El candidato del PP a la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón.

Carlos Mazón, en un acto en la sede del Partido Popular de ValenciaBIEL ALIÑO/EFE

Comunidad Valenciana  Aprobar unos Presupuestos en tiempo y forma, primera gran prueba de fuego del Gobierno de Mazón

El Ejecutivo valenciano de centro-derecha comienza ya a trabajar en la elaboración de unas cuentas públicas «responsables» a pesar de la envenenada herencia económica legada por Ximo Puig y sus socios

Una vez terminadas las vacaciones de verano, la actuación del nuevo Gobierno de la Generalitat Valenciana se basa en impulsar los cincuenta puntos que conforman el acuerdo entre el Partido Popular y Vox firmado el pasado mes de julio. El pacto es transversal y en él se incluyen medidas en el terreno de la educación, la sanidad, la libertad o los impuestos.
Con tal de ir dando pasos en el programa que el jefe del Ejecutivo autonómico, Carlos Mazón, explicó en las Cortes regionales durante el pleno de su investidura, la Consejería de Hacienda ya se ha puesto manos a la obra para aprobar los Presupuestos en el último trimestre del año, que serían los primeros del Gabinete de centro-derecha tras ocho ejercicios con cuentas públicas del tripartito del PSPV-PSOE, Compromís y Unidas Podemos.
Así lo ha señalado la responsable del ramo, Ruth Merino, quien ha indicado que el departamento que dirige se encuentra trabajando para tener unos Presupuestos de la Generalitat «en tiempo y forma», garantizando además que estos serán «rigurosos y responsables». «Queremos que sean rigurosos, responsables y hacer lo mejor posible con la situación financiera que nos hemos encontrado, con una forma de utilizar los recursos de todos los valencianos que nosotros no compartimos en determinados aspectos», ha expuesto Merino aludiendo a la herencia recibida del socialista Ximo Puig y sus socios nacionalistas y comunistas. Cabe destacar que la Comunidad Valenciana es la segunda región con más deuda de toda España –tan solo superada por Cataluña– y la que tiene el déficit más alto del país.

Sin impuestos de Sucesiones ni Donaciones

De hecho, hacer frente a ello sin que repercuta en la calidad de los servicios públicos prestados es la primera gran prueba del Gobierno de Mazón. Contando con tres escaños por encima del mínimo de la mayoría absoluta, las cuentas no corren ningún riesgo de quedarse por el camino. Los casi dos meses de gestión hasta la fecha han transcurrido con total normalidad y la máxima coordinación entre las diferentes consejerías por más que la izquierda ha intentado una y otra vez desestabilizar a sus componentes.
Aún así, ni en el PP ni en Vox han caído en esas continuas provocaciones. Muestra de ello es que Merino, que también es la portavoz del Ejecutivo, ha insistido en que el foco está puesto en «cubrir las necesidades fundamentales» para darle un acicate a la economía autonómica «y mejorar la vida de los ciudadanos». Consecuentemente, las cuentas que Carlos Mazón trasladará a las Cortes Valencianas para su aprobación contemplarán algunas novedades.
Una de ellas es que entre sus partidas no habrá ninguna que recoja ingresos por recaudar los impuestos de Sucesiones y Donaciones, ya que esos gravámenes desaparecerán del mapa tributario regional. En palabras de Merino, esta medida persigue «acabar con un impuesto injusto». «Estamos convencidos de que los efectos en las arcas de la Generalitat no van a ser tan gravosos porque no es inmediato, pero seguro que va a tener efectos positivos en la economía», ha apuntado la consejera a la par que espantaba los fantasmas al respecto vaticinados por los partidos de izquierdas.
Igualmente, si el cambio político a raíz de los resultados del 28 de mayo no se hubieran producido y el tripartito hubiese logrado reeditarse, los Presupuestos para 2024 sí hubiesen previsto ingresos derivados de la tasa turística, que debería haber entrado en vigor en el mes de diciembre. En cambio, tanto los populares como Vox prometieron que, de llegar a la presidencia de la Generalitat, suprimirían ese impuesto, al que ambos se opusieron desde su tramitación parlamentaria.
El presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, saluda al Rey Felipe VI en el palacio de la Zarzuela.

El presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, saluda al Rey Felipe VI en el palacio de la Zarzuela.CASA REAL.

La de Presupuestos es la ley más importante para un Ejecutivo, ya que, salvo contadas excepciones como la del PNV apoyando a Mariano Rajoy para días después dejarle caer en la moción de censura presentada por Pedro Sánchez, garantiza estabilidad, algo que está más que descontada en virtud a los 53 escaños que respaldaron a Mazón. Con ese contexto como telón de fondo, el presidente valenciano le explicó ayer al Rey cuál es el proyecto que tiene previsto implementar en la Comunidad durante los próximos cuatro años.

Región «abierta a la inversión»

Enmarcada en la ronda de reuniones que Felipe VI está teniendo con los presidentes autonómicos en el palacio de la Zarzuela, el dirigente popular le trasladó al Jefe del Estado que su ejecutoria busca construir una región «abierta a la inversión» para que se pueda generar crecimiento económico y prosperidad social. En esta línea, el mandatario también informó al monarca sobre la evolución de las obras de la gigafactoría que la automovilística alemana Volkswagen está levantando en la localidad de Sagunto.
Por tanto, los Presupuestos que la Consejería de Hacienda redactará en las próximas semanas se tomarán desde una doble perspectiva. Por un lado, será –además de las medidas que cada viernes se vienen aprobando– la declaración de intenciones de un Ejecutivo cuyos representantes en las elecciones del 28 de mayo fueron capaces de ilusionar y movilizar a una amplia mayoría de valencianos, que confiaron en su gran promesa: el cambio en la Comunidad.
Por otra parte, pero al mismo tiempo, marcarán la senda sobre la que Mazón desea que transite su gestión. Es cierto que en tan solo un año es del todo imposible revertir ocho años de ideología de un tripartito que se puso como meta en el medio plazo culminar un proyecto calcado a que los independentistas están ejecutando en Cataluña. No obstante, las cuentas públicas si pueden ser una primera piedra para ello. Y la bajada de impuestos sin duda es buena carta de presentación.
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