El Gobierno riega con 380.000 euros a entidades que promueven el catalanismo en la Comunidad Valenciana

Cuando Compromís formó coalición en la Generalitat Valenciana con Ximo Puig, exigió que una de las carteras a dirigir por los nacionalistas tenía que ser, sí o sí, la de Educación y Cultura. El socialista accedió a esa petición y los de, por aquel entonces, Mónica Oltra, asumieron el citado departamento, al que añadieron las competencias de Deporte. Primero con Vicent Marzà (hoy eurodiputado) y después con Raquel Tamarit, la gestión de la Consejería se caracterizó por una nada disimulada ideologización y la importación del catalanismo a la región.

Esta política, junto a otros aspectos, llevó a Puig, Compromís y Unidas Podemos fuera del poder en mayo de 2023. Mala noticia para los independentistas y defensores a ultranza de los nunca existentes 'países catalanes', aunque no tardaron mucho en, aunque fuera más allá de las fronteras de la Comunidad, tener una buena noticia para sus postulados.

Este hecho sucedió cuando, tras las últimas elecciones generales y una investidura de Pedro Sánchez con cesiones por doquier, el líder del PSOE nombró al catalán Ernest Urtasun, uno de los principales diseñadores de la hoja de ruta de Sumar y sus confluencias, como nuevo ministro de Cultura. Gran efeméride para los secesionistas…pero también para las arcas de las numerosas asociaciones con las que cuentan sus tentáculos en multitud de ámbitos.

Vigilar en qué idioma hablan los niños

Buena muestra de lo explicado es el Real Decreto 761/2024, de 30 de julio, por el que se regula la concesión directa de subvenciones destinadas a las actuaciones de interés público y social relacionadas con diversos ámbitos de la cultura que el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó el pasado 31 de julio. Solo en esa norma, el Ministerio aprobó ayudas a organizaciones anexionistas por valor de 380.000 euros.

En concreto, los agraciados fueron: Acció Cultural del País Valencià (ACPV), con 200.000 euros; Federació d’Instituts d’Estudis Comarcals del País Valencià (FedinesPV), al que le correspondieron 30.000; Escola Valenciana, beneficiada con 100.000 euros, Fundación Sambori, para la que fueron 20.000; y la Societat Coral El Micalet, con 30.000 euros. Todas ellas abogan por la unidad lingüística y territorial entre la Comunidad Valenciana, Cataluña, Baleares y zonas de Aragón y el sur de Francia.

Llama la atención que el Real Decreto indique que a ACPV se le otorga la subvención dada su «misión principal» de «la defensa y el fomento de la lengua en los términos establecidos en sus estatutos». Basta entrar en su página web para darse cuenta al primer vistazo que es un colectivo que va en contra, precisamente, de lo establecido en el Estatuto de Autonomía de la Comunidad Valenciana, tanto por lo que respecta a lo territorial como a lo idiomático.

Pero, por ejemplo, Escola Valenciana es la asociación que se encargaba de vigilar a los niños durante los recreos en sus colegios para saber si hablaban valenciano (para ellos catalán) o si, por el contrario, lo hacían en castellano. Del mismo modo, como utilidad pública esgrimida por el Ministerio dirigido por Urtasun no se sabe si entra que El Micalet organice eventos de pura ideología como las Magas Republicanas, un desfile que se celebró en la ciudad de Valencia cuando fue capital de la Segunda República, que sirvió para ensalzar a la Unión Soviética, a Stalin o a figuras como Largo Caballero y que, entre 2016 y 2023, el exalcalde levantino de Compromís, Joan Ribó, recuperó sin que tuviera especial entusiasmo entre los vecinos.

Por si el desembolso no fuera suficiente, la generosidad del Gobierno central también llegó a otras organizaciones promotoras de los 'países catalanes' pero instaladas fuera de la región. Estos son los casos de la Reial Academia de Bones Lletres de Barcelona (15.000 euros), el Consorcio del Institut Ramon Llull (100.000) y Obra Cultural Balear, que ingresó 300.000 euros.