Tenso momento entre Barrera y Chulvi en las Cortes Valencianas

Tenso momento entre Barrera y Chulvi en las Cortes ValencianasCarlos Flores Juberías vía Twitter

El socialismo valenciano, cada vez más 'podemizado' por su grave crisis de identidad

El PSPV-PSOE ha protagonizado varios episodios polémicos y tensos en los pocos meses que van de legislatura, buscando el espectáculo, haciendo ataques personales y basándose en la hipérbole

La izquierda valenciana continúa inmersa en su particular proceso de adaptación a su nuevo rol en las filas de la oposición. Está siendo más largo de lo que el PSPV-PSOE y Compromís hubieran deseado, pero el golpe sufrido en las elecciones municipales y autonómicas del 28-M fue tal que todo hace pensar que a esa pesada digestión aún le queda bastante tiempo por delante. El varapalo en las urnas supuso una hecatombe para ambas formaciones, pero, a tenor de los hechos, parece que a los socialistas les ha sentado peor, ya que están llevando a cabo una estrategia parlamentaria más propia de Unidas Podemos que de un partido de gobierno.
Descolocados políticamente, en lo que va de legislatura (desde junio en el Ayuntamiento de Valencia y mediados de julio en las Cortes autonómicas) varios dirigentes de la federación valenciana del puño y la rosa ya han protagonizado varios episodios polémicos, cuando no tensos. El primero de ellos tuvo lugar en el Parlamento regional en octubre. Durante el debut en sesión de control a Carlos Mazón como presidente de la Generalitat, la entonces portavoz del PSPV-PSOE y actual secretaria de Estado de Industria, Rebeca Torró, calificó al mandatario 'popular' de «machista» porque, siempre según ella, en un pleno anterior le habría «guiñado un ojo».
No se quedó ahí el tema, ya que la síndica socialista acusó a Mazón de ser «reincidente» en el «micromachismo y el machismo diario», tildándole de tener una «escasa catadura moral», «condescendencia» y un «comportamiento impropio de un presidente de la Generalitat». «¿Usted le guiñaría el ojo al señor Baldoví? Todos sabemos que no. ¿Por qué tiene que hacerlo conmigo, señor Mazón?», le preguntó Torró a un jefe del Consell cuyos gestos expresaban con total claridad que no daba crédito a lo que se estaba viviendo en las Cortes Valencianas.

Incidente con Barrera

El Hemiciclo autonómico también fue sede de, quizás, el momento más desagradable de lo que va de mandato. Sucedió en la última sesión del año, mientras se debatían las enmiendas a los Presupuestos de la Comunidad para 2024. En su intervención, el diputado del PSPV-PSOE José Chulvi criticó duramente la política puesta en práctica por el vicepresidente primero de la Generalitat y consejero de Cultura, Vicente Barrera. En su discurso, le mostró irónicamente al de Vox un falso diploma por el que le 'nombraba' «Censor de Honor de la Comunidad Valenciana»
Esta supuesta gracia apenas despertó alguna carcajada suelta en la bancada socialista, por lo que sus miembros instaron a Chulvi a que le diera personalmente el montaje a Barrera. El espectáculo debía continuar, que cantaba Queen. Fue entonces cuando, más de media hora después de haber concluido su turno, se acercó sin venir a cuento al escaño del vicepresidente. Este le reprochó esa impostada actitud, pidiéndole que volviera a su sitio. Envalentonado dentro de la performance, se encaró con Barrera poniéndose a escasos centímetros de su rostro, en una postura intimidante y llegando a tocarle el brazo.
El presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón

Carlos Mazón, en la sesión de control de las acusaciones de TorróCortes Valencianas

Ante ello, el extorero le dio dos palmadas en la solapa de la chaqueta, insistiéndole en que lo que estaba haciendo no procedía. Este gesto le sirvió al PSPV-PSOE para denunciar en redes sociales de inmediato, definiendo lo ocurrido de «agresión», a la par que obviando la frase de Quevedo de que «el exceso es el veneno de la razón».
A nivel local, el panorama es prácticamente el mismo. El 15 de noviembre, el Ayuntamiento de Valencia celebró un pleno extraordinario con tal de debatir la ley de amnistía presentada por el PSOE en el Congreso de los Diputados para perdonar todo lo relacionado con el procés independentista en Cataluña. En él, la portavoz socialista y exvicealcaldesa levantina, Sandra Gómez, entregó en mano al segundo teniente de alcalde, Juan Manuel Badenas, de Vox, un ejemplar del libro Eichmann en Jerusalén. Un estudio sobre la banalidad del mal, escrito por Hannah Arendt.

Regalo de ida y vuelta

No obstante, lo que Gómez no se esperaba era que ese gesto tendría partido de vuelta, ya que Badenas al día siguiente le regaló no un libro, sino dos. El primero de ellos era uno de él mismo titulado La Derecha: La imprescindible aportación de la Derecha a la sociedad actual. El segundo fue una obra del humorista del programa El Hormiguero Daniel Fontecha, La Constitución, explicada superfácil: ¡Para que lo entienda hasta tu cuñado! Todo ello no le hizo ni pizca de gracia a la dirigente del PSPV-PSOE a pesar de que había sido ella la que inauguró esa 'batalla' literaria, menos aún cuando Badenas le espetó: «Conviene que lean la Constitución, pero por si les parece un texto complicado, esto es una guía fácil».
Fuentes municipales consultadas expresan su sorpresa por la actitud de los socialistas en la Comunidad. En este sentido, aseguran que aunque Compromís mantiene su particular «estilo» parlamentario, también conserva cierto «sentido institucional». No sucede así con los socialistas: «Siempre nos la tiene que liar, en cada pleno nos la monta», comentan las mismas fuentes respecto a Gómez.
Por tanto, el 28-M ha instalado al socialismo valenciano en una deriva 'podemita' en cuanto a las formas utilizadas. Desde que ocupan los escaños de la oposición no pocos de sus diputados y concejales han desarrollado en tiempo récord un populismo basado en la hipérbole, la permanente búsqueda del espectáculo, generando de manera innecesaria situaciones de tensión que nada tienen que ver con la función de un parlamento y pasando al ataque personal sin fundamento alguno. Habrá que ver si el nuevo líder del PSPV-PSOE que saldrá de su próximo Congreso Extraordinario es capaz de revertir esta peligrosa dinámica o si, por contra, le da un impulso.
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