Imagen pesca Comunidad Valenciana

Imagen de un barco pesquero de la Comunidad ValencianaCofradía de pescadores de Calpe, Alicante

Los recortes de la Unión Europea amenazan el pescado local para esta Navidad

Gran parte de las embarcaciones de las Cofradías de pescadores de la Comunidad Valenciana ya han agotado sus días anuales de faenar

Las medidas cada vez más estrictas de la Unión Europea en los últimos años han llevado a la pesca a una situación límite en el Mediterráneo, así como en otros puntos de España, que amenaza con hacerse visible en uno de los momentos de mayor consumo del año: la campaña de Navidad. Los recortes de días de faena impuestos por Bruselas han llevado al sector al borde del agotamiento operativo en varios puntos del país, donde las embarcaciones encaran las últimas semanas del año con la mayoría de sus jornadas de trabajo ya consumidas. El sistema actual, que limita a 130 los días anuales de actividad para la pesca de arrastre, ha obligado a las cofradías a ajustar al máximo sus salidas, pero aun así muchos barcos llegan a diciembre prácticamente sin margen, lo que compromete la disponibilidad de pescado local en un periodo clave para mercado y restauración.

En este escenario, Castellón se ha convertido en uno de los reflejos más evidentes del problema. Desde la provincia advierten que, si nada cambia, estas Navidades podrían quedarse sin producto autóctono. El Debate ha contactado con Mateo Fresquet, patrón mayor de la Cofradía San Pedro de Vinaroz, una de las principales de la región, quien confirma una realidad compartida en gran parte del litoral mediterráneo. Explica que en su puerto ya hay tres barcos amarrados por haber agotado sus días de faena, y que en breve otros dos quedarán también paralizados, mientras que otro apenas cuenta con unos pocos días disponibles. Lo mismo está ocurriendo en otras localidades, donde algunas embarcaciones incluso tuvieron que detener su actividad dos meses antes de la llegada de diciembre.

Mateo Fresquet, patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Vinaroz

Imagen de Mateo Fresquet, patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Vinaroz, durante una intervenciónOceanográfico de Valencia

«Cuantos menos barcos vayan, menos producto local y más caro irá», alerta Fresquet. Además, señala la incertidumbre que vive el sector a la espera de una reunión clave con representantes europeos, de la que esperan respuestas sobre la promesa de ampliar jornadas para cerrar 2025, una medida anunciada pero todavía sin detalles: «En teoría nos dijeron que nos darían más días de faena para acabar 2025, pero no nos dijeron ni cuándo ni cómo».

La situación se repite en distintos puertos de la provincia y la Comunidad Valenciana. En Peñíscola, los 17 barcos de arrastre apenas suman entre 14 y 15 días antes de agotar su cupo anual, pese a que durante noviembre se autorregularon trabajando únicamente de lunes a jueves. El límite llegará para ellos el 11 de diciembre, fecha a partir de la cual no podrán salir a faenar. En Benicarló el panorama es algo menos crítico, pues solo una embarcación ha consumido ya todos los días asignados, aunque el resto navega igualmente con cautela para no sobrepasar su cupo. Esta desigualdad entre puertos, consecuencia de ritmos de trabajo distintos y estrategias adoptadas para alargar la campaña, evidencia el problema común de la imposibilidad de garantizar abastecimiento suficiente de producto local en Navidad si las restricciones no se revisan.

Mientras el sector espera una respuesta de Bruselas, el debate político se intensifica. El ministro de Agricultura y Pesca ha asegurado recientemente que no prevé «desabastecimiento durante las fiestas», pero mantiene la vista puesta en la reunión del 11 y 12 de diciembre, en la que se fijarán los Totales Admisibles de Capturas y las cuotas para 2026. España defenderá mantener los 130 días anuales de arrastre tomando como referencia no el punto de partida de 2024, sino la cifra final aplicada ese año tras las medidas complementarias introducidas.

Restricciones «desproporcionadas»

En la Comunidad Valenciana, el conseller de Agricultura, Agua, Ganadería y Pesca, Miguel Barrachina, ha adoptado una posición más contundente. Reclama al Gobierno central una defensa firme del sector ante Bruselas y denuncia que las flotas mediterráneas están siendo sometidas a restricciones que, en su opinión, resultan «desproporcionadas» respecto a las que se aplican en otras regiones. Barrachina subraya el papel estratégico de la pesca para la economía y el empleo del territorio y advierte de que muchas familias dependen directamente de decisiones que se toman en el marco europeo. Considera «imprescindible» que el Ministerio apoye a la región en el debate sobre el futuro Marco Financiero Plurianual, que deberá asegurar recursos sólidos para afrontar retos estructurales, climáticos y de relevo generacional.

El conseller Barrachina durante III edición de la Jornada de Pesca Profesional de la Comunidad Valenciana

El conseller Barrachina durante III edición de la Jornada de Pesca Profesional de la Comunidad ValencianaGVA

Además, la Generalitat Valenciana, junto a Cataluña, Murcia y Baleares, ha enviado una carta conjunta al comisario europeo de Pesca reclamando una reunión urgente. El Debate ha tenido acceso al documento, en el que las comunidades mediterráneas expresan su preocupación por el estado del sector de arrastre y alertan de un colapso económico y social inminente que afectaría también a las cofradías, principal sostén de la estructura pesquera en España. En la misiva se insiste en la necesidad de conocer de primera mano la interpretación del informe técnico que sustentará las decisiones de diciembre y las propuestas que la Comisión trasladará al Consejo, dado que ese encuentro determinará las posibilidades de pesca para 2026 y, en gran medida, la continuidad de una actividad que forma parte esencial del tejido económico y cultural del Mediterráneo.

El sector mira ahora a diciembre con una mezcla de inquietud y esperanza. Las próximas semanas serán decisivas para saber si la pesca local podrá mantener su presencia en las mesas navideñas o si la combinación de restricciones y falta de decisiones urgentes acabará dejando el Mediterráneo sin voz en su propia tradición gastronómica.

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