El diputado nacional de Compromís, Joan Baldoví.

El diputado nacional de Compromís, Joan BaldovíEP

Comunidad Valenciana  La división de Compromís llega hasta el ecologismo: «Milagros, a Lourdes»

La decisión de Baldoví de presentarse a las primarias ha ahondado en las discrepancias entre las familias de la coalición nacionalista

Compromís no está viviendo buenos tiempos en cuanto a estabilidad interna se refiere. A las disputas entre las distintas familias de la coalición y la decisión del diputado Joan Baldoví de presentarse a las primarias para encabezar la lista en las elecciones autonómicas de mayo, se ha unido un asunto que, precisamente, es uno de los pegamentos de Compromís: el ecologismo.
Este martes, la consejera valenciana de Agricultura, Mireia Mollá (Compromís), ha acusado a dos compañeros de Gabinete de no seguir los pasos de su departamento en materia de «transición ecológica». Curiosamente, ambos destinatarios de su dardo son del ala socialista del Gobierno, Rafael Climent en Economía y Rebeca Torró de Movilidad y Transporte.
A ellos les sugirió que hiciesen «los mismos esfuerzos» que ella en esta materia y que tuvieran «el mismo compromiso por la transición energética justa y sin impactos».
En esta línea, Mollá no se quedó ahí y lanzó otro mensaje, en este caso a la totalidad del Ejecutivo valenciano para que imitara su gestión «facilitadora» a la hora de instalar plantas fotovoltaicas de menos de cincuenta megavatios.
Estas palabras no han sentado nada bien en el seno del Gobierno regional, que las toman más como una reprimenda que como un consejo y, además, consideran que están fuera de lugar.
Sin embargo, por aquello de que a perro flaco todo son pulgas, no ha sido ningún portavoz socialista quien le ha reprochado –al menos en público– a Mollá esa crítica a compañeros de bancada. En esta ocasión quien se ha desmarcado claramente de las afirmaciones de la consejera ha sido la propia portavoz de Compromís en las Cortes Valencianas, Papi Robles.
Frente a las acusaciones de lentitud vertidas por su compañera de partido, Robles –que no forma parte del tripartito gubernamental– ha señalado que es mejor hacer las cosas «bien» porque si no, «de aquí unos años nos arrepentiremos», por lo que ha abogado por una política de «vísteme despacio que tengo prisa».
De este modo, también ha salido en defensa de los dos consejeros aludidos directamente, así como de todo el Ejecutivo: «Confiamos en el trabajo de los compañeros del Gobierno», ha indicado Robles, a lo que ha añadido que están «implicadas en el proceso» y trabajando «con el máximo rigor».
Asimismo, la portavoz nacionalista ha asegurado que el incremento en proyectos relacionados con la transición ecológica es «muy fuerte y muy claro», momento que ha aprovechado para devolverle el golpe bajo a Mollá: «Milagros a Lourdes».

Oltra, casi sin opciones de ir en las listas

La razón de esta riña orgánica tiene su origen en el propio nacimiento de Compromís, formado por tres familias con sus respectivas variantes y que vienen manteniendo desde hace tiempo sus notables discrepancias.
La mencionada decisión de Baldoví ha sido el último factor desestabilizador de las dos grandes patas de la coalición, el Bloc e Iniciativa. En esta última milita la consejera Mollá, al igual que la exvicepresidenta de la Generalitat Mónica Oltra, mientras que Baldoví y Robles son integrantes del Bloc.
De este modo, Mollá e Iniciativa abogan por apurar los tiempos procesales, esperar a comprobar si Oltra pudiera entrar en las listas electorales y optar a la presidencia autonómica.
En cambio, Robles defiende y apoya el paso dado por Baldoví para presentarse a las primarias de Compromís, gesto que, más allá de lo que pudiera dictaminar la Justicia, deja de facto a Oltra sin ninguna opción de liderar una candidatura unitaria.
Hasta las elecciones restan siete meses, por lo que no es descartable que los pulsos internos se trasladen de nuevo a reproches y acusaciones en público.
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