Morant, la líder del PSOE valenciano que llevó de la mano a Ábalos al Congreso

El 1 de octubre de 2017 marcó un antes y un después en la historia de la política española, ya que se celebró el referéndum de independencia, sin ninguna garantía ni validez jurídicas, en Cataluña. Pero también forma parte de las efemérides institucionales nacionales el mismo día del mismo mes, pero tan solo un año antes. Esa noche, después de muchas idas y venidas, conversaciones a la desesperada y una gran expectación, un abatido Pedro Sánchez salió en coche de la sede del PSOE en la madrileña calle de Ferraz con su traje colgado de una de las puertas del coche en el que estaba.

Como si de San Jorge y de forjarse como supuesto héroe se tratara, esa apresurada escampada digna de Paiporta pero en este caso provocada por sus propios compañeros filas, forjó el mito que no solo le llevó al Palacio de la Moncloa, sino que le mantiene en el complejo presidencial. De coches va el asunto porque su vuelta al liderazgo del socialismo español se forjó en otro utilitario, en este caso un Peugeot. Salió en Citroën y viajó en Peugot. Spoiler de sus reconocidos «cambios de opinión». Hasta en eso.

En él, viajaba alegremente el propio Sánchez, ya defenestrado, con su entonces número dos llamado José Luis Ábalos. Casualidad o no, hoy también en la picota judicial y política. Recorrieron en el citado vehículo no pocos sitios de la geografía nacional. Eso sí, la primera parada fue la localidad valenciana de Chirivella. No fue casualidad. Todo lo contrario. Ábalos, que después acabaría siendo ministro de Fomento, el departamento que más dinero maneja, era uno de los pesos pesados del PSPV-PSOE, una circunstancia que en ningún momento Sánchez quiso ni se pudo permitir desperdiciar.

Número dos por Valencia en 2023

El trayecto hasta la presidencia es bien conocido por el conjunto de la opinión pública. Lo que quizás muchos ciudadanos españoles no sepan es que el ahora encausado figuró como número dos de la lista del PSOE en la provincia de Valencia al Congreso de los Diputados en las elecciones generales de 2023. Lo hizo, además, más de dos años después de una sorprendente y fulminante destitución por parte de su jefe, sin que de la misma se haya dado la más mínima explicación.

Sea como fuere, quien encabezaba la candidatura era Diana Morant, una ministra por aquel entonces de Ciencia e Innovación, pero que hoy día no solo ha añadido a su nutrida agenda de responsabilidades a tiempo parcial las de Universidades, sino que también es la líder del PSPV. A mayor abundamiento, fue la propia exalcaldesa de Gandía la que, con un orgullo exacerbado y con una sonrisa de oreja a oreja, presentó la mencionada lista electoral. Todo risas. El panorama ese día era de 'mucho jijí' pero, por lo visto, los 'jajás' se han venido abajo por sí mismos.

No porque Morant diera un golpe sobre la mesa y dijera que actitudes como las que determinado juzgado le achaca a Ábalos no iban con su modelo. Ni mucho menos. Todo lo contrario. Pese a que una y otro iban 'de la mano' en los mítines y la comunión era total y absoluta, determinados escándalos empezaron a tronchar la estrategia que Morant, es decir, la Moncloa y es decir Sánchez, tenían diseñados. Intentó en su día marcar distancias con el exministro, pero la mácula es la mácula y, aunque ella no se subiera en el Peugeot, el silencio que sigue guardando la titular de Ciencia continúa llamando la atención.

Al respecto, la vicepresidenta primera de la Generalitat Valenciana, Susana Camarero, es contundente: «Entiendo que algo tendrá que decir la ministra de Universidades y secretaria general del PSPV. Debería hacer declaraciones y debería opinar sobre estas revelaciones que estamos conociendo entre el presidente del Gobierno y Ábalos», concluye la número dos del Consell.