
Imagen de archivo del presidente valenciano, Carlos Mazón, y Diana Morant, reunidos en el Palau de la Generalitat
Las causas judiciales del PSOE de Sánchez y la división de Compromís espolean al PP de Mazón en las encuestas electorales
En apenas veinte días, el presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, cumplirá dos años como máximo mandatario de la Comunidad. La mitad de este tiempo en coalición con Vox y la otra ya en solitario tras la forzada y repentina salida forzada por Santiago Abacal de sus vicepresidentes y consejeros de sus gobiernos autonómicos, el 'popular' ha puesto en marcha medidas de gran calado para revertir la gestión de la izquierda con Ximo Puig a la cabeza. Bajada de impuestos, fin al flirteo con los independentistas catalanes, una educación sin adoctrinamiento ni imposición lingüística y una política de Vivienda efectiva están en su haber.
Con esa hoja de servicios, las encuestas hace apenas nueve meses coincidían en que el PP estaba muy cerca de conseguir mayoría absoluta en solitario en la región, pero la dana todo lo cambió. Durante un buen tiempo desde la tragedia, Mazón perdió drásticamente buena parte de la intención de voto, al mismo tiempo que Vox y Compromís subían con fuerza y el PSPV-PSOE lo hacía de manera tibia. En cualquier caso, ningún estudio demoscópico preveía una vuelta de socialistas y nacionalistas al poder.
Con el paso de las semanas, el panorama ha ido corrigiéndose hasta volver prácticamente a una situación predana, sobre todo si se habla de suma entre bloques, con lo que Mazón aumentaría su representación y estaría en clara disposición de revalidar su cargo si consiguiera granjearse el respaldo, bien solo para la investidura o bien para integrar el Cosell, de Vox. De nuevo, la izquierda retrocedería y no tendría opción de llegar al Palau.
Que los de Feijóo y los de Abascal pudieran superar la mitad más uno de los representantes no se daría solo en la Comunidad Valenciana. De hecho, a nivel nacional El Debate publicó este pasado domingo una encuesta que apuntaba a un siniestro total del PSOE, con un Pedro Sánchez en su mínimo desde que llegó al Palacio de La Moncloa y al que Feijóo le sacaría 40 escaños. El centro-derecha alcanzaría los 196-198 diputados en el Congreso, veinte o más asientos por encima de la absoluta.
Morant y su guerra total contra Mazón
En la región,tal como ha podido saber este periódico a través de fuentes 'populares' de total solvencia, esa diferencia no es tan abultada debido a la dana y su utilización política, pero sí hay diversos factores que explican por qué PP y Vox podrían gobernar entre 2027 y 2031. Por gravedad y por actualidad, la corrupción que cerca a Partido Socialista y sus posibles derivadas en el corto o medio plazo, con la incorporación de Félix Bolaños a la ristra de posibles imputados más los que ya tienen la condición de investigados cuando no de procesados, no es el mejor aval para acudir a las urnas.
Menos confianza entre los votantes da una candidata del PSPV-PSOE que poco se le conoce y que, desde el 29 de octubre, fía un altísimo porcentaje de sus apariciones e intervenciones a intentar construir su carrera electoral con una guerra sin cuartel contra Mazón y, al mismo tiempo, una férrea y a ultranza de el presidente del Gobierno siguiendo a pies juntillas las directrices propagandísticas de su superior.
Imagen del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con una fotografía de la ministra de Ciencia, Diana Morant, de fondo
Esto incluye hacer ímprobos esfuerzos en aras de tratar de justificar el recorte sin parangón del Gobierno al trasvase Tajo-Segura o por qué la provincia de Alicante sigue por tercer año consecutivo como farolillo rojo en inversiones estatales. Con este panorama y dado que le presentación de unos Presupuestos Generales del Estado (PGE) se vaya a producir con vistas a 2026, no es de extrañar el poco entusiasmo alicantino a la hora de depositar la papeleta que encabezaría la ministra de Ciencia, Innovación y Universidades.
Por el contrario, y siguiendo con la reconstrucción de Valencia, hay un gran hito sobre el que Mazón supera a Sánchez y que, de una manera u otra, se traslada a los sondeos. Es el de unas cuentas públicas que contengan partidas específicas que permitan dar seguridad y músculo financiero a los trabajos para recuperar la normalidad en las personas y los municipios dañados. Inexistentes desde hace varios ejercicios para el tándem Pedro Sánchez-María Jesús Montero, Mazón sí cuenta con Presupuestos de la Generalitat en virtud al apoyo de Vox. Por tanto, la Administración autonómica destinará más de 2.300 millones únicamente en lo referido a la dana.
Imagen de Mónica Oltra en el banquillo
La mayoría absoluta que conseguiría el centro-derecha en unas eventuales elecciones en la Comunidad Valenciana también hunde sus raíces en Compromís. Es cierto que para los nacionalistas vivir aunque sea un poco de tiempo con cierta tranquilidad y sin broncas intestinas, pero no han sufrido un contexto tan sumamente grave, complejo y sin horizonte de solución como el actual.
Así, la división entre las dos principales 'patas' de la coalición, Més e Iniciativa del Poble Valencià la han exportado al Congreso de los Diputados, donde Àgueda Micó, de Més, ha decidido abandonar Sumar y pasarse a un Grupo Mixto cada vez más numeroso, a la par que su compañero en Valencia pero no en Madrid, Alberto Ibáñez, que se mantiene junto a una Yolanda Díaz cuyas expectativas electorales le auguran un batacazo más que considerable, con un sorpasso de Unidas Podemos como posible guinda a un desastre.
Del mismo modo, Joan Baldoví puede compartir diagnóstico y síntomas con Morant en lo que a ser percibido por una nada desdeñable parte de la población votante como un siamés de un sanchismo que acumula agravios a la región sin que, por más que Compromís haga amenazas que quedan en nada más pronto que tarde, la coalición le reproche nada.
Por si no fuera suficiente, los nacionalistas afrontan su momento más crítico con una imagen que sin duda será demoledora. Nada más y nada menos que Mónica Oltra, la que fuera vicepresidenta primera de la Generalitat, consellera de Servicios Sociales y líder indiscutible de Compromís, sentada en el banquillo de los acusados y enfrentándose a una petición de seis años de cárcel por, supuestamente, haber encubierto los abusos sexuales de su exmarido a una menor de catorce años que estaba bajo la tutela del departamento dirigido por la propia Oltra.