De izquierda a derecha, Diana Morant, Ximo Puig y Pedro Sánchez, en un mitin del PSOE en Valencia

De izquierda a derecha, Diana Morant, Ximo Puig y Pedro Sánchez, en un mitin del PSOE en ValenciaEuropa Press / Jorge Gil

Guillem Agulló y otros personajes sobre los que la izquierda fundamenta su discurso

El tripartito de izquierdas que prersidió Ximo Puig con compañía de Compromís y Unidas Podemos tuvo como uno sus más básicos fundamentos el hecho de buscarse a modo externo o interno cualquier imagen, fenómeno o similar que le pudiera legitimar. Solo así se podía llegar a pensar que, salvo algún daño colateral en las urnas el pasado 28 de mayo en las elecciones autonómicas, todo era retórica.
El todavía líder del PSPV-PSOE construyó a sabiendas todo un edificio a partes iguales entre sectarismo malas alianzas. Dejando muestra de ambos aspectos, entre 2015 y 2023, Puig se quiso llevar por su propio relato. En determinado momento pudo ser suyo, pero la realidad es que lo fomentó sobre varias figuras.
Puig está ahora en París y es de suponer que la concesión o no del premio Guillem Agulló puede importarle más bien poco. Aún así, aunque fuera por el mero hecho del relato, el nuevo embajador de España ante la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en sus ocho años como mandatario regional jamás tuvo el más mínimo momento a la hora de recatarse o de guardarse ante el independentismo.
qEs más, todo lo contrario. No se puede entender a Ximo Puig sin Joan Fuster. No porque sean contemporáneos o similar, sino porque ambos compartían un sentimiento catalanista. En este caso, las ocasiones no vienen por casualidad: el artista no solo fue el precursor e ideólogo de los mitológicos ‘Países Catalanes’. Ante ese sentimiento nacionalista, el castellonense o que hizo fue dar 13 millones de euros que provenían de los Presupuestos de la Generalitat.
La búsqueda por parte de la izquierda de un relato en la región no es nueva. Casi una década atrás ya se plegó a un incipiente sentimiento del PSPV-PSOE. Pero no solo es. Los socialistas en particular y la izquierda en general aboga por la figura de Fuster. Para tranquilidad de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y otras organizaciones similares, el ideario tiene toda la pinta de ser el mismo.
El Premio Guillem Agulló ya no existe porque ha decaído la declaración institucional que lo sostenía. Pero ya no es así. La nueva aritmética parlamentaria en las Cortes Valencianas lo han hecho cambiar. A Guillem Agulló se le respetará desde una nueva declaración institucional. Del mismo modo, y t tal como informó la presidenta del Hemiciclo, Llanos Massó, lo que desde sesta instituciones que el galardón se dé una vez al año como mérito tendría contra los delitos de odio
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