El presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig.

El presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo PuigEFE

Barómetro de encuestas  PP y Vox tendrían mayoría absoluta en la Comunidad Valenciana y acabarían con el tripartito de Ximo Puig

El centro-derecha sumaría 51 escaños, uno por encima de los necesarios para gobernar, mientras PSPV-PSOE, Compromís y Unidas Podemos se quedarían con 48 asientos

El que fuera jefe de Gabinete de la Presidencia del Gobierno desde 2018 hasta 2021 cuando Pedro Sánchez le defenestró, Iván Redondo, aseguró días atrás que el partido que logre gobernar en la Comunidad Valenciana después del 28 de mayo «tendrá pie y medio en la Moncloa».
Si cristalizase la previsión del consultor político, pintan bastos para el jefe del Ejecutivo. Según la media ponderada de las últimas encuestas analizadas por El Debate, el Partido Popular y Vox lograrían mayoría absoluta en la región, con lo que si llegasen a un acuerdo estarían en plena disposición de gobernar durante los próximos cuatro años.
Este hecho supondría automáticamente el fin del tripartito de izquierdas compuesto por el PSPV-PSOE, Compromís y Unidas Podemos (UP) y liderado por el socialista Ximo Puig, que ha estado al frente de la Generalitat desde 2015 (con los ‘morados’, desde 2019).
Tal como se desprende del estudio, la lista más votada sería la del PP, encabezada por Carlos Mazón, que obtendría 36 escaños, diecisiete más que los que consiguió en 2019. Es decir, los populares estarían cerca de doblar los resultados de los últimos comicios autonómicos.
En el bloque de centro-derecha, Vox también mejoraría su representación en el parlamento valenciano, pasando de sus diez asientos actuales hasta los quince que conquistaría la candidatura del catedrático de Derecho Constitucional Carlos Flores Juberías.
Por tanto, la suma de ambas formaciones sería de 51 escaños, uno por encima de la mayoría absoluta necesaria para gobernar, establecida en cincuenta. En caso de pacto, Carlos Mazón sería el próximo presidente de la Generalitat Valenciana.
Por contra, según el barómetro, la izquierda no podría revalidar su alianza y sus integrantes pasarían a las filas de la oposición. Así, el PSPV-PSOE lograría veintiocho parlamentarios. Solo tendría uno más que en 2019, pero aún así Puig no cumpliría sus propias expectativas y tampoco rentabilizaría suficientemente su gestión como para asegurarse un tercer mandato.

Vuelta amarga de Baldoví

A la izquierda de los socialistas, el tropezón electoral también sería considerable. Comenzando por Compromís, la vuelta de su diputado nacional, Joan Baldoví, a la política valenciana estaría aparejada a una decepción en la noche del 28 de mayo. Cuatro años atrás, los nacionalistas obtuvieron diecisiete escaños. Ahora, descenderían hasta los quince, con lo que se dejarían dos por el camino.
Baldoví, que aún sigue asistiendo a las sesiones de la Cámara Baja, no podría formar parte de un hipotético gobierno de izquierdas, del mismo modo que se especula con que no terminará por abandonar la Carrera de San Jerónimo.
Cabe recordar que Compromís se somete al veredicto de los ciudadanos en las urnas en unas circunstancias tan excepcionales como traumáticas. En las elecciones de 2015 y 2019 lo hizo aupado por el liderazgo indiscutible de Mónica Oltra, algo que no ocurrirá este año.
En junio del año pasado, a la que era vicepresidenta valenciana le obligaron a renunciar a sus cargos al constatar que no pensaba hacerlo a pesar de resultar imputada. El motivo de la decisión del juez es lo suficientemente grave: presuntamente, haber encubierto los abusos sexuales de su marido a una niña de catorce años cuya tutela dependía de la Consejería que ella misma dirigía.
Tras unos meses de intensísimas luchas internas que incluso llegaron a comprometer la salud de la coalición, Baldoví supo pescar en río revuelto y se postuló antes que nadie –pero no sin polémica ni malestar entre sus compañeros– para optar a la presidencia regional y, en la medida de lo posible, recomponer a Compromís.
A tenor del estudio que publica El Debate, Baldoví no solo no mejoraría los últimos resultados de los nacionalistas, sino que su bajada sería clave para que el centro-derecha ostente el poder durante la undécima legislatura.
Si a ese nada alentador panorama de perder la vicepresidencia y varias consejerías se le une un partido fracturado, sin un comandante en jefe real y la incógnita de cómo le afectará Sumar, el nuevo proyecto de Yolanda Díaz, es más que probable que la «vuelta a casa» de Baldoví acabe por convertirse en un amargo viaje.
Una de las incógnitas en las elecciones autonómicas en la Comunidad Valenciana es saber si Unidas Podemos terminará entrando en el hemiciclo. La media de encuestas analizada otorga a los comunistas cinco escaños, el número mínimo. En todo caso, lejos de los ocho de 2019.
La intriga entre los 'morados' está más que justificada. Si no alcanzan el 5 % de los votos entre las tres provincias no conseguirían representación parlamentaria, en base a la ley electoral valenciana. Actualmente, su estimación de voto está en el entorno del 6 %.
Tras unas semanas de progresiva bajada, parece que Unidas Podemos ha podido taponar la fuga de sufragios. Aún así, polémicas relacionadas con la coalición como la ley trans o la del 'solo sí es sí' hacen que salir de las Cortes Valencianas ni mucho menos sea algo descabellado.
Por último, el gran descalabro electoral correría a cargo de Ciudadanos. Su salida del parlamento autonómico se da por segura, al igual que ya sucedió en 2021 en la Asamblea de Madrid o en 2022 en el Legislativo andaluz.
A pesar del doloroso proceso de reestructuración interna y los cambios en el grupo parlamentario valenciano, los 'naranjas' perderían sus dieciocho diputados, que son casi los mismos que recuperaría el Partido Popular.
Por tanto, a falta de ya menos de un mes para que abran los colegios electorales, el centro-derecha consolidaría una mayoría absoluta que llevaría a Carlos Mazón a la presidencia de la Comunidad Valenciana.
De ser así, no se sabe si la predicción de Iván Redondo será exagerada, pero es indudable que a Alberto Núñez Feijóo se le estaría allanando el camino para ser presidente del Gobierno a finales de año.
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