El líder de Junts, Carles Puigdemont, en una imagen de archivoEuropa Press

El laberinto catalán

Puigdemont empieza su proceso de alejamiento definitivo de Sánchez

La toma de posición del abogado general de la UE sobre el delito de malversación puede desencadenar el final de una relación que nunca fue de confianza

La semana que hoy finaliza empezó con un nuevo y opaco encuentro entre José Luis Rodríguez Zapatero y Carles Puigdemont, en la siempre sospechosa Ginebra. La reunión tenía por objetivo arrancar un compromiso de Junts para iniciar la tramitación de los presupuestos, pero Puigdemont no dio su brazo a torcer.

Zapatero debió pasar un mal trago reportando su fracaso a Pedro Sánchez, ahora que es sabido el mal humor que se gasta el presidente cuando las cosas no salen como él quiere. Sin embargo, desde la dirección de Junts no se conformaron con cerrar la puerta al trámite presupuestario, y filtraron a los medios que en ningún caso el Gobierno les había facilitado borrador alguno de las cuentas.

Además, dejaron claro que, para empezar a hablar, Sánchez debía poner encima de la mesa 6.500 millones de euros, que es la cantidad de dinero equivalente a obras no ejecutadas, pero sí presupuestadas, que los de Puigdemont calculan que hay pendientes de llevar a cabo en Cataluña.

Ese dinero, aclararon desde Junts, sería, en todo caso, para abrir la negociación, pero no presupone el resultado final de la misma.

No es un hecho aislado

El «no» de Puigdemont a los Presupuestos Generales del Estado (PGE) no es un hecho aislado, sino el inicio de una estrategia de alejamiento definitivo del PSOE. Al día siguiente de la fracasada reunión entre el expresidente en Suiza, Miriam Nogueras, portavoz de Junts en el Congreso, se cerraba en banda a la subida de las cuotas de autónomos.

El «no» innegociable de Junts a incrementar las aportaciones de los trabajadores por cuenta propia ha acabado arrastrando, incluso, a Sumar, dejando al PSOE solo al lado de UGT y CC.OO, siempre a los pies del Gobierno de Sánchez para lo que haga falta.

La portavoz de Junts en el Congreso, Míriam NoguerasEFE

Junts ha elaborado un plan que tiene por objetivo que todo su potencial electorado tenga claro que su colaboración con el sanchismo es pasado. Tras Nogueras, pocas horas más tarde, el vicepresidente de Junts, Toni Castellá, fue entrevistado por Gemma Nierga en el nuevo canal en catalán de RTVE, La2Cat.

Allí dejo caer la posibilidad de apoyar una moción de censura para desalojar a Sánchez de La Moncloa. Aunque el dirigente de Junts introdujo la salvedad de que el candidato no podía ser Feijóo, es la primera vez que Junts se abre a esta posibilidad, hasta ahora negada de forma rotunda por el secretario general de Junts, Jordi Turull.

Castellà es de los habituales en el puente aéreo independentista entre Barcelona y Bruselas, y es descartable que el vicepresidente de la formación de Puigdemont se lanzara a realizar un anuncio de este calado sin antes haberlo consultado con él.

Brecha con Illa

El debate de política general en el parlamento catalán de la semana anterior mostró una brecha amplia y profunda entre el PSC y Junts. En el partido de Puigdemont, finalmente, se han convencido de que e imposible mantener una colaboración con el PSOE en Madrid y oponerse al mismo partido en Barcelona. En los últimos días, las críticas a Illa se han incrementado como señal inequívoca del alejamiento entre ambas formaciones.

Entre los votantes independentistas ha calado la idea de que Pedro Sánchez le toma el pelo a Junts, igual que lo hace con ERC. El atasco de la amnistía, la no transferencia de las competencias en materia de inmigración, el abandono de la posibilidad de que el catalán sea reconocido en Europa tras la negativa de Merz –verbalizada durante una competencia conjunta con Sánchez en Madrid–, y la deriva ultra izquierdista de un ejecutivo central sostenido por Junts a cambio de nada está arruinando las perspectivas demoscópicas de los de Puigdemont.

Montaje de Sílvia Orriols y Salvador Illa

En el sanedrín neo convergente son muchos los que creen que es mejor que la convocatoria electoral sea cuanto antes, para evitar la vertebración de Aliança Catalana, una formación aún en proceso de crecimiento y a la que unas elecciones ahora, creen esos dirigentes, pillaría con el pie cambiado.

Los trucos del PSOE para mantener a Junts en el redil de la mayoría de la investidura ya no culean entre los dirigentes del partido independentista. Castellá dijo en La2Cat que «la reunión entre Sánchez y Puigdemont de producirse próximamente, en todo caso, llega tarde y debería haberse celebrado días después de pactar la investidura».

Las promesas socialistas de no cerrar las centrales nucleares de Ascó y Vandellós, ambas al sur de la provincia de Tarragona, ya no convencen a Junts y son vistas como una nueva promesa vacía.

En Junts afirman que «durante el otoño» tomarán una decisión sobre la continuidad de su apoyo al PSOE. En realidad, esa fecha clave de otoño es el 13 de noviembre, día en el cual el abogado general de la Unión Europea emitirá un informe sobre la amnistía referente al apartado de malversación.

Es el paso previo a la posición final del TJUE, y dicho informe en un elevado porcentaje de casos marca la línea de lo que dictaminará el tribunal. Si Puigdemont constata ese día que su regreso a España está lejos, su pulgar apuntará hacia el suelo y Sánchez no caerá, pero se quedará aún más solo.