Pedro Sánchez, junto a Ximo Puig y Sandra Gómez en un acto del PSOE en Valencia.

Pedro Sánchez, junto a Ximo Puig y Sandra Gómez en un acto del PSOE en Valencia.PSOE

Elecciones 23-J  Cinco años de Sánchez con la Comunidad Valenciana: agravios, falta de inversión y relegada por Cataluña

El presidente del Gobierno ha recortado el trasvase Tajo-Segura, no ha dado las ayudas necesarias a la cerámica y ha hecho una política ferroviaria nula para favorecer a sus socios independentistas

El candidato del Partido Popular a la presidencia del Gobierno, Alberto Núñez Feijóo, ha construido el relato de su campaña para las elecciones bajo el leitmotiv de «derogar el sanchismo». Según viene explicando en sus mítines, esta expresión hace referencia a «pactar lo que sea con quien sea para estar en el poder el tiempo de que sea». Esta es una definición, pero el término tiene más acepciones, como la que da el propio aludido, Pedro Sánchez: «El sanchismo son mentiras, maldades y manipulaciones».
El pasado 28 de mayo, no pocos ciudadanos votaron en los comicios municipales y autonómicos en clave nacional, depositando su voto como si de una enmienda a la totalidad al jefe del Ejecutivo se tratara. Una de las regiones donde con mayor intensidad se vivió esa circunstancia fue en la Comunidad Valenciana. Allí, entre el PP y Vox han conseguido el «cambio» que ambos prometieron y ya se ha puesto en marcha el nuevo Gobierno de coalición.
De cara a las elecciones del domingo, las encuestas coinciden en que los populares serán ampliamente los más respaldados y el bloque de centro-derecha conseguirá una holgada victoria. A tenor de determinados hechos, no parece extraño que el voto de castigo de hace dos meses se consolide en 48 horas, ya que la gestión de Sánchez hacia la Comunidad ha dejado episodios cuanto menos polémicos.

Los AVE de Cataluña sí paran en Atocha

Uno de ellos, y que en estas fechas cientos de miles de valencianos lo están sufriendo en mayor medida, ha sido el de desviar la inmensa mayoría de los trenes AVE hasta la estación de Chamartín. Hasta ahora, todos paraban en Atocha, por lo que los nuevos trayectos duran veinte minutos más, los retrasos se acumulan y el cambio de destino obliga a los pasajeros a realizar un trayecto de unos veinte minutos en coche hasta Atocha si han de realizar transbordo o, simplemente, llegar al centro de la capital.
La idea del Ministerio es que, más tarde o más temprano, a Chamartín lleguen todos los trenes de alta velocidad. Hasta el momento tan solo lo hacían los que procedían del norte y ahora se les han unido los de la Comunidad, tanto los que tienen origen en Valencia-Joaquín Sorolla como en la ciudad de Alicante y próximamente desde Castellón. Esto está provocando que la estación esté de manera constante abarrotada. Ahora bien, todos los problemas descritos no les afectan a los ciudadanos de Cataluña, ya que Sánchez ha decidido que, al menos de momento, todos los convoyes desde esa región sigan parando en Atocha.
Este perjuicio para favorecer a sus aliados independentistas no es el único que el candidato socialista ha cometido hacia los valencianos en materia ferroviaria. En la localidad de Alfafar hay un paso a nivel que, aunque los vecinos llevan años exigiendo su retirada, la inacción del Ministerio de Transportes ha sido la tónica. Lamentablemente, al no haber soterramiento, en ese punto han muerto 76 personas, la última una chica de diecinueve años en el mes de abril.
Los Presupuestos Generales del Estado de 2018, los últimos de Rajoy, contemplaban una partida para realizar la tan deseada obra. Sin embargo, tras la moción de censura, el nuevo titular del ramo, el valenciano José Luis Ábalos, no ejecutó ese dinero, mientras que sí lo hizo para actuaciones similares en el municipio catalán de Moncada i Reixach.
Protestas de agricultores y regantes de Levante contra los recortes en el trasvase Tajo-Segura.

Protestas de agricultores y regantes de Levante contra los recortes en el trasvase Tajo-Segura.JUAN CARLOS HIDALGO/EFE

En la provincia de Castellón, la huella de Pedro Sánchez también se ha hecho notar y, además, en el peor momento. Uno de los sectores económicos más potentes e importantes de la zona es el cerámico. La la inflación, que ya estaba rondando el 7 % al acabar 2021, se hizo si cabe más insoportable con el estallido de la guerra en Ucrania, llegando hasta niveles que no se veían desde hacía treinta años.

El sector cerámico y el giro con Marruecos

A ello se le unió el repentino, inesperado y no explicado giro del presidente del Gobierno respecto a la política de España con Marruecos. El volantazo diplomático supuso que Argelia tomara represalias, siendo una de ellas el cierre del gasoducto que conectaba con España. Este hecho fue la puntilla para el ámbito cerámico, que, para colmo, veía como gran parte de sus exportaciones se cancelaron de un día para otro, cómo los precios eran inasumible y cómo otros mandatarios como los de Italia o Grecia sí apoyaban con importantes ayudas directas a este tipo de empresas mientras Sánchez lo hacía con una cantidad minúscula.
En cuanto a Alicante, tan solo en el último año el varapalo del Gobierno central a la provincia ha sido doble. Por un lado, el presidente y la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, han condenado a los regantes. La causa es el recorte del trasvase Tajo-Segura que el Ejecutivo aprobó a principios de 2023. En la práctica, los agricultores aseguran que provocará un enorme abandono de terrenos por la imposibilidad de asumir sus mantenimientos y porque la cantidad de agua que llegue desde el Tajo al Segura será ínfima para sostener 'la Huerta de Europa'. A su vez, la consecuencia de todo ello será un inevitable encarecimiento de los precios de todas las frutas, verduras y hortalizas que se cultivan no solo en Alicante, también en Murcia y Almería.
El principal reproche de los campesinos es que Moncloa ha adoptado esta medida vital para ellos y su futuro por puros criterios «ideológicos», «políticos» y «sectarios», ya que reiteran que no existe razón ni informe medioambiental, técnico o científico que la avale.
El remate a la provincia se lo ha dado en forma de Presupuestos Generales del Estado. Para este año 2023, Alicante es la que menos inversión del Gobierno central va a recibir. Este dato es llamativo, ya que es una de las principales zonas turísticas del país y requiere la mejora y puesta en marcha de numerosas infraestructuras que dependen del Ejecutivo.
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