El portavoz de Compromís en las Cortes Valencianas, Joan Baldoví.

El portavoz de Compromís en las Cortes Valencianas, Joan BaldovíCORTES VALENCIANAS.

Comunidad Valenciana  Los mantras de la izquierda contra Mazón: pacto con Vox, beneficios a los ricos y reivindicar el tripartito

El PSPV-PSOE y Compromís deslegitiman al Gobierno de la Generalitat por el acuerdo de coalición, critican la bajada de impuestos y sacan pecho de sus ocho años de gestión pese a que los datos desmontan ese relato

Los primeros plenos que se celebran tras el arranque de una legislatura suelen utilizarse por parte de los diferentes grupos políticos a modo de declaración de intenciones, fijando posiciones y dejando entrever cuál va a ser el discurrir de cada uno a lo largo del mandato. A tenor de esta habitual práctica parlamentaria y de lo visto este jueves en la sesión de control al Gobierno de la Generalitat en las Cortes Valencianas, al presidente autonómico, Carlos Mazón, le esperan cuatro años frente a una oposición que los adjetivos dura y áspera se le quedan cortos..
Así lo evidenciaron el PSPV-PSOE y Compromís, que en no pocas ocasiones parecen transmitir que todavía no se han hecho a las bancadas de la oposición tras los resultados de las elecciones del 28-M y el posterior pacto de coalición entre el Partido Popular y Vox. La relación entre socialistas y nacionalistas no pasa por su mejor momento por la pérdida de un puesto en la Mesa del hemiciclo regional de los de Puig a favor de sus antiguos socios y porque, una vez se encuentran fuera del poder, cada organización ha de rearmar su discurso y erigirse como la referencia en la izquierda valenciana.
Aún con todo, unos y otros comparten estrategia, un plan por otra parte nada sorprendente consistente en tres grandes patas, que derivan en unos argumentos que se repiten como mantras semana sí y semana también. La primera es intentar trasladar a la opinión pública que el Ejecutivo de Mazón es ilegítimo en base a que el dirigente popular alcanzó tras los comicios que le otorgaron la victoria un acuerdo con Vox para formar conjuntamente un Gobierno. Situando a los de Santiago Abascal en la «ultraderecha», el PSPV-PSOE y Compromís denostan a la formación de manera constante por, según ambos, negar el cambio climático y la violencia de género. Esa visión les hace estar convencidos de que el Gabinete de la Generalitat, que tan solo lleva 79 días constituido, tiene un considerable déficit democrático.

Bronca por la violencia de género

Este pilar del discurso de la izquierda en la Comunidad Valenciana fue rebatido con firmeza por la vicepresidenta segunda y consejera y consejera de Servicios Sociales e Igualdad, Susana Camarero. En su respuesta al diputado socialista Arcadi España –exresponsable de Hacienda–, le reprochó que a su grupo «no le interesa la violencia de género, sino buscar enfrentamiento» entre los miembros del Gabinete de Mazón. En cuanto a la alianza con Vox, el propio jefe del Ejecutivo autonómico le recordó al portavoz de Compromís en las Cortes, Joan Baldoví, que los nacionalistas han llegado a un acuerdo de gobierno en la localidad valenciana de San Antonio de Benagéber con Vox «y dos concejales tránsfugas del Partido Popular».
Respecto a la acusación de que «amnistía a los ricos», el segundo eje de crítica, el popular hizo una contundente defensa de su política fiscal en la que destaca la supresión de los impuestos de Sucesiones y Donaciones, así como la rebaja del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) a las familias con declaración individual de hasta 32.000 euros o 48.000 si es conjunta: «Ardo en deseos de saber qué va a votar usted cuando por fin sea el PP quien traiga la eliminación del Impuesto de Sucesiones a las familias y personas de las que ustedes se olvidaron», le espetó a la síndica del PSPV-PSOE, Rebeca Torró, mencionándole que el tripartito de Ximo Puig sacó adelante la eliminación de dicho tributo «a las empresas de más de diez millones de euros».
El presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazon, durante una sesión de control en el parlamento regional.

El presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazon, durante una sesión de control en el parlamento regional.CORTES VALENCIANAS.

Pero como la legislatura está dando sus primeros pasos y las medidas aprobadas aún no han alcanzado velocidad de crucero y hasta la crítica hiperbólica tiene límites, la oposición aprovechó la sesión de control para sacar pecho del tripartito que gobernó la Comunidad Valenciana entre 2015 y julio de 2023. De este modo, las dos formaciones de izquierdas con representación en las Cortes regionales sacaron pecho de su gestión, a la par que auguraban que el actual Ejecutivo dilapidará en el presente mandato esa supuesta inmejorable herencia.

Ximo Puig, el gran ausente

Sin embargo, Mazón expuso que la verdadera herencia recibida era «la peor posible», ya que socialistas, nacionalistas y los comunistas de Unidas Podemos legan unas arcas que registran los segundos niveles de deuda púbica más altos de toda España -tan solo está por encima Cataluña- y con el mayor déficit del país. Está situación, además, se ve agravada por el escaso nivel de ejecución por parte de Puig y sus socios de los fondos europeos: solo el 43 % de las partidas estructurales y el 26 % de los Next Generation, los que se aprobaron para recuperar músculo económico tras la pandemia de la covid, con únicamente 564 millones de euros justificados sobre una cifra global de 2.116.
El gran ausente en el Pleno fue el antecesor de Mazón, Ximo Puig. Su rol en esta nueve etapa en la política valenciana es todo una incógnita: se rectificó a sí mismo tras afirmar que daría un paso al lado, erigiéndose como líder de la oposición, a lo que habría que añadir que compatibiliza su acta de diputado autonómico con la de senador y, a la par, se aferra a sus opciones de ser ministro si el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, consiguiera la investidura.
De hecho, el escaño vacío de Puig le sirvió a Mazón para ironizar al respecto: «Confieso que hasta última hora tenía dudas sobre si iba a debatir con el señor Puig, pero ya veo que no está y ha decidido no venir. Me imagino que ser secretario general, presidente del Grupo en las Cortes Valencianas, campaña para ministro, ser diputado autonómico, ser senador y haberse acogido al Estatuto de Expresidentes le tiene muy ocupado y por tanto no ha podido venir hoy a estar con nosotros», dijo con sorna.
Pero ese llamativo don de poder estar en diversos sitios a la vez del exmandatario no evita que los socialistas ataquen con dureza a Mazón, como cuando él mismo detalló los insultos que ha recibido por parte del PSPV-PSOE, haciendo pasar «a mejor vida» los más «simples y nobles valores del parlamentarismo». «Ladrón, secuestrador, inhumano, vergüenza de presidente, amnistía a los ricos y compra al alcalde de Onteniente», lamentó el presidente de la Generalitat.
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