Imagen del valenciano Jacobo Barchín

Imagen del valenciano Jacobo BarchínAUGC

El legado del guardia civil retirado por el Cuerpo de forma forzosa tras un accidente de bicicleta: «Para mí es un orgullo»

La lucha del valenciano Jacobo Barchín logra una reforma histórica que impedirá que nadie sea apartado de la Benemérita sin que se le busque una oportunidad real de adaptación

La carretera se ha llevado muchas vidas por delante. O las ha hecho desaparecer o las ha condicionado para la eternidad con lesiones incurables. Una caída, un choque, un alcance, un atropello, un momento fugaz en el que el destino quiere que la vida de una persona cambie por completo. Pero la carretera también es el inicio de muchas luchas, por mantenerse con constantes vitales o por hacer de la nueva vida una experiencia reconfortante. A partir de ahí es ya la sociedad la que se encarga de elevar muros a gente que batalla las 24 horas del día. La lucha de Jacobo Barchín ya no le permitirá volver a andar ni mantenerse en la Guardia Civil. Él era agente cuando un accidente de bicicleta le dejó con una «discapacidad sobrevenida». La normativa de la Benemérita implicaba que estos casos al trabajador se le aplicaba un «retiro forzoso». El valenciano plantó cara al sistema y aunque no vaya a disfrutar de su victoria, otros agentes en un futuro podrán conservar su trabajo. Así luchó Jacobo desde su silla de ruedas.

El valenciano contó desde el primer momento con el respaldo de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), ya que pese a que mentalmente conservaba intactas las facultades, su movilidad se había visto mermada. Anclado a una silla de ruedas, el propio Jacobo describe la situación, en una entrevista realizada por el propio colectivo de agentes, con una frase incontestable: «La silla de ruedas se lleva en el culo, no en la mente».

La silla de ruedas se lleva en el culo, no en la mente»Jacobo BarchínGuardia Civil retirado por «discapacidad sobrevenida»

La normativa estaba clara, un agente de la Guardia Civil que se tiene una «discapacidad sobrevenida» se debe retirar de forma «forzosa» del cuerpo. No podía seguir trabajando. El valenciano no entendía esa diferencia con el sector privado: «Igual que obligan a las empresas en el sector privado a adaptar los puestos de trabajo a las personas que lo necesiten y así lo deseen, la administración pública debe dar ejemplo y hacer valer los derechos de sus propios trabajadores».

Sí, en un caso así la Guardia Civil no tenía obligación de mantener al agente discapacitado, sino que lo podía retirar del Cuerpo sin tener que buscar una alternativa laboral dentro del puesto ganado con tanto esfuerzo.

Pero las barreras no existen para una persona que pasa de ir en bicicleta por diversión a ir atado a una silla de ruedas por obligación. Suficientes muros levanta la sociedad como para que estas personas se enfrenten a la discapacidad física y a una autoimpuesta discapacidad mental, como si su cabeza dejara de funcionar o ser válida para cualquier otro trabajo o puesto.

Ahí empezó la lucha del valenciano Jacobo, quien desde octubre de 2024 está en situación de «retiro forzoso» de la Guardia Civil por su discapacidad pero consiguió que Boletín Oficial del Estado publicara en abril la modificación normativa a partir de la cual se obliga a «Guardia Civil, Fuerzas Armadas y Cuerpo Nacional de Policía» a buscar una «oportunidad real de adaptación». Es decir, que estos cuerpos deberán ofrecer una solución laboral dentro de sus estructuras antes de desechar directamente la carrera de uno de sus miembros.

A Jacobo Barchín se le negó «el derecho al trabajo», se le señaló que «con ese grado de discapacidad no podía seguir trabajando», pero el valenciano consiguió cambiar la ley.

A partir de ahora cualquier agente que se vea en una situación de «discapacidad sobrevenida» no se verá abocado a retirarse laboralmente, se estudiarán las alternativas dentro de cada Cuerpo para mantenerse en otras tareas en las que no afecta una discapacidad física.

Jacobo no recuperará nunca la sensibilidad en sus piernas, pero ha conseguido que lata algo de humanidad en la administración pública, que «la igualdad y la inclusión» no son eslóganes de boquilla sino realidades a asumir en el día a día de cada sector. El valenciano luchó y sin buscar su beneficio personal ha conseguido que desde abril de 2025 todo agente, policía y militar puedan mantener su vocación laboral sin importar si a su puesto de trabajo acuden andando o en una silla de ruedas.

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