En la sala donde se ha celebrado el mitin de Sánchez apenas caben 1500 personas

En la sala donde se ha celebrado el mitin de Sánchez apenas caben 1500 personasEFE

Elecciones 23-J  Sánchez pincha en Valencia: reúne a 1.500 personas cuando Feijóo congregó a 12.000 en la plaza de toros

El presidente del Gobierno vuelve a demostrar que los ánimos entre los suyos están muy bajos, especialmente tras el cara a cara con el popular en el que salió malparado

En el pleno de investidura del nuevo presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, se vivió uno de esos episodios que suelen pasar desapercibidos para el público en general, pero que, sin embargo, alertan a los asesores y consultores políticos. Tratando el tema de la reforma del modelo de financiación autonómica, el jefe del Ejecutivo saliente, Ximo Puig, le preguntó al popular si le iba a exigir abordar ese asunto a Alberto Núñez Feijóo «cuando sea presidente».
Lo que subyace de esa forma de expresarse es que los socialistas ya dan por hecho no ya que el gallego vencerá holgadamente el próximo 23 de julio, sino que los resultados serán más que suficientes como para llevarle al palacio de la Moncloa. De lo contrario, lo normal habría sido utilizar una expresión del tipo «si llega a ser presidente del Gobierno». Esta última es una posibilidad, mientras que la utilizada por Puig fue una aseveración, un presagio asumido.
Con ese telón de fondo, no es de extrañar que la movilización en los dos principales partidos de España de cara a las elecciones del 23 de julio esté siendo muy dispar y la Comunidad Valenciana es buena muestra de ello. Una semana antes de que se celebrasen los comicios regionales, Feijóo congregó a más de doce mil personas en la plaza de toros de Valencia, lugar fetiche y talismán para el PP. A ellos habría que añadir todos los que se quedaron fuera del recinto y que no pudieron entrar por exceso de aforo.
Fue el mitin más multitudinario de la campaña del 28-M y fue clave para dar el espaldarazo definitivo tanto a las candidaturas de Carlos Mazón y María José Catalá en particular, como a todo el partido en general. Conseguir volver a gobernar en la Comunidad era clave y supieron dar el golpe de efecto necesario para impulsar a Feijóo en su carrera por lograr la presidencia del Gobierno.

El PSOE, a rebufo tras el cara a cara

Frente a esa movilización masiva, el Partido Socialista siempre ha ido a rebufo, quedándose a años luz. En mayo, su principal mitin estaba previsto que se celebrase en la céntrica plaza de la Virgen. Lugar emblemático, sí, pero también muy reducido si lo que se persigue es una imagen de miles de simpatizantes apoyando a su líder. Debido a las previsiones de lluvia -finalmente no cayó ni gota y todo el día lució un sol espectacular-, el evento se trasladó al interior de la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Distinto emplazamiento, pero misma movilización: bastante raquítica.
Ese preocupante síntoma para los intereses electorales del PSOE se ha vuelto a vivir este sábado en la capital levantina. A tan solo ocho días de jugarse el cargo, Sánchez ha vuelto a Valencia. Lo ha hecho en el Auditorio 1 del Palacio de Congresos. Según la información que se detalla en su propia página web, en la sala donde ha hablado el presidente del Gobierno caben 1.481 personas, algo contrapuesto a lo que se vivió en el coso con Feijóo. Un pinchazo en toda regla.
Si a la ‘investidura en diferido’ de Puig y a la escasa audiencia que ha acudido a escuchar al jefe del Ejecutivo se les une el tono que este ha utilizado en su discurso, se puede deducir que el ánimo en las filas socialistas con vistas al 23-J es tan escaso como menguante. Sánchez en ningún momento ha empleado un tono alto, con arengas a los suyos permanentemente. Por contra, ha sido una intervención plana, diametralmente opuesta a las que llevó a cabo durante toda la precampaña y campaña de las elecciones autonómicas.
Este es un hecho que se está sosteniendo en el tiempo, especialmente tras el cara a cara con Núñez Feijóo en el que el candidato del PSOE salió malparado, aspecto en el que coinciden hasta los medios de comunicación más afines al Gobierno. Del mismo modo, se ha podido comprobar en las declaraciones que ha ofrecido en los últimos días. En ellas se ha visto a un Sánchez que poco o nada tiene que ver con el que inició la campaña electoral y que se las prometía muy felices.
El debate con el líder del PP le afectó, le sigue afectando y las consecuencias se ven en los mítines. Mientras Feijóo llenó el 21 de mayo la plaza de toros de Valencia y lo volvió a hacer hace una semana en la de Pontevedra, emblema de sus mayorías absolutas, para el socialista cada mitin que da -solo tiene cinco, tres en Madrid, el de Valencia y el de este domingo en Barcelona- se convierte en un suplicio. Y, por si no fuera suficiente, mañana está Isabel Díaz Ayuso en Valencia.
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