Ximo Puig, José Muñoz y Arcadi España (detrás), entrando en las Cortes Valencianas

Ximo Puig, José Muñoz y Arcadi España (detrás), entrando en las Cortes ValencianasJosé Cuéllar / Cortes Valencianas

Los socialistas, forzados a reorganizarse en las Cortes Valencianas por la ausencia de Puig y la salida de su núcleo duro

El PSPV-PSOE afronta una inminente remodelación del grupo parlamentario tras las marchas de Rebeca Torró y Arcadi España a Madrid

La legislatura del PSPV-PSOE en las Cortes Valencianas está siendo, cuando menos, atípica por varios motivos. Uno de ellos es que los socialistas han vuelto a las filas de la oposición después de haber estado ocho años al frente de la Generalitat. Otra razón es la figura de quien todavía dirige la formación, Ximo Puig. Hasta el momento, ha renunciado motu proprio a acudir a las sesiones de control al Consell, delegando toda la responsabilidad en la portavoz, Rebeca Torró.
Precisamente, Torró junto con el síndico adjunto, Arcadi España, protagonizan el tercer motivo del llamativo camino que la federación está recorriendo en el Hemiciclo autonómico. Desde el mes de septiembre, ambos se han encargado de llevar el peso del grupo parlamentario, especialmente Torró, que ha ejercido de líder de la oposición con un tono bronco y agrio ante la ausencia de su jefe. Sin embargo, sus marchas a Madrid como secretarios de Estado obligan a los socialistas a una remodelación que no entraba en sus planes.
En la mente del PSPV-PSOE tan solo había dos posibles alteraciones: una hipotética salida de Puig en el caso de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, le hubiera nombrado ministro, y la de la exconsejera de Justicia Gabriela Bravo, que sonó como número dos de Félix Bolaños en Justicia. En cambio, los diputados deben abordar en cuestión de días una profunda modificación que afectará a su dirección, puesto que con los nuevos destinos de Torró y España el grupo está descabezado.

Varios nombres sobre la mesa

Esos cambios no pueden esperar mucho, ya que antes de final de año se votarán en las Cortes los Presupuestos de la Generalitat para 2024, los primeros de la coalición del Partido Popular y Vox con Carlos Mazón al frente, así como la Ley de Acompañamiento. Aunque ambos saldrán adelante por la mayoría absoluta del centro-derecha, el debate es, junto al del estado de la Comunidad, el más importante del año parlamentario, por lo que los socialistas no pueden acudir a él en situación de dirección y portavocía interinas.
Asimismo, y tal como sucede con la sucesión de Puig, los nombres para sustituir a Torró y España son varios. Uno de los que suenan es el de José Muñoz, actual secretario de Organización de la organización y en su tercera legislatura como diputado. No obstante, esas responsabilidades orgánicas, a su vez, pueden ser las que le resten opciones, ya que en el partido podrían no ver con buenos ojos esa dualidad.
El diputado del PSPV-PSOE José Chulvi, en las Cortes Valencianas

El diputado del PSPV-PSOE José Chulvi, en las Cortes ValencianasJosé Cuéllar / Cortes Valencianas

Tampoco son descartables el expresidente de la Diputación de Valencia Toni Gaspar y Rosa Peris. Mientras la experiencia del primero es su gran baza, la segunda ostenta el cargo de vicesecretaria general de Igualdad a nivel interno y podría dar el salto a liderar de facto la oposición.

Tarea nada sencilla

Todos ellos son de Valencia, pero el síndico podría pertenecer a las provincias de Alicante o Castellón. Por esta última, la mejor colocada sería María José Salvador, que forma parte de las comisiones de Reglamento y de la del Estatuto de los Diputados y Diputadas en el Parlamento regional.
Por la provincia del sur, la portavocía no sería extraño que recayese en José Chulvi, también miembro de la Comisión de Reglamento, además de las de Peticiones y Educación y Cultura. Tanto uno como otro han tenido en los meses que lleva la legislatura un papel activo en la tribuna de oradores, tanto en las sesiones de control al Consell como en las interpelaciones a los consejeros y en los plenos ordinarios.
El socialista que finalmente sea elegido no tendrá una labor sencilla. Por una parte, la moral del partido no es la mejor, ya que perder el poder autonómico, las dos diputaciones donde gobernaba y muchos ayuntamientos es un lastre electoral lo suficientemente importante como para no haberse recuperado de él todavía. Del mismo modo, tendrá que lidiar con un Ejecutivo sólido y que sigue avanzando en su hoja de ruta gracias a los 53 diputados que suma en la Cámara.
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