Los vecinos del Raval, impotentes ante el auge de los narcopisos: «El alcalde ha dado por perdido el barrio»

El barrio del Raval de Barcelona se ha instalado en el imaginario colectivo como una zona no-go para muchos vecinos y turistas, que evitan este céntrico entramado de calles estrechas que aglutina robos, violencia nocturna y tráfico de drogas. Este último punto es, de hecho, lo que ha hecho estallar a los barceloneses que viven en el barrio, hartos de una problemática que, lejos de mejorar, empeora.

Así lo denunciaba la Red Vecinal del Raval a finales de la semana pasada. En declaraciones a la Agencia Catalana de Noticias (ACN), lamentan que en los últimos tres meses se ha visto un «repunte» en el número de narcopisos, viviendas que funcionan como puntos de venta para el tráfico de droga.

Ponen el ejemplo de un piso en la calle Guifé que alquiló un italiano por internet y que, en pocos días, se convirtió en narcotráfico. El Ayuntamiento defiende que durante el primer semestre de 2025 se desmantelaron, de media, más de dos puntos de venta de drogas cada semana. Además, se detuvo a 94 personas por traficar en narcopisos. Según señala el regidor de Ciutat Vella, Albert Batlle, sólo hay 10 narcopisos activos en Barcelona actualmente.

Críticas al Ayuntamiento

Sin embargo, los vecinos desmienten el relato triunfalista del gobierno municipal, y aseguran que el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, «ha dado por perdido el barrio». «No vemos que este ayuntamiento tenga la valentía o la voluntad de resolver los problemas», lamenta Ángel Cordero, miembro de la red vecinal, entrevistado por la ACN.

Para Cordero, el plan Endreça puesto en marcha por el gobierno municipal es ineficaz, y además refuerza una visión «estigmatizadora del barrio», al «vincular la delincuencia con la pobreza y la suciedad». El vecino reclama más políticas sociales para actuar sobre las causas de fondo: «Si llenamos el barrio de vecinos de clase trabajadora, el fenómeno se reducirá».