Imagen del mosaico floral situado en la plaza del Ayuntamiento de Castellón donde aparece el topónimo en valenciano y castellano

Mosaico floral situado en la plaza del Ayuntamiento de Castellón donde aparece el topónimo en castellano y valencianoEl Debate

Castellón ya aplica el topónimo de la ciudad en español pese a las trabas de la izquierda y las entidades pancatalanistas

El Ayuntamiento emplea el castellano de forma oficial, aunque no ha cambiado la señalética para que no suponga «un sobrecoste ciudadano»

Tras un largo proceso de más de año y medio, que no ha sido precisamente un camino de rosas, la ciudad de Castellón de la Plana recuperó la doble denominación en valenciano y castellano de su topónimo. Desde el pasado 20 de enero de 2025, tras la publicación de la modificación en el Boletín Oficial del Estado (BOE), este cambio ya es oficial, lo que supone el retorno a la nomenclatura bilingüe y revierte la decisión tomada por el anterior gobierno autonómico de izquierdas, que apostó por imponer únicamente las denominaciones en valenciano de múltiples municipios de la Comunidad Valenciana.

Este movimiento forma parte de un compromiso político asumido por el Partido Popular y Vox durante la campaña electoral de las elecciones municipales de 2023. Entre sus prioridades figuraba restaurar las denominaciones tradicionales en castellano de numerosas localidades y ciudades importantes del territorio valenciano, en respuesta a lo que consideraban una imposición ideológica por parte del anterior Gobierno del Botánico, formado por los socialistas y Compromís.

Ejemplos de esta estrategia ya se han materializado en ciudades como Elche o Alicante, que han recuperado su forma en castellano como cooficial. Como ya avanzó El Debate, en el caso de la capital alicantina, incluso se ha ido más allá y se están impulsando medidas para que la ciudad se consolide como un entorno mayoritariamente castellanoparlante. Vox argumenta que mantener a Alicante dentro de las zonas de predominio valenciano vulnera el principio de adecuación sociolingüística establecido en la Ley de Uso y Enseñanza del Valenciano. Por ello, han registrado una declaración institucional con la que buscan modificar el artículo 35 de dicha ley para trasladar a Alicante al artículo 36, que agrupa a los municipios castellanohablantes.

En el caso de la ciudad de Valencia, el actual gobierno municipal encabezado por María José Catalá trabaja para restablecer la doble denominación oficial. Es decir, Valencia en castellano y València/Valéncia en valenciano, tras varios años en los que solo se reconocía la forma en catalán. La decisión de fijar «València» como única forma oficial se tomó en 2016 durante el mandato de Joan Ribó, del grupo Compromís, con el respaldo de la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL).

Según publicó El Debate el pasado 7 de julio, esta medida generó polémica por haberse adoptado sin consenso unánime en el seno de la AVL y por haberse descartado tanto la forma castellana como la opción en valenciano normativo, «Valéncia». Desde el entorno del actual consistorio se argumenta que aquella resolución presentó defectos de forma y careció de suficiente respaldo institucional. Recientemente, se ha presentado un informe del académico Abelard Saragossà, uno de los pocos que votó en contra en 2016, que está siendo analizado por el área de Cultura municipal. Este documento podría servir de base para revertir la situación y recuperar la cooficialidad del nombre en ambas lenguas antes del fin de la legislatura.

36 alegaciones no han frenado el cambio

En la capital de la Plana, donde el doble topónimo ya es oficial, la iniciativa para restituir la denominación tradicional no estuvo exenta de dificultades. Tanto los partidos de izquierda como diferentes entidades afines al pancatalanismo, entre ellas la conocida 'Plataforma per la Llengua', autodenominada ONG del Catalán y subvencionada por entidades públicas como la Generalitat de Cataluña y, en su momento, el Gobierno valenciano cuando estaba la izquierda al mando, presentaron recursos, críticas públicas y apelaciones para frenar el cambio.

De hecho, tras la aprobación oficial del cambio de topónimo en el BOE, siguieron adelante con sus intentos de frenar el topónimo en castellano y valenciano. La organización independentista catalana presentó un recurso contencioso-administrativo contra este trámite, ya aceptado legamente. Los únicos argumentos presentados mediante un comunicado fueron que la legislación autonómica determina que «se deben evitar las formas bilingües» y que las denominaciones de los municipios «se adecuarán a la tradición histórica y lingüística».

Concentración de la entidad pancatalanista Plataforma per la Llengua frente al cartel de Castellón de la Plana

Imagen de la concentración de la autodenominada ONG del Catalán frente al cartel de Castellón de la PlanaPlataforma per la Llengua

A pesar de los esfuerzos de esta y otras organizaciones de izquierdas que han tratado de parar el doble topónimo durante el último año y medio, ninguno de los recursos presentados ha sido aceptado y la medida ha salido adelante. Cabe recordar que la oposición también lleva tratando de parar el cambio desde el momento en que se planteó la propuesta en el verano de 2023, sin estudiarla primero. Ni el PSPV-PSOE ni Compromís consiguieron frenar su debate en la Comisión Plenaria de Ciudadanía y Participación ni su posterior aprobación en el pleno ordinario, a pesar de sus votos en contra. Además de que no se tuvo en cuenta ni salió adelante ninguna de las 36 alegaciones de diferentes organizaciones, asociaciones y políticos presentadas.

Desde el Ayuntamiento confirman a El Debate que el recurso contencioso-administrativo presentado por la organización pancatalanista «no impide la aprobación y aplicación» del topónimo. De hecho, la administración ya ha comenzado a utilizar «Castellón de la Plana» en sus comunicados oficiales y notas de prensa, en un gesto claro de reafirmación de la nueva política lingüística. No obstante, el cambio no se ha implementado por completo en todos los canales institucionales, ya que en la página web oficial del Consistorio todavía se muestra el nombre «Ayuntamiento de Castelló», sin la «n» final, lo que evidencia que la transición será paulatina

Fuentes del Consistorio también confirman a este periódico que, por el momento, no se modificará la señalética urbana ni los carteles institucionales. La razón, aseguran, es evitar un gasto innecesario a las arcas municipales y «no generar un sobrecoste para los ciudadanos». Se priorizará, en cambio, la normalización progresiva del uso bilingüe en la comunicación oficial y en los documentos administrativos, respetando tanto el castellano como el valenciano como lenguas cooficiales.

El regreso de «Castellón de la Plana» supone, para muchos, una recuperación del patrimonio cultural e identitario de la ciudad, además de un gesto político que marca distancia con las políticas lingüísticas promovidas por el anterior ejecutivo. En un clima social donde la cuestión lingüística sigue siendo un tema de debate sensible, este paso refuerza la línea de actuación del actual gobierno local, que aboga por la convivencia de ambas lenguas y por la defensa del castellano como lengua vehicular e institucional en toda la Comunidad Valenciana.

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