Irene Montero conversa con Yolanda Díaz durante la manifestación del 1 de Mayo en Madrid.

Irene Montero conversa con Yolanda Díaz durante la manifestación del 1 de Mayo en Madrid.EFE/ Juan Carlos Hidalgo

Elecciones 28-M  El tacticismo de Yolanda Díaz le lleva a abandonar a Compromís para salvar el tripartito valenciano

La vicepresidenta segunda anuncia hoy que hará campaña por Unidas Podemos frente al malestar de los nacionalistas: «Yolanda no es valenciana»

En el ámbito de la consultoría política se suele denominar efecto champán a cuando cierto personaje irrumpe en el sector de manera repentina y abrupta, causando gran revuelo mediático en ese momento. Sin embargo, al poco tiempo, como la bebida en la copa una vez la espuma ha llegado al borde, termina rebajándose hasta quedarse en poca cosa.
Temerosa de que esa circunstancia que la RAE también define como bluf le pudiera suceder, Yolanda Díaz ha vuelto a estar en el candelero de los medios después de unas semanas fuera del foco en favor de la polémica con Doñana o del incidente con Félix Bolaños en la festividad del 2 de Mayo.
Así, el retorno a la palestra de la vicepresidenta segunda ha sido a cuenta de la campaña electoral y a qué formación respaldará de cara al cercano 28 de mayo. Entre las características de Díaz está la de nunca meterse en charcos políticos cuando sabe que, de una manera u otra, se puede acabar salpicando.
Por eso, cuando los periodistas le preguntan sobre temas peliagudos del Gobierno o de su (ex)partido, utiliza su tono de voz bajo para escudarse en que ella está en esa comparencia «como ministra de Trabajo» y por «respeto institucional» no hace valoraciones sobre partidos. Ahora bien, eso no le impide cargar durante minutos contra Núñez Feijóo en la pregunta siguiente.

Balones fuera

Esa misma táctica de escapismo la ha utilizado para evitar hablar sobre la ley del 'solo sí es sí' o, más recientemente, en relación a su proyecto político personal, la plataforma Sumar. Al carecer de implantación territorial y por los constantes desencuentros con Irene Montero y Ione Belarra, en todo momento ha sido una incógnita a favor de quién pedirá el voto en las elecciones locales y autonómicas.
Este calculado silencio de Díaz tiene especial relevancia en la Comunidad Valenciana, donde Unidas Podemos pesca en el mismo caladero de votos que Compromís. Por ello, desde que anunció el lanzamiento de Sumar, tanto comunistas como nacionalistas no han disimulado que querían contar con ella en algunos actos de campaña en la región.
La respuesta de la titular de Trabajo siempre ha sido la misma: echar balones fuera y utilizar conceptos vagos y etéreos, así como redundar en su retórica buenista, inclusiva y hasta cierto punto infantil, haciendo recordar su mítica frase acerca de que el Ejecutivo hacía «cosas chulísimas».
No obstante, el tiempo avanza y los comicios se acercan, con lo que Díaz se ha visto obligada a tomar una decisión. Apurando prácticamente hasta el último segundo y casi sobre la bocina, la vicepresidenta anuncia hoy viernes que tomará partido activamente en la Comunidad Valenciana por Unidas Podemos y, por ende, apoyará la candidatura de Héctor Illueca, con quien además trabajó en el Ministerio.
Esta postura, sin embargo, poco tiene que ver con las ganas que tiene Díaz en este momento de compartir escenario, besos y abrazos con los 'morados'. Más bien, obedece a su tacticismo habitual, a una estrategia cortoplacista que en este caso tiene como fin último garantizar que el tripartito de izquierdas en la región se reedite tras el 28-M.
Para que un partido político obtenga representación parlamentaria en las Cortes Valencianas ha de obtener al menos el 5 % de los votos. Actualmente, Unidas Podemos se encuentra en el entorno del 6 %, pero nadie puede asegurar a la coalición fundada por Pablo Iglesias que su presencia en el hemiciclo autonómico está, ni mucho menos, garantizada.
Las encuestas otorgan cinco asientos a los comunistas. Aún así, el bloque de centro-derecha formado por PP y Vox obtendría la mayoría absoluta (50) al contar con entre 50 y 51 diputados.
Joan Ribó, Mónica García y Ada Colau en la presentación de Sumar, el proyecto político de Yolanda Díaz

Joan Ribó, Mónica García y Ada Colau en la presentación de Sumar, el proyecto político de Yolanda DíazEFE

Ante el contexto de máxima igualdad hasta la misma noche electoral, Unidas Podemos se ha encomendado a Yolanda Díaz como única y última bala para intentar remontar en los sondeos, seguir estando en el parlamento y continuar ocupando carteras dentro del tripartito de izquierdas.
En cambio, estaría por ver si asumiría un hipotético cambio de ciclo en la región y cómo afectaría a la ministra y a Sumar un varapalo en la Comunidad Valenciana con una vuelta del PP a la Generalitat con el apoyo de Vox. El golpe político puede ser mucho más duro si, a pesar de su implicación personal, los 'morados' se quedan con cero escaños.
En Unidas Podemos, naturalmente, están radiantes con la decisión de Díaz después de semanas aguantando la respiración. Pero como toda moneda tiene dos caras, la decepción se vive en la sede de Compromís. Todo hacía pensar que la vicepresidenta segunda haría campaña con los nacionalistas, por lo que les ha cogido con el pie cambiado.

Está por ver si Díaz asumiría el golpe de que el PP volviera a gobernar la Generalitat y que lo hiciese con el apoyo de Vox

Incluso, fue el propio alcalde Valencia, Joan Ribó, quien reconoció a finales de abril que había invitado a Díaz –con quien comparte gran amistad y sintonía ideológica– a sus actos con vistas a las elecciones. A diferencia de con Bolaños, esta invitación no tuvo respuesta, aunque ambos casos derivaron en un rotundo «no».
Otro dirigente de Compromís que hizo público su deseo de contar con la líder de Sumar fue Joan Baldoví, que todavía sigue como diputado en el Congreso. Su sonrisa y su tono confiado y optimista cuando le preguntaban por la colaboración de Díaz allá por el mes de febrero ayer dio paso a un candidato más seco y visiblemente molesto:
«Cada uno que haga lo que crea que ha de hacer, pero para nosotros lo importante es hablar de aquí. Yolanda no es valenciana. A mi me importan Amparo, Voro, Ximo, María…Son a quienes les tengo que dar soluciones, hacer propuestas y garantizar un futuro mejor y de prosperidad», espetó el dirigente de la coalición.
El malestar de Baldoví, Ribó y otros responsables de Compromís no es para menos. Díaz ha estado a su lado a la par que se peleaba con la dirección nacional de Unidas Podemos. De hecho, el regidor de Valencia acudió al acto presentación de Sumar en Madrid.
Por tanto, entre los partidos a la izquierda del PSPV-PSOE el primer punto lo han ganado los comunistas a unos nacionalistas que han visto como su gran baza ha fichado por el equipo contrario a punto de cerrar el mercado. Así es Yolanda Díaz: ha hecho posible que quienes le repudiaban ahora le acojan con los brazos abiertos. Mientras, sus presuntos aliados ahora no quieren ni verle porque desde hoy mismo «Yolanda no es valenciana».
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