Bodegón de Luis Meléndez perteneciente a la Colección Masaveu, que se exponeen Valencia
La Fundación Masaveu expone en Valencia las obras maestras del bodegón español de los siglos XVII y XVIII
Se han escogido las piezas más sobresalientes de la colección de la Fundación María Cristina Masaveu Peterson procedentes de los principales centros españoles de producción durante el Barroco y la Ilustración yuna breve representación de pinturas italianas y flamencas
Los «nuevos dioses creadores de materias» protagonizan una exposición en el Museo de Bellas Artes de Valencia (MuBAV) que exhibe las pinturas de naturaleza muerta más sobresalientes de los artistas españoles de los siglos XVII y XVIII, además de algunas obras italianas y flamencas de este periodo.
En esta exposición se ofrece una selección significativa de su colección de naturalezas muertas, uno de sus núcleos temáticos más coherentes tanto por su número como por su calidad. Para esta ocasión se han escogido las piezas más sobresalientes procedentes de los principales centros españoles de producción artística durante el Barroco y la Ilustración, así como una breve representación de pinturas italianas y flamencas de este periodo.
Juntas configuran un panorama ilustrativo del origen y la evolución de uno de los géneros pictóricos más extendidos en la tradición occidental, completado con fondos de la propia Fundación María Cristina Masaveu Peterson, que continúa con la labor de mecenazgo de la familia Masaveu acrecentando su propia colección artística.
La muestra presenta a algunos de los más renombrados artistas consagrados al género, como Zurbarán, Arellano o Meléndez
Dividida en cuatro secciones, la muestra recorre el devenir del género de la naturaleza muerta, diferenciado en el ámbito hispánico con el término característico de «bodegón». Se denominan así las pinturas que retratan objetos, frutos, animales o flores de forma muy próxima, con atención a su diferente consistencia y aspecto.
Son temas en apariencia triviales surgidos primero en contextos eruditos que, por su enorme atractivo visual, acabaron siendo demandados por los demás estamentos sociales con capacidad económica en el siglo XVII. Frente a la historia o la imagen sagrada, el espectáculo de una naturaleza seleccionada y expuesta con sorprendente realismo abría al observador nuevos horizontes. A través de algunos de los más renombrados artistas consagrados al género, como Zurbarán, Arellano o Meléndez, la Colección Masaveu propone al espectador actual un trayecto de siglo y medio por el bodegón español.
Con 42 piezas, esta exposición procede de los fondos de la Colección Masaveu, una de las privadas más importantes de España, las obras sobresalen por su colorido, su nivel de detalle y su espectacularidad para reflejar objetos cotidianos, con cuatro cuadros restaurados específicamente para la ocasión tras ser adquiridos.
«Un pequeño regalo a Valencia»
«Es un pequeño regalo a Valencia», ha manifestado el comisario de la muestra, Ángel Aterido, en la presentación junto al director del MuBAV, Pablo González Tornel; el secretario del patronato de la Fundación María Cristina Masaveu Peterson, Álvaro Sánchez, y la secretaria autonómica de Cultura, Pilar Tébar, según recoge Europa Press.
La exposición, que supone la tercera colaboración entre el MuBAV y la Colección Masaveu, destaca por su preciosismo táctil y por su juego de texturas y elementos en obras que están pensadas para ver despacio y, así, detenerse en las mejores capacidades de los pintores.
Otra de las obras de la Colección Masaveu expuestas en Valencia
«Desde hace 20 años no se había hecho en el Bellas Artes una exposición de naturaleza muerta de esta entidad», ha resaltado González Tornel, quien ha explicado que este tipo de obras se pintaban originalmente para una clientela muy intelectual y ahora alcanzan «valores altísimos» en las subastas.
Se pretende demostrar que el bodegón, un género al que público ya está más que acostumbrado, cambió «la forma de mirar a algo corriente» cuando irrumpió en unos siglos dominados por la pintura religiosa y los retratos. «Algo que es presuntamente vulgar se convierte en sofisticado», ha descrito el comisario, de acuerdo con la citada agencia.
'Colección Masaveu: objeto y naturaleza. Bodegones y floreros de los siglos XVII-XVIII', abierta hasta mediados de junio, se divide en cuatro secciones que van desde la naturaleza muerta más silenciosa y la simetría de los bodegones del inicio del Barroco a los teatralizados floreros y las alegorías de los sentimientos.
Del «orden silencioso» a la «intensidad»
En el inicio de la muestra, los bodegones llaman la atención por su «orden silencioso», que evoluciona a una mayor intensidad visual. Sobresale la 'Salvilla con melocotones y uvas' de Panfilo Nuvolone (1617) y sus reminiscencias a Caravaggio.
Algunas de las obras muestran una contradicción entre su austeridad con la riqueza de unos alimentos que «no todo el mundo podía permitírselos». «Es una escaparate, una construcción creíble», ha indicado el comisario. Otras piezas reflejan la riqueza de los ajuares y los palacios con mesas que «no eran para comer, sino para fardar».
De la luz violenta del primer Barroco se viaja a cuadros menos oscuros. La parte dedicada a Sevilla está protagonizada por Zurbarán hijo, quien «hace un auténtico espectáculo de las cosas sencillas» en sus bodegones, aunque la producción en esta ciudad fue «limitadísima» por la peste.
Entre las obras pintadas en Valencia, ya con un «pequeño desorden» en los objetos, destacan las de Tomás Hiepes, mientras de Zaragoza se exhiben algunos bodegones de Bernardo Polo con composiciones de menor simetría.
La muestra continúa con cuadros de floreros, expuestos en serie tal y como se colgaban en el XVII. Se trata de un subgénero del bodegón que está dominado por Juan de Arellano y sus floreros de gran colorido y monumentalidad. De ahí se viaja a otras obras con floreros más «encajados» en los marcos en los que se agrandan las flores.
De los floreros se pasa a varias alegorías de los sentidos en las que, a diferencia de en la pintura flamenca, no hay desnudos porque «era un tabú» en la pintura española. Eran una suerte de «lecciones de vida» en clave religiosa que demuestran que «los bodegones no eran solo flores y manzanas».
Pintura de la Colección Fundación María Cristina Masaveu Peterson.
Coronan la exposición seis obras barrocas de Luis Meléndez, basadas en un encargo del Rey Carlos IV, que combinan ciencia y tradición. Se representan alimentos como pescados con un extraordinario nivel de minuciosidad, tanto que «parece algo científico en la mesa de la cocina».
De cara al futuro, el director del MuBAV no ha cerrado la puerta a nuevas colaboraciones con la Colección Masaveu -«siempre se nos ocurren buenas ideas»-, pero ha pedido esperar a que concluya esta muestra. «Es una colaboración que, sin duda, debe continuar», ha afirmado, por su parte, la secretaria autonómica de Cultura.
Presentación de la muestra de naturalezas muertas en Valencia
Esta exposición se ha mostrado con anterioridad en la Fundación Unicaja de Sevilla, el Museo de Bellas Artes de Asturias y el Centro de la Fundación María Cristina Masaveu Peterson de Madrid. La Colección Masaveu constituye uno de los fondos artísticos privados más relevantes de España. Reunida y enriquecida a lo largo de varias generaciones de la familia Masaveu desde las primeras décadas del siglo XX, es propiedad de Corporación Masaveu, y desde 2013 es gestionada por la Fundación María Cristina Masaveu Peterson, explica la entidad en su descripción de la muestra.
Presentación de la exposición de naturalezas muertas de la Colección Masaveu, en Valencia
Pilar Tébar ha incidido en la importancia de la colaboración público-privada y ha resaltado que esta exposición «es el tercer hito en la fructífera colaboración entre el MuBAV y la Fundación María Cristina Masaveu Peterson, que ha vuelto a demostrar su generosidad hacia la Comunitat Valenciana con el préstamo de estas obras de enorme calidad que no tengo duda de que serán un reclamo para los visitantes».
Tradición centenaria de mecenazgo
Por su parte, Pablo González Tornel ha señalado que esta «exquisita colección de naturalezas muertas es una de las más ricas del Siglo de Oro español». Asimismo, ha destacado que el comisariado científico del profesor Aterido «asegura la calidad de la propuesta. Obras maestras y rigor científico son y serán las señas de identidad del Museo de Bellas Artes de Valencia», ha concluido.
Álvaro Sánchez, secretario del patronato de la Fundación María Cristina Masaveu Peterson, ha destacado que esta exposición «demuestra la labor de difusión de la Colección Masaveu que ha venido desarrollando la Fundación María Cristina Masaveu Peterson en los últimos años, como institución heredera de la tradición centenaria de mecenazgo que ha caracterizado a sus antecesores a lo largo de generaciones».
