucesivos incumplimientos por parte de Sánchez de sus compromisos.

Salvador Illa y Carles Puigdemont, reunidos en Bruselas este martes

Salvador Illa y Carles Puigdemont, reunidos en Bruselas este martesJasper Jacobs / Europa Press

Por su parte, Illa ha hecho una valoracion aséptica de la reunión, tirando de un argumentario que no engaña a nadie. «Hoy –ha escrito en X pocos minutos después de acabar el encuentro– me he encontrado con el presidente Carles Puigdemon, tal como he hecho con el resto de expresidentes de la Generalitat», recordando su ronda de encuentros con sus predecesores, que incluyó la rehabilitación política del evasor fiscal confeso Jordi Pujol.

«El diálogo es el motor de la democracia para que Cataluña continúe avanzando», ha concluido, considerando su encuentro con Puigdemont un «buen ejemplo» de esta filosofía.

Por su parte, Puigdemont ha agradecido en X «la amabilidad y la conversación» de Illa, pero ha lamentado que la reunión debería haberse producido «hace muchos meses» y en el Palau de la Generalitat, en Barcelona.

«Hoy ha vuelto a quedar claro que no vivimos en situación de normalidad», ha concluido el líder postconvergente, que ha convocado a su equipo más cercano este miércoles por la mañana para analizar el encuentro y decidir sus próximos pasos.

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