El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, lo ha vuelto a hacer. Al igual que viene actuando desde hace bastantes semanas a lo largo y ancho de España, ha utilizado un mitin del Partido Socialista para anunciar una medida que el Consejo de Ministros aprobará la semana siguiente. Esta actitud no deja de ser curiosa porque el jefe del Ejecutivo da por hecho que se redactará en el Boletín Oficial del Estado (BOE) saltándose incluso la deliberación previa y pertinente.
En esta ocasión, la promesa ha hecho referencia al ámbito de la Sanidad y por ello ha prometido una partida de 580 millones de euros destinados a «reforzar, robustecer y modernizar» la Atención Primaria en los «13.000 centros» que hay en toda España. Toda su intervención en la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia ha girado en torno al sector sanitario.
En su opinión, el PSOE es único garante de una «Sanidad pública, universal y gratuita» frente al «peor enemigo» que encarna el Partido Popular con sus «con los recortes que infligen» y sus «privatizaciones». Para sustentar su postura, Sánchez se ha contrapuesto a Mariano Rajoy en cuanto al número de camas en las UCI en la época de la pandemia en comparación con las que contaba Alemania: «Estábamos peor», ha señalado obviando que cuando estalló el covid-19 él ya llevaba en Moncloa casi dos años.
En esa línea, el líder de los socialistas ha llamado a votar el próximo 28 de mayo para elegir «entre Sanidad pública o recortes, Sanidad pública o privatizaciones y el derecho a la Sanidad pública o el negocio». A su juicio, el «mantra neoliberal» dijo en la anterior crisis que los españoles vivíamos «por encima de nuestras posibilidades» cuando en realidad lo hacíamos «por debajo de nuestras necesidades», algo que, ha indicado, «aún pasa donde gobierno el Partido Popular».
Ese gancho lo ha tomado para, eso sí sin nombrarle, criticar a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, acusándole de liderar la región «con menos gasto sanitario por habitante».
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